Por: Zaida Piñeros
Hoy por hoy las tendencias de la moda varían, pues ya no depende del color de la temporada o las pautas que marquen las grandes marcas de moda (Valentino, Dior, Dolce & Gabbana, entre otras), sino más bien de la utilidad y comodidad que las prendas, zapatos, bolsos o accesorios permitan; así como el clima, terreno y estilo personal de las más fashionistas.
Ahora vemos cómo los tacones pasaron a un segundo plano y los tenis se quedaron para combinar con conjuntos de blazer y pantalón también llamado “total look” azul rey, naranja, fucsia, verde militar o rosado, colores opuestos a los clásicos (negro y blanco) que representan a un “ser único” y la apuesta a un “riesgo” como la esencia de la moda en su diseño y creatividad.
Sin embargo, eso no solo ocurre con la ropa o zapatos, también lo vemos en los bolsos que además de ser un accesorio fundamental es el más importante a la hora de armar un outfit femenino que simboliza poder y carácter. No solo por su utilidad sino por el mensaje que transmite, los secretos que esconde, gustos, preferencias y lo que este representa en el mundo de la moda como el lugar sagrado de la mujer.
Y es que este compañero constante tampoco falta en las grandes producciones audiovisuales como ocurre en la quinta temporada de ‘The Crow’, la cual se estrenó en Netflix el pasado 9 de noviembre, donde sus protagonistas, escenas, decoración y moda, todo en conjunto, está muy bien pensado y recreado para cada momento histórico y de vida personal que ha afrontado la monarquía británica.
Sobre ello, es importante resaltar que la moda es una de las características mejor logradas tanto en Margaret Tatcher como en Isabel II y Diana Spencer conocida como Lady Di, (quien fuese la princesa de Gales), tres de las mujeres británicas más importantes de la segunda mitad del siglo XX sumando a las Spice Girls.
Tanto es así que, es justo un bolso el objeto en común que unió a estas tres mujeres que despertaron pasiones y compasiones políticas, de gobierno, y de todo tipo en el mundo entero.
En septiembre de 1995, Lady Dior es el bolso que Bernadette Chirac, esposa de Jacques Chirac (presidente de Francia para ese entonces) y primera dama de esa nación, le obsequió a Diana Spencer luego de que ella presidiera la cena de gala con la que se inauguraría en el museo de Orsay de París una retrospectiva de la obra de Paul Cézanne en el Gran Palais.
Este bolso tiene su origen en el encargo especial de Bernadette a la casa Dior cuyo propósito era el de agradecer la visita de la princesa de Gales de una manera distinta y única ya que no quería regalarle cualquier bolso disponible en la tienda de lujo ubicada en la Avenue Montaigne de París.
Por lo tanto, el equipo creativo de Dior procedió a reeditar para Lady Di el modelo chouchou, un pequeño bolso de mano en piel de azabache con asas en las que a un lado de estas cuelgan letras metálicas que deletrean Dior y su estampado de rejilla está inspirado en las sillas de Napoleón III, según el diario El País.
De esta forma el bolso que fue especialmente diseñado para Diana Spencer a quien se le obsequió y le encantó, lo estrenó durante la inauguración de la fundación para la Educación Conductiva para discapacitados de Birmingham en octubre de 1995.
Un año después, el modelo chouchou de Dior salió al mercado y fue llamado Lady Dior en su honor y previo permiso. A hoy, ha sido un éxito en ventas a pesar de que cuesta al menos 25 millones de pesos o 6.000 euros y ha sido fabricado en diversos materiales, estampados y tamaños.
Tanto en su Lady Dior como en su D-Bag de Tods o el Bamboo Shopper de Gucci, quien fuera la princesa de Gales y del pueblo no solo se encontraban objetos personales como el perfume, maquillaje, espejo o billetera pues también usaba sus bolsos de mano para cubrirse el escote cuando salía del carro para evitar fotos comprometedoras, de acuerdo con Today.com
De otra parte, Hugo Vickers, historiador y experto en la familia Windsor hace cuatro años le reveló a la revista People que Isabel II usaba en su día a día, desde hace 60 años, el modelo Traviata de la marca británica Launer en negro charol, de acuerdo con el diario el País.
Sin embargo, este accesorio “fundamental” de su vestuario no era gratuito, pues tenía un objetivo y era el de comunicarse con sus empleados en público. Generalmente Isabel II llevaba su bolso en la mano izquierda para saludar con la derecha, por lo que si cambiaba este accesorio significaba que lo que estaba conversando con alguien ya había finalizado y estaba lista para el siguiente. Si lo dejaba encima de una mesa avisaba a su guardaespaldas que el evento había terminado y era hora de regresar a casa. Ahora, si lo ponía en el suelo era un mensaje de urgencia para su dama de compañía.
Durante el funeral del príncipe Felipe, Isabel II guardó en su bolso el característico pañuelo de bolsillo del duque de Edimburgo y una vieja fotografía conjunta la cual fue tomada al parecer en Malta donde vivieron recién casados entre 1949 y 1951, reveló el Daily Mail.
En noviembre de 2021, la casa Launer confirmó que quien fuera la monarca de Reino Unido usó una versión más ligera conocida como ópera de Verdi en el que además de los mensajes secretos también escondía esas cositas de enorme valor sentimental que nada tenían que ver con su papel como soberana.
Contrario a lo que ocurría con Margaret Thatcher o la llamada “Dama de Hierro”, quien fue la ministra de Reino Unido entre 1979 a 1990, ya que en su bolso de la prestigiosa marca Asprey London escondía papelitos sobre temas de importancia nacional que usaba para defenderse en debates o conversaciones que no tenían punto final. Según el diario El País, a su forma de hacer política se le denominó “la diplomacia del bolso”.
Tanto así que Carol Thatcher, su hija, no estuvo de acuerdo con una estatua que en 2013 encargó Boris Johnson de Margaret debido a que se había olvidado incluir su icónico bolso en la construcción de bronce el cual hacia parte de su personalidad, jugó un papel primordial en su vida política y se convirtió en un estereotipo universal que la identificaba.
Es así que, los bolsos no solo son un accesorio más sino que marcan un estilo propio de quienes los llevan en sus manos o colgados en su cuerpo. Cada día, las grandes firmas de moda (Versace, Chanel, Bvlgari, Louis Vouitton, entre otras) así como las medianas, pequeñas, e incluso tiendas capitalinas (La Violetina Boutique, Adrenalina, Bang Bang, etc.,) reinventan sus diseños de acuerdo con las peticiones que sus clientes hacen para combinar con el día a día de su profesión, ciudad, usos y costumbres.
Finalmente, valdría la pena conocer qué guardó Verónica Alcocer en el bolso color blanco ‘butterfly’ que usó para la posesión presidencial de la marca de carteras de lujo A. Rinkel.