Por: Silvia Cadena Luna
La información científica publicada y divulgada través de diferentes medios desde que empezó la pandemia por el COVID-19 a nivel mundial , se inclina a que lo verdaderamente relacionado con la severidad del ataque del virus a una persona depende de su actual estado de salud y la capacidad de respuesta de su sistema inmunológico.
Ya hemos escuchado que los más susceptibles son los mayores de 70 años, pero esto se debe a que una gran parte de este grupo de personas sufre por lo menos de una enfermedad, ya sea cardiovascular (corazón, circulación del cerebro, hipertensión) o metabólica (especialmente diabetes mellitus), las condiciones nutricionales deficientes ( debido a abandono, dentadura en mal estado, enfermedades mentales y demás), enfermedades pulmonares ( por cigarrillo, fumador pasivo, contaminación en sitios de trabajo y otras asociadas a enfermedades del corazón); otras que requieren el uso de corticoides o de otros supresores del sistema inmunológico ( artritis reumatoidea, pulmonares, renales, sida) y patologías como el cáncer, el cual de por sí ya produce un deterioro orgánico que puede empeorar si se encuentra bajo quimioterapia o radioterapia, acompañándose también de alteraciones del ánimo como la depresión.
En fin, en los mayores de 70 años es muy probable que existan condiciones que han maltratado o deteriorado su cuerpo y emociones y aspectos como la capacidad de regeneración y funciones de las células, incluyendo las del sistema de defensa, que ya no es tan rápida y efectiva como antes. Es por ello que la asociación de todos estos factores hace que sean máss susceptibles.
Esos mismos padecimientos cuando están presentes en jóvenes y adultos, los hace mas susceptibles con respecto al resto de su misma edad; y si a este grupo de personas agregamos hábitos como el vapeo, drogadicción, alcoholismo, la inactividad producto de estar sentados largas horas frente al computador o chateando, hace que la predisposición a adquirir la enfermedad se incremente. Igual ocurre si se tienen ciertas condiciones de nacimiento (malformaciones cardiacas, pulmonares, metabólicas, endocrinas, sistema nervioso, etc.), afecciones que podrían explicar los casos de jjóvenes que han sido afectados severa o mortalmente por el covid 19.
Este tipo de coronavirus tiene afinidad especial por los pulmones, produce una serie de daños en el tejido pulmonar al inflamarlo severamente y destruyéndolo. Por otro lado, a nivel de los bronquios (por donde entra el aire respirado) en su estructura más pequeña que se llama alveolo (sitio donde el oxígeno respirado pasa a la sangre), se inflaman extensa y profundamente hasta llevarlos a su destrucción, provocando la dificultad para respirar. Ante todo, ese daño de inflamación y destrucción que ocasiona en la integridad de los pulmones, solo la capacidad de respuesta de la defensa del cuerpo impide o deja que el virus sobreviva en las células pulmonares y provoque este daño. Este razonamiento permite explicar por qué unas personas no presentan síntomas, otros solo tienen un malestar como de resfriado y los más afectados que sufren un ataque violento del pulmón que presentan falla respiratoria y que los puede llevar a la muerte.
Como vemos, todo depende, en gran medida, de la buena actividad de nuestro sistema de defensas o inmunológico.
Es por esta razón que para prevenir el ataque severo del covid-19, además de un buen lavado de manos, usar elementos de protección (tapabocas) y evitar el contacto social, debemos enfocarnos en hacer algo para que ese sistema de defensas actúe de manera óptima y responda adecuadamente ante este virus y cualquier otro tipo de microorganismo, como son mejorar o mantener el estado físico, adecuada alimentación y estar sanos espiritualmente.
En relación a la alimentación, debe ser bien balanceada que nos aporte buenos nutrientes: carbohidratos de buen valor nutricional (granos, tubérculos como papa, yuca. Etc.); cereales como el arroz, ojalá integral, avena, quinua, maíz, pan integral de grano entero. Proteína de alto valor nutricional, ya sea animal (carnes, peces, huevo, lácteos; ojalá descarten cerdo que esa carne favorece la inflamaciónn) o vegetal (granos, germinados, soja, etc). Ácidos grasos óptimos (mono y poliinsaturados) como el aguacate, coco, linaza, aceite de oliva, peces de agua fría, frutos secos (almendras, nueces, macadamia, etc. El maní no es fruto seco es una leguminosa). Los vegetales y frutas que nos aportan vitaminas, minerales y fibra (bien lavadas para que no nos contagien con parásitos ni bacterias). Recordar que es indispensable tomar suficiente agua en todo momento.
Nuestro sistema inmunológico comienza a actuar desde el intestino, de ahí la importancia de buenos alimentos para que no se inflame y se mantenga una buena flora intestinal. Este es otro aspecto bien importante porque esa flora ayuda a mantener y a que actúe correctamente el sistema inmunológico, además de participar en la producción y función de sustancias importantes, tanto nutricionales como endocrinas, neurotransmisores, vitaminas, etc. Su acción permite que el intestino funcione bien desde todos los puntos de vista influyendo en todas las actividades del cuerpo.
Tener un buen hábito de sueño es importante para recuperarnos físicamente y que todos los sistemas se restablezcan y regeneren durante la noche y también para que se liberen las hormonas y se activen funciones cíclicas vitales (ciclo circadiano).
En relación a la actividad física, es de gran importancia mantenernos activos, movernos, evitar estar acostados o sentados en un cómodo sillón durante todo el día y la cuarentena. Si se trata de personas de la tercera edad, es aconsejable caminar diariamente durante varios minutos en el recinto donde vive o se encuentra confinado. Si padece algún tipo de discapacidad, por ejemplo, de caderas, rodillas o lumbar, podría hacer movimientos activos de su tronco y extremidades superiores. En la mayoría de personas, ya sean niños, adolescentes, adultos, se puede hacer actividades más intensas como baile, pilates, zumba, rumba, tae bo, ejercicios con bandas, caminador, elíptica, etc. Puede ayudarse con YouTube, sitio en el que se encuentra todo tipo de ejercicios, pero que se deben escoger y realizar según la capacidad individual y sin sobre esfuerzos para no provocar lesiones. Si no existe hábito previo de hacer ejercicios, se recomienda iniciar con actividad sencilla de bajo impacto e ir aumentando progresivamente la intensidad y el tiempo para lograr una correcta adaptación del cuerpo. Si se tiene patología pulmonar crónica, cardiaca, artritis, diabetes mellitus, patología de columna, cadera o rodillas, entre otros, se aconseja consultar al médico antes de iniciar ejercicios para no provocar lesiones ni descompensaciones.
En cuanto a lo espiritual, siempre deberíamos mantener esta área de la vida lo más sana posible, depende de nuestra relación con el Señor. Nos ayuda a comprender la razón por la cual estamos viviendo estos momentos, búsqueda de perdón, mejorar nuestras relaciones personales, aprender a ser compasivos, comprensivos y a ayudar a los demás, dejar el egoísmo, la crítica y juicio, entre otros temas. En general, nos ayuda a ser mejores personas y compartir ese crecimiento personal a los demás con nuestro modelar de vida.
Así vemos, que tener buena salud depende de todo un estilo de vida y que dependiendo de lo que tengamos funcionando mal, es entonces que un mmédico entrenado puede ayudar a mejorar o recuperar y no dejarse llevar por recetas que circulan por la web, pues cada quien tiene una necesidad diferente o simplemente requiere reforzar un aspecto en particular.
Algunas veces personas inescrupulosas difunden falsa información para dañar y no para sanar y mucho menos para ayudar, pues aprovechan el temor y la incertidumbre que este virus está ocasionando a la humanidad para aumentar la inestabilidad y el temor. Hasta el momento no existe nada humanamente milagroso que pueda controlarlo o vencerlo.
Es así que TODO depende de la sincronía y bienestar en que nuestro cuerpo, mente y alma tengamos y si no lo tiene hay que procurar trabajar en lograrlo, no solo para estos momentos, sino para lograr estar sanos y vigorosos de manera permanente.
En resumen, La alimentación, la actividad física y el espíritu son los puntos claves a mantener fuertes y saludables para ser capaces de librar esta batalla contra este enemigo invisible.
SILVIA CADENA LUNA
Medica Cirujana, U. Metropolitana
Diabetóloga, U de Barcelona
Especialista Terapias Alternativas, U Manuela Beltrán
Especialista Medicina Homeopática, UniLuisGPaez