Por: Andrés Villota
La captura y posterior confesión de Nicolás Petro, el hijo del presidente de Colombia, Gustavo Petro, se produce unas semanas antes de la, muy probable, captura de Hunter Biden, el hijo predilecto del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, al que su hijo le dice de manera cariñosa en su correspondencia comercial, The Big Guy.
La razón de la captura de Nicolás Petro está relacionada con delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, mientras que las múltiples acusaciones que recaen sobre Hunter Biden, van desde evadir impuestos, hasta tráfico y abuso sexual de niños, pasando por tenencia de armas de fuego mientras estaba drogado, tráfico de drogas, lavado de activos, abuso de poder, corrupción y alta traición, aprovechando el cargo dominante de su papá dentro de la élite del Partido Demócrata.
Esa relación de padres e hijos, se podría definir como una simbiosis criminal. En los dos casos, los hijos fueron instrumentalizados por sus padres para hacerles el mandado y pasar desapercibidos, de agache, en su actividad criminal para no dar visage, como dicen en el bajo mundo que frecuentan, por lo visto, los Biden y los Petro, dos apellidos que dejaron de ser los de familias prestantes de políticos y estadistas para que la historia los recuerde, de manera deshonrosa, como apellidos de vulgares cleptócratas.
Hunter y Nicolás, a su vez, usaron la posición dominante de sus padres para poder delinquir sin temor a la acción de la justicia porque han visto a sus padres enriquecerse de manera desaforada, sin necesidad de trabajar o de producir un solo dólar en toda su vida económicamente activa, sin que alguien cuestione el origen de los recursos con los que han tenido una vida llena de lujos y de excesos.
Aunque los Petro se vendieron como unos ascetas que hacían ver al abad y a los monjes de una comunidad franciscana de la Edad Media, como unos perfectos libertinos derrochadores, en la realidad, los Petro han dilapidado a manos llenas el erario público colombiano. Mansiones, viajes, masajistas y ropa de marcas exclusivas como la colección de zapatos de Verónica Alcocer (que dejó de aparecer en público), la Primera Dama, que emula la colección de Imelda Marcos, la esposa del sanguinario cleptócrata filipino, Ferdinand Marcos.
El equivalente al salario mensual de doscientos (200) obreros colombianos que votaron por el cambio que ofrecía Gustavo Petro, es lo que se gasta, en un sólo mes, Nicolás Petro. Coincidencialmente, Hunter Biden, tenía un sueldo mensual asignado en la empresa ucraniana de gas, Burisma, de USD$83.000 ($345`000.000 de pesos colombianos, aproximadamente).
El mejor amigo de Hunter Biden, Devon Archer, compañero en Yale, la sede de Skulls & Bones, esa secta oscura por la que pasan los futuros dueños del mundo, le dijo a los investigadores de la Cámara que Hunter Biden incluyó al entonces vicepresidente Joe Biden, en altavoz, en más de 20 llamadas con socios comerciales para vender “la marca” (Biden Inc.).
En 2014, Devon Archer y Hunter Biden se unieron a la junta directiva de Burisma, una empresa de energía ucraniana que los dueños usaron ese nombramiento como una estrategia porqueBurisma estaba bajo investigación por serias irregularidades.
Archer testificó que una de esas llamadas incluía una cena en China con Jonathan Li de Bohai Harvest RST (BHR). Hunter Biden y Devon Archer mantuvieron sus intereses en la empresa a través de una empresa fantasma llamada Rosemont Seneca Thornton.
Devon Archer confirmó que Joe Biden asistió a una cena de negocios con Hunter Biden y socios comerciales en el Café Milano en Washington DC, en 2014. Yelena Baturina, la multimillonaria ex esposa del alcalde de Moscú, asistió a esa cena. Los investigadores revelaron que Baturina transfirió $3.5 millones de dólares americanos a Rosemont Seneca Thornton el 14 de febrero del 2014. La lista de sanciones de la Administración Biden por la Crisis de Ucrania, curiosamente, excluyó al oligarca ruso Baturina.
El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, James Comer, dijo que la familia Biden podría estar involucrada en actos de chantaje y operar un negocio con ingresos derivados del lavado de activos, el mismo modus operandi de Nicolás Petro y sus dos mujeres.
Comer reveló que el negocio familiar de los Biden, hizo que seis bancos marcaran más de 170 operaciones, como sospechosas o inusuales que son pruebas de posibles actividades criminales, como lavado de activos y de enriquecimiento ilícito. Nadie las investigaba, porque los Biden son miembros del Partido Demócrata de los Clinton y de los Obama, que también los hacen intocables.
“El testimonio de Devon Archer, confirma que Joe Biden mintió al pueblo estadounidense cuando dijo que no tenía conocimiento sobre los negocios de su hijo y que no estaba involucrado”, dijo el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, en un comunicado.
Existe una dinámica perversa, en la que los miembros del Partido Demócrata responden a cada acusación contra Hunter Biden, con acusaciones artificiales y arbitrarias en contra del presidente Donald Trump.
En abril del 2023 se publicó el escándalo por el manejo irregular de documentos clasificados, hallados en el garaje de la casa familiar de Joe Biden, desde cuando era el vicepresidente de los Estados Unidos.
A la vez que un gran jurado de Florida, acusó a la administración de Joe Biden de facilitar el tráfico de niños refugiados. La respuesta de los Demócratas, al día siguiente, fue que el procurador Alvin Bragg, un fanático miembro del partido de los Clinton, de los Obama y de los Biden, acusara a Trump por temas fiscales.
En junio del 2023, el FBI reveló información sobre la red criminal de la familia Biden y la empresa Burisma que les pagó a los Biden, un soborno por $10 millones de dólares americanos. La respuesta de los Demócratas fue, al día siguiente, acusar al presidente Donald Trump de no querer devolver unos documentos.
Lo mismo pasó en julio del 2023 y los primeros días de agosto del 2023. Un proceder mafioso que pretende enviarle mensajes a los que exigen justicia y piden que se conozca toda la verdad.
La Casa Blanca ha evitado, en todo momento, pronunciarse al respecto del proceso que enfrenta el hijo del presidente, y se ha limitado a apuntar que Hunter Biden es un ciudadano que tiene abierta una causa judicial que consideran como un asunto privado de hunter Biden. Dicho de otra manera, le sacaron el cuerpo al pobre Hunter que, lo ven a dejar hundir solo.
Los medios de comunicación tradicionales que, aunque ya no tienen audiencia, ni nadie los tiene en cuenta, conservan su arrogancia porque se auto perciben como influyentes e importantes y, por eso, creen que si los periodistas de esos medios no informan sobre los graves delitos cometidos por el par de delfines, no van a ocurrir en la realidad, ni van a tener consecuencias,
Después de la confesión de su hijo, Gustavo Petro debe renunciar, Colombia no puede someterse a la desgracia nacional de otro presidente criminal como Ernesto Samper Pizano, atornillado en la silla presidencial a pesar de todas las pruebas y evidencias que lo tuvieron en capilla para ser extraditado, lo que hizo que Samper cargara una pastilla de cianuro para poder usarla en el momento de su captura.
Existe un elemento estructural al interior de las dos naciones. En Colombia, la sociedad cree que el Sistema es corrupto, los burócratas son brutos y, por ende, incompetentes que solo saben robar. Creen eso, gracias a comunistas como Gustavo Petro que ha sido la única narrativa que ha promovido durante medio siglo.
Pero, en Estados Unidos, por el contrario, todos creen en el sistema, que es infalible, que no se puede cuestionar porque lo consideran perfecto. Además, creen que son gobernados por unos iluminados que, no tienen nada que ver, por ejemplo, con que le bajaran la calificación a los Estados Unidos a niveles de solo AA+. La tasa libre de riesgo, el benchmark del mercado, ahora tiene riesgo.
Los delfines, Hunter y Nicolás, van a echar a sus padres al agua porque sienten que los dejaron solos y, aunque les enseñaron a robar, jamás les enseñaron a cómo reaccionar si los pillaban porque ellos, también, se sentían intocables porque, al final, todos son de la misma estirpe.