Por: Marco Fidel Ramírez
Jesús dijo que Satanás ´´ha venido para robar, matar y destruir´´. Ninguna mejor expresión para definir lo que hoy está haciendo en Colombia el actual gobierno ´´progresista´´ de Gustavo Petro y su insaciable pandilla izquierdista.
Petro ha venido para matar el bienestar del pueblo colombiano con su populismo barato que le permitió seducir a 11 millones de electores y en detrimento de los 40 millones de colombianos restantes que hoy padecemos las decisiones más atroces de un inescrupuloso mandatario que procede sin rubor como un dictador con mentalidad de emperador.
Petro ha venido para robarnos la esperanza de un futuro mejor para nuestros hijos. Ha determinado premiar a zánganos, mantenidos y terroristas como los de la primera línea y a todos sus serviles milicianos ahora financiados con un millón de pesos mensuales de gratis, y dizque para que no roben ni maten a más ciudadanos inermes. Tales subsidios a la delincuencia petrista complementan, a nivel popular, la vida sabrosa de la que hoy gozan gracias al oscuro proceso de paz de Santos, todos los miembros de las Farc que pasaron como por arte de magia de sanguinarios terroristas a honorables congresistas.
Igual o peor ocurrirá con los malandros del ELN a quienes ya les anuncian la promesa de un fondo multilateral de financiación para que se puedan sostener cómodamente mientras siguen apuntando con sus fusiles directo a la nuca de todos los colombianos. Este gobierno nos roba la esperanza del bienestar que merecemos los colombianos, mientras vende dentro y fuera del país el eslogan envenenado de la ´´paz total´´ y el embeleco edulcorado de la ´´potencia de la vida´´.
Petro ha venido para destruir la institucionalidad del país que en democracia le permitió llegar al poder, pero que en legalidad ahora mucho le incomoda por los límites constitucionales que le impone a los gobernantes colombianos el necesario sistema de pesos y contrapesos. Ya está destruyendo el señor presidente sistemáticamente el respeto por las altas cortes , la Procuraduría, la Fiscalía y las Fuerzas Militares, entre otras instituciones.
Ha sido tan evidente esta maquiavélica campaña destructiva del Jefe del Ejecutivo que ha motivado rápidamente las protestas del fiscal general anterior, la procuradora general actual y el mismísimo presidente de la Corte Suprema de Justicia por el asedio y el acoso del que fueron objeto los honorables magistrados el pasado 8 de febrero y del que todos los colombianos fuimos testigos, menos el Presidente de la República quien afirmó, con su cinismo tradicional, ´´que no había pasado nada´´ y que ´´todo bien, todo bien´´.
Así las cosas nos quedan solo dos opciones: arrodillarnos ante el advenedizo tirano tropical que posa de ´´Capitán Planeta´´ dentro y fuera del país, o levantarnos con la fuerza incontenible de un poderosos movimiento ciudadano para defender la libertad, nuestra democracia y la institucionalidad hoy gravemente amenazadas por un proyecto político izquierdista sin respeto alguno por la Constitución y la Ley. Tal movimiento ya es más que evidente por la valentía de medios como Semana, LaFm y El Expediente, y con algunos valiosos liderazgos emergentes de creciente convocatoria individual como los de Jaime Arizabaleta, Miguel Uribe, Carlos Alonso Lucio y Pierre Onzaga entre otros promotores del juicio político a Petro, pero todavía muy divididos, lamentablemente. Los líderes de la oposición, dentro de los cuales me cuento como cristiano y como ciudadano, debemos entender, para que no nos pase lo de Venezuela, que frente a la creciente tiranía de Petro y su patota izquierdista, debemos unirnos ahora o mañana nos acabarán por separado.
Pero el imperativo de unidad de la oposición ya corre contra el reloj pues las reformas petristas se nos quieren imponer a la brava y sin vaselina por el gobierno del ´´cambio´´ y con la alcahuetería de muchos congresistas vendidos, arrodillados y enmermelados. Si esto llega a ocurrir, Dios no lo quiera, enderezar el rumbo y recuperar la democracia será muy difícil o seguramente imposible a corto plazo. Nunca debemos olvidar que los absurdos presidentes de izquierda son depredadores, ladrones y ateos por naturaleza. Solo el dinero y el poder les interesa. Así es la izquierda, siempre perversa. Ninguna sorpresa.
POSTDATA
Y ya listos con la camiseta puesta y el corazón encendido para marchar con millones de colombianos el próximo 6 de marzo en defensa de la libertad y la democracia.