Por: Roberto Trobajo
Los mafiosos Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Tarek El Aissami, Vladimir Padrino y esos generales del Cartel de los Soles, planean usar la fuerza para evadir lo que se les vendrá encima cuando Alex Saab llegue a Miami y cante. Temen que les puedan pasar lo mismo que a Noriega en Panamá.
Asesorados por el régimen cubano ya tienen concebida la estrategia que les permitiría evitar las represalias estadounidenses por el accionar narcotraficante de esa mafia que se apoderó de Venezuela.
Durante un año, el régimen chavista-madurista ha estado comprando misiles a los rusos, que ya han instalado en los estados de Zulia, Táchira, Apure, Carabobo, Barinas, Falcón, Trujillo y La Guajira, donde tienen emplazados 11 sistemas de misiles.
Al estar escasos de dólares para comprarles más cohetes a los rusos, andan negociando con Irán la adquisición de misiles balísticos que los iraníes habían comprado a Rusia, y que ahora necesitan salir de este armamento de mediano alcance porque andan renovando sus arsenales. Irán le dará misiles a Venezuela por menores precios y canjeados con oro.
De ahí que Irán declarara ayer que “no era cierto que Venezuela les compraría misiles” porque lo están negociando para transar a través de la figura comercial del “canje” (misiles por oro)
Esos misiles que llegarían de Irán serán instalados en los estados costeros y en los limítrofes con la frontera colombiana.
A esos que crean son especulaciones o mentirosas exageraciones mías para amedrentar, sigan leyendo –hasta el final de esta columna- y verán la gravedad de lo que alistan Maduro y sus secuaces; sobre todo se enterarán de cuál fue la fuente de la que salieron tales informaciones.
Esos incrédulos, mamertos o chavistas cuarentones, que cuando piensan en cohetes balísticos se les vienen a la mente la película Flash Gordon, o los menores de treinta años que tienen de referente mental a la serie Star Wars (Guerra de las Galaxias) o las imágenes de la Guerra del Golfo; les aterrizaré informándoles sobre aquella peligrosísima “Crisis de los Misiles” con la que Cuba doblegó a USA poniendo los cubanos al borde de una 3era Guerra Mundial a toda la humanidad.
Situación que Maduro planea repetir, con la asesoría de oportunistas cubanos comunistas.
Hay que informarse bien para dimensionar la gravedad de lo que preparan en el contexto venezolano-colombiano, y que harían dentro de unos meses, repitiendo lo que hicieron en Cuba.
Hace 58 años, en Octubre de 1962, Cuba convino con aquella Unión Soviética (hoy Rusia) la instalación de misiles soviéticos de alcance medio en varias zonas cercanas a la costa norte cubana (la frontera natural con USA) amenaza cubana que se extendió hasta Enero de 1963 en sucesivas minicrisis.
Cuba, queriendo amedrentar a Estados Unidos, acordó que los soviéticos instalaran misiles en la Isla. Así cuadraron Fidel Castro y el mandatario soviético Nikita Jrushchov. Fue entonces cuando instalaron 45 cohetes R-12 con ojivas nucleares.
Los norteamericanos descubrieron aquellas maniobras soviético-cubanas y el presidente Kennedy ordenó un cerco naval-aéreo para evitar una agresión nuclear a USA; pues Fidel Castro, el 26 de octubre, desde la Habana, le envió un mensaje a Jrushchov solicitándole que la URSS lanzara un golpe nuclear contra los EE.UU. aún al costo de iniciarse una guerra nuclear.
El sábado 27 de Octubre de 1962, Raúl Castro presionó al mayor soviético Iván Mironovich Guerchenov, para que atacara a un avión estadounidense y entonces fue derribado un avión U-2, así los Castros aumentaron aún más las tensiones entre Cuba, USA y la URSS. Nikita Jrushchov sancionó al oficial soviético, discutió con Fidel y Raúl Castro, y temiendo otra acción unilateral cubana se dispuso a conversar con Kennedy.
Los presidentes Nikita Jrushchov y John F Kennedy negociaron (excluyendo a Fidel Castro) y acordaron que USA no atacaría a Cuba, se retirarían de Turquía y al mismo tiempo los soviéticos se llevarían los misiles y las ojivas nucleares que habían instalado en Cuba.
En ese momento fue creado el llamado “teléfono rojo”, una línea de comunicación directa entre la Casa Blanca y el Kremlin, para agilizarse conversaciones entre ambas potencias durante crisis y así evitarse conflictos nucleares.
Los soviéticos retiraron los misiles y las ojivas de Cuba, a pesar de la indignación de Fidel y Raúl Castro –porque no los habían tenido en cuenta- las rabietas de los Castros afectaron las relaciones soviético-cubana durante varios años, pues Fidel y Raúl tildaron de traidor a Nikita Jrushchov. Empero, el paso dado por los soviéticos y estadounidenses facilitaron la distensión entre la URSS y los EE.UU.
Hoy, ahora, Nicolás Maduro, asesorado por Raúl Castro, prepara un escenario muy parecido, casi idéntico, al que Raúl Castro y Fidel Castro crearon en aquel peligroso Octubre de 1962.
¿Por qué lo hacen? Saben que independientemente de quien gane las ya próximas elecciones en los Estados Unidos, repitan Trump o sea Baiden, el gobierno norteamericano les acabará con el narcotráfico hacía USA y no se descarta una intervención militar estadounidense como aquella en Panamá que permitió la captura del narco Noriega.
¿Qué planean hacer? En cuanto confiese Alex Saab y se caldee el ambiente, Maduro repetirá su discurso, cantaleta, de que el gobierno colombiano se alió con el de USA para invadir a Venezuela, y entonces ordenara una maniobra militar –llamada “Escudo Bolivariano”-
amenazando con los misiles, y tienen previsto que un misil (que lanzarían desde La Guajira) “accidentalmente” impactaría en una supuesta zona desértica colombiana, sin importarles que puedan matar a Wayuus. Y aunque dirán que impactó en territorio colombiano, por un “error de cálculo operativo” y hasta lo lamentarían, cínicamente agredirán a Colombia, provocando una respuesta del ejército colombiano, y que en consecuencia se desate un incidente bélico.
Ese golpe “accidental” sería el equivalente al derribo del avión U2, aquel que Raúl Castro mandó a tumbar (en 1962) para provocar enfrentamientos.
Las minicrisis de aquella “crisis de los misiles cubana” la planean replicar con los misiles apuntando hacia Colombia, empujando a confrontaciones utilizándose a los cómplices guerrilleros del ELN y de las FARC que estarían hostigando al ejército colombiano a través de incursiones en las que atacarían para luego irse a refugiar en el territorio venezolano, provocando que nuestras fuerzas militares bombardeen, como cuando aconteció en aquella Operación Fénix donde se le dio de baja al terrorista Raúl Reyes dentro de Ecuador.
Aun cuando el ejército no les ataque como ellos quieren, Maduro y sus cómplices tienen previsto seguir agrediendo en pos de lograr el recrudecimiento de enfrentamientos buscando disuadir a USA y Colombia, y en cuanto a nuestro país se esforzarán en generar una tensión que planean bajar…”en respuesta a la mediación de un candidato presidencial de la izquierda colombiana (Petro) que abogará porque no ocurran derramamientos de sangre entre vecinos, pueblos hermanos” pues así creen propiciaran empatías con los colombianos que lógicamente no estamos dispuestos a una guerra.
Todas esas provocaciones que han planificado irían de la mano con la realización de manifestaciones, marchas, plantones “pacifistas-antiguerreristas” que convocarían y organizarán “lideres” de izquierda junto con sindicatos como Fecode y la CUT
Nada de lo aquí descrito es cuento, inventos de ficción para amedrentar y causar más preocupaciones a nuestro gobierno colombiano.
La fuente primaria fue lo que se le escapó al Ministro de Comunicaciones de Venezuela, ese muy chavista-madurista Jorge Rodríguez: quien cuando se emborracha y está rodeado de hombres atractivos, “se le moja la canoa” y ¡muy fino! “canta”. Su debilidad fue la oportunidad para que AMIGOS me hicieran saber lo que cocinan en Caracas.
Nos toca ser muy prudentes, máxime la Presidencia de la República y los Ministros de Defensa y Relaciones Exteriores, para ¡desde ya! actuar contundentes, pero con ¡mucho tacto! para poder neutralizar a Maduro, Cuba, sus secuaces, y esos cómplices ideológicos que pretenden desestabilizarnos al país y destruir la Colombia en paz que tanto nos merecemos.