El país solo ha conocido, mediante filtraciones de la Corte Suprema al columnista de Revista Semana, una parte de la realidad del proceso que enfrenta al expresidente Álvaro Uribe y al senador Iván Cepeda. Apartes del expediente manipulado y sazonado con el condimento necesario para incriminar ante la opinión al jefe del Centro Democrático y exculpar al congresista del Polo. Sin embargo, la realidad jurídica y procesal en la Corte Suprema de Justicia y en la Fiscalía General de la Nación, es totalmente distinta.
A Cadena se le acusa de sobornar al testigo Carlos Enrique Vélez por cuenta de una serie de giros que suman cerca de $7 millones de pesos. A Uribe lo acusan de favorecerse de alguna manera de ese supuesto soborno.
Por ahora eso es lo que se ha conocido en los medios especialmente en columnas de Daniel Coronell. Sin embargo, lo cierto es que durante el curso del proceso judicial ha quedado descartado que esos giros, viáticos que la oficina de Cadena nunca ocultó, obedecieran a alguna estrategia para alterar la versión del testigo a favor de Uribe o en contra de Cepeda. Lo explicamos con los hechos.
La primera vez que el abogado Diego Cadena escuchó de Carlos Enrique Vélez fue en diciembre del año 2016. Un cliente le contó sobre una pelea en un patio de la Picota entre los paramilitares Alberto Guerrero alias Pipinta, falso testigo conocido de autos contra el expresidente Uribe, y un preso de las AUC de nombre Carlos Enrique Vélez. Esa pelea se habría producido a raíz de una propuesta que alias Pipinta le hizo a Vélez para hablar contra Uribe a cambio del apoyo del senador Cepeda para sacar a su familia del país. La respuesta de Vélez fue: ‘de paramilitar se volvió guerrillero’. En ese momento Diego Cadena no conocía ni había cruzado palabra con Álvaro Uribe o ninguna persona de su círculo.
Fue hasta febrero de 2017 cuando Cadena conoció al expresidente Uribe en su residencia personal. Ese día le contó lo ocurrido entre los dos presos y se le encargó la tarea de hacer un trabajo de campo y verificar esa información directamente con el detenido Vélez.
El 18 de julio de 2017, seis meses después, Cadena visita sin previo aviso a Carlos Enrique Vélez en la carcel de Palmira Valle. Llega media hora antes de terminar las visitas y logra constatar la versión. La pelea existió a raíz del ofrecimiento que vincula al senador Cepeda.
Le pide que plasme su testimonio y éste le manifiesta que no tiene buena caligrafía, que quedaba muy poco tiempo. Cadena decide tomar nota de su declaración en una hoja con membrete de su oficina y acto seguido le pide plasmar su firma y huella. Vélez accede y la defensa del expresidente procede a aportar ese testimonio a la Corte Suprema de Justicia.

En febrero de 2018 Vélez recibe al abogado Juan José Salazar –socio de Cadena- y de su puño y letra le entrega una segunda declaración en la que ratifica los mismos hechos relatados en la carta escrita por Cadena y firmada por Vélez. Esa declaración, posterior a la primera y única visita de Cadena, también fue aportada a la Corte Suprema de Justicia.

Posteriormente se conocieron una serie de aportes económicos que Cadena le hizo a ese testigo durante diciembre de 2017 y julio de 2018, exactamente catorce por que suman $7 millones de pesos. En ese momento Cadena quería ‘curarse en salud’ y decidió ir a una notaría y dejar constancia de esos pagos que nunca fueron secretos y constituían un apoyo de viáticos para la labor que ese preso estaba desarrollando consiguiendo más testimonios de los ofrecimientos de Iván Cepeda.
Desde un principio Vélez se ofreció a conseguir los testimonios de otros tres paramilitares que habían sido abordados por Cepeda con el mismo fin y pidió apoyo económico para que una persona externa pudiera ponerse en contacto. Esa persona era la ex paramilitar Eurídice Cortés, alias Diana.
A mediados de 2018 la relación entre Cadena y el testigo Vélez comenzó a cambiar. Comenzaron a llegar mensajes amenazantes: ‘Gire dinero o reclame cadáver jajaja’ o yo puedo ir a la Corte Suprema de Justicia y decir que a la virgen se le cayó el Niño Dios así lo tenga en los brazos’. Desde la oficina de Diego Cadena comenzaron a notar que Vélez venía preparando una extorsión. Según chats aportados a la Corte y interceptaciones realizadfas por las interceptaciones del CTI ahora el testigo les estaba pidiendo $100 y $200 millones para no cambiar su versión e incriminar a Cadena y al expresidente Álvaro Uribe.
El pasado 3 de septiembre de 2019 Carlos Enrique Vélez compareció ante la Corte Suprema de Justicia. En su testimonio cuyo audio está en poder de El Expediente y presentamos transcrito da una versión totalmente distinta a la que entregó a misma corte en el año 2016 y que coincide con demás declaraciones entregadas a la oficina de Diego Cadena en tres oportunidades.
Ahora, cuando Cadena y su socio Salazar no accedieron a entregarle una suma de 60 millones cambió su versión y dice que Cadena lo sobornó para cambiar su testimonio. Los hechos y la cronología no deja lugar a dudas: Cadena conoció a Vélez en 2017 y éste ya había dado una versión ante la misma Corte en la que acepta que el preso alias Pipintá le ofreció beneficios a nombre de Cepeda a cambio de hablar contra Álvaro Uribe.
Dato: Audio, nueva prueba en favor de Alvaro Uribe y Diego Cadena. En una diligencia en la Corte en 2016, antes del proceso en contra del expresidente el testigo Carlos Enrique Vélez, alias Victor, habló de sus reuniones con Iván Cepeda para ‘embalar a @AlvaroUribeVel ‘ pic.twitter.com/xkLOavKT8h
— El Expediente (@EIExpedienteCol) October 16, 2019