Por: Duván Idarraga
Lo que viene haciendo el gobierno Petro en materia de hidrocarburos está pasando la cuenta de cobro a las utilidades y posibilidades futuras de ECOPETROL, la empresa insignia del país; donde miles de colombianos, más el propio Estado, son sus accionistas. Recordemos que la empresa ha sido una fuente importante de recursos para el erario en los últimos años,llegando incluso a representar cifras entre los $35 y 40 billones por año; producto de sus impuestos, dividendos y regalías.
Todo indica que el gobierno Petro viene aplicando algo similar a lo que hizo su amigo y aliado el Dictador Hugo Chávez con PDVSA en Venezuela. Recordemos: Cuando ese personaje llegó al gobierno, la producción de PDVSA estaba cercana a los 3.3 millones de barriles diarios, a un precio que oscilaba entre los US$16 y US$20 por barril. Durante los primeros diez años de ese régimen, la producción se mantuvo en esos niveles pero el precio llegó hasta los US$130 por barril, un crecimiento de más del 500%; qué significó ingresos en ese lapso por una cifra cercana a los US $800,000 millones (en pesos serían trillones), lo que debió representar importantes recursos para Venezuela.“Extrañamente” no se vieron en las arcas del Estado, tampoco se tradujeron en progreso (como en los países árabes, que han manejado reservas de petróleo similares pero donde el progreso y el bienestar se han visto) y desarrollo para Venezuela y sus habitantes; al contrario, se disparó la pobreza y la crisis social. ¿A donde fueron esos cientos de miles de millones de dólares? A bolsillos de sus dirigentes.
¿Qué hizo Chávez con PDVESA? La politizó, sacó a personas técnicas y calificadas que manejaban muy bien la empresa y la industria de hidrocarburos; puso sus fichas políticas, aliados y hasta militares, sin ningún conocimiento en la materia, lo que llevó a la destrucción de la misma. Como resultado, PDVESAhoy no supera los 800,000 barriles diarios de producción y ya sabemos las consecuencias que ha tenido para el pueblo venezolano en lo económico y social.
En Colombia viene sucediendo algo parecido, Gustavo Petro ha tomado varias decisiones que han afectado considerablemente a ECOPETROL. Veamos:
Primero: Tomó la decisión más absurda e irresponsable en lo político, en lo económico y en lo financiero para ECOPETROLy para el país: Suspender la firma de nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo y gas. Como quien dice, acabar con la razón de ser de ella.
Segundo: Nombró a Ricardo Roa, su muy cuestionado gerente de campaña (por los dudosos manejos de las finanzas de la misma, haber recibido dineros por fuera de lo autorizado por la ley, por no haber registrado todos los gastos de la misma y por violar los topes) como presidente de ECOPETROL. Una decisión irresponsable, no solo por estos antecedentes de Roa, también por su falta de idoneidad. Sacó a Felipe Bayón,totalmente técnico, amplio conocedor de la materia y que, con un equipo y Junta Directiva de expertos, habían posicionado a ECOPETROL como una de las grandes empresas energéticas del mundo.
Tercero: Nombró en la Junta Directiva de ECOPETROL a personas sin ningún conocimiento en la materia, más bien personas con ideologías similares a las de él que politizaron las decisiones de la compañía. Por supuesto, con la llegada de Roa, salió personal técnico idóneo, de altos cargos, que llevabanmuchos años en la empresa y que tenían un amplio conocimiento de la misma y del sector.
Cuarto: Recientemente, Petro tomó la decisión que ECOPETROL no accediera al negocio con la OXI (producto de una alianza estratégica firmada en 2019 por Felipe Bayon) por el 49% de participación en el desarrollo conjunto de yacimientos no convencionales en Estados Unidos; específicamente en Texas, donde están las mayores reservas de hidrocarburos de ese país. Lo anterior, pese a que había concepto favorable del equipo técnico y financiero de ECOPETROL, producto de varios y rigurosos estudios que duraron años; además, tenía visto bueno de la Junta Directiva.
Esta adquisición habría significado para ECOPETROL las siguientes cifras: Aumentar la producción en un 9%, incrementar las reservas otro 9%; subir el EBITDA (utilidades antes de impuestos, depreciaciones y amortizaciones)un 6%. Por todos lados, de altísimo beneficio para la empresa.
El capricho de Petro tiró por la borda este negocio de especial interés para la estabilidad y futuro de ECOPETROL, de sus finanzas, de los ingresos para la empresa y sus miles de accionistas, empezando por el Estado Colombiano, el mayor de ellos.
Roa, Presidente de ECOPETROL, para tratar de justificar la decisión de Petro, salió a medios a decir que esa inversión era muy costosa y que no tenían los recursos para cubrirla; tema que fue inmediatamente desmentido por anteriores miembros de Junta Directiva de la empresa, quienes hablaron de la trascendencia de la inversión, de lo minucioso y riguroso que había sido el estudio de la misma por varios años tanto en lo financiero como en lo operativo. Aclararon que, de llegar a ser cierto que no hubiera la disponibilidad de caja para ella, dado loestratégica de la misma, debió recurrirse a un proceso de financiación con una opción como emitir bonos en el mercado internacional (como se hizo anteriormente, los cuales fueron ampliamente demandados por los inversionistas).
Las consecuencias de las pésimas decisiones de Petro han tenido graves repercusiones en las finanzas de ECOPETROL y por ende las del país. Las utilidades de la empresa cayeron casi un 40% en el año 2023. Para el primer y segundo trimestre de 2024 fueron de $4 y $3.37 billones, respectivamente; mientras en iguales periodos de 2023 habían sido de $5.66 y 4.08 billones, respectivamente: Una reducción de $1,66 billones (29.3% menos) y $0,71 billones (17.4% menos), respectivamente. La situación se torna más compleja si comparamos las utilidades del segundo trimestre del año 2024 con las del mismo lapso en 2022, que fueron de $10.4 billones. La reducción es de $7.03 billones que equivalen al 67.6% menos.
El Senador Carlos Meisel, del Centro Democrático, en debate en el Congreso desmintió a Roa; quien argumentaba que la disminución de las utilidades obedece a la baja en la tasa de cambio y en el precio por barril de petróleo. Con cifras en manos, Meisel demostró que tanto el promedio del dólar, como el del precio del barril de petróleo, están mejores en la actualidad; por ende, bajo el argumento de Roa, las utilidades debieron haberse incrementado.
Es contundente el impacto negativo de las decisiones del gobierno Petro sobre las utilidades y finanzas de ECOPETROL, sus accionistas (incluido el Estado Colombiano) y las finanzas públicas del país. La pregunta es, ¿torpeza o maldad? Una u otra son nefastas; acabar con la Iguana de los huevos de oro puede tener graves consecuencias, solo es ver el ejemplo de PDVSA en Venezuela para entenderlo.
Nota: Corroborando las pésimas decisiones de Petro en temas estratégicos para Colombia, acaba de nombrar a Jorge Carrillo, con variados y serios cuestionamientos por su gestión en EPM, como nuevo Presidente de ISA; otra empresa estratégica para el país. ¿Torpeza o maldad? No sobra la pregunta.