Por: Fernando Torres Mejía
No se trata de continuar ni mucho menos incrementar la polarización, ni de tener miedo porque vamos a continuar con la confrontación, no, lo que se requiere es el cumplimiento de la ley y autoridad frente a un hecho que primero no cumplió con el trámite correspondiente para su correcta ubicación como sucedió con esa mole de cementoque según sus impulsores representa “resistencia”, me pregunto, ¿por qué se está demoliendo el edificio Aquarelaen Cartagena?, precisamente porque amenazaba el estatus de patrimonio cultural de la Ciudad Heroica.
Los mandatarios, tanto nacional como local deben procurar por el bienestar y la sana convivencia de todos y no de unos pocos, y eso es lo que precisamente no está sucediendo con los habitantes de Cali, por un lado, el gobierno que sabemos es complaciente con el terrorismo y por el otro la alcaldía que siente temor y prefiere “mirar” para otro lado antes de confrontar y cortar de raíz de una vez por todas esta inconformidad, lo que corrobora que en este país las minorías mandan, porque si comparamos el número de integrantes de las fuerzas armadas frente a los grupos delincuenciales y guerrilleros, estos últimos aunque son minoría, nos tienen acorralados.
Lo que los gobernantes no pueden permitir es que se pase por encima la ley y el orden, porque la gente empieza a ver que de nada sirve hacer las cosas cumpliendo las normas si en determinado momento llega cualquier desadaptado y se las pasa por la faja, por eso lo que debe hacer un país que vive en democracia es hacer cumplir el respeto y la autoridad.
Lo que primero se tiene que aceptar y tener en cuenta es que todo monumento, estatua o símbolo que se erige en elespacio público tiene que cumplir con unos requisitos y unas normas, cosa que se pasaron por la faja los que la construyeron y la ubicaron en plena vía pública en Puerto Rellena (Cali), donde se les impuso a los caleños, así como impusieron su ley, sus hechos delincuenciales, su violencia, sus crímenes en la toma guerrillera de 2021 disfrazada de “estallido social”, lo más grave es que este espacio es hoy un centro de expendio de drogas, queademás sirve de oficina donde se reúnen a planear delitos en contra de la ciudad y sus habitantes.
El activista y ministro de cultura Juan David Correa, quien como su jefe Petro, reafirma su desconocimiento de la constitución, las normas y leyes, sale muy orondo a decir “inicio el proceso de declaración como patrimonio cultural de la Nación, el Monumento a La Resistencia” que más bien se puede considerar patrimonio de las milicias urbanas del ELN y las FARC, ignorando que de acuerdo con la Ley 1185 de 2008, es necesario entre otros requisitos, los permisos de ocupación del espacio público de la Alcaldía y que esté incluido como un bien en la lista de inventarios de la ciudad.
El artículo 4 de dicha ley, establece que “el patrimonio cultural de la Nación está constituido por todos los bienes materiales, las manifestaciones inmateriales, los productos y las representaciones de la cultura que son expresión de la nacionalidad colombiana”, entonces ¿ese pedazo de piedra mal hecho, se puede considerar como una expresión de la nacionalidad colombiana?, bueno a decir verdad, si el gobierno está de acuerdo con que la comunidad internacional nos siga viendo como un país de terroristas y narcotraficantes, pues sí se tendría que considerar Patrimonio Cultural.
Pero para seguir con el cinismo y la burla este ministro dice que estará en Cali el 28 de abril para conmemorar no sé qué, o vendrá a festejar la toma guerrillera y delincuencial representada en ese símbolo de la barbarie, del asesinato de policías, de bebés a punto de nacer, causados por desquiciados, que solo buscaban someter y destruir la ciudad, bajo la complacencia y el apoyo de muchos de los que hoy hacen parte de este gobierno y del Congreso de la República. Esto es agresión para quienes no están de acuerdo, están premiando el vandalismo y otros delitos cometidos por sus creadores, que lo único que generan es odio y división.
Mientras las autoridades locales no hacen cumplir la ley e imponen autoridad por físico miedo bajo la disculpa de no generar un nuevo conflicto, lo que está logrando es que la gente se canse, se unan y a la fuerza procedan a tumbar ese adefesio que recuerda la destrucción de Cali, porque no hay derecho que siempre en este país triunfe y se haga únicamente lo que los delincuentes y terroristas quieran hacer e imponer, ¿acaso no les basto con los “acuerdos de la Habana” y con lo que hoy propone Petro con su Paz Total?, ¿hasta cuándo creen estos gobernantes que las persona que actúan dentro de la ley y el orden, van a soportar que siempre se privilegie a los bandidos y delincuentes?, de lo que sí es cierto, es que así como los guerrilleros disfrazados de “indígenas” tumbaron la escultura de Sebastián de Belalcázar, un día cualquiera van a “volar” lo que sin duda representa la crueldad que azotó a nuestra querida Cali y que para la gran mayoría de habitantes de esta ciudad no es más que un “monumento” en homenaje a la violencia, la delincuencia y la destrucción.
Les comparto comentarios tomados de las redes sociales de algunos caleños sobre el particular:
a. Soy caleña, vivo cerca de ese esperpento y no me representa, por el contrario, recuerda el horror que se vivió, la delincuencia, el vandalismo, representa un lugar lleno de viciosos esperando el papayaso para robar a la comunidad.
b. Esto es colmo por Dios, si esto lo declara Cali unida, por Dios, esto no es cultura, es aberrante cómo dejaron a Cali. Unidos para hacer respetar a Cali, señor alcalde, esto no puede ser.
c. Deberían hacer una votación con la ciudadanía de Cali si aceptan ese monumento en la Ciudad y evitar debates y conflictos, que la gente decida.
d. Patrimonio al perico y la bareta.
e. Monumento a la delincuencia que acabó con Cali, a los que les gusta vivir sabroso, a los que no les gusta trabajar y vivir de lo ajeno.