Por: Sergio Held (@sergioheld)
Todas las personas que se mencionan a continuación son inocentes y sobre ellas no pesa a la fecha decisión judicial o administrativa alguna. Todas, menos Germán Muñoz Hoyos, un autodenominado empresario de doble nacionalidad, colombo-mexicano, confeso miembro de las FARC-EP que se mueve entre Caldas y Cauca, y quien es señalado por las autoridades norteamericanas como líder de una organización internacional de tráfico de drogas que opera en Colombia, Panamá, Guatemala y México, responsable de la coordinación y distribución de múltiples toneladas de narcóticos hacia Estados Unidos y Europa.
El pasado 24 de septiembre tres personas se movilizaban por las carreteras del departamento del Cauca, a la altura de la vereda Guatemala, del municipio de Miranda. Lo hacían en un automóvil Mazda 626 blanco modelo 1989 con todos sus papeles al día.
A pesar de la deteriorada condición del vehículo, que se puede apreciar en las imágenes ampliamente difundidas en redes sociales y medios de comunicación, el vehículo obtuvo su certificado de revisión tecnomecánica el 10 de septiembre de 2020 en el CDA Santa Ana, en el municipio de Florida, en el Valle del Cauca, a unos 10 kilómetros de donde días después ocurrirían los trágicos hechos que dan pie a esta historia.
Desde hace seis años, no se le realizaba la revisión tecnomecánica al Mazda 626, que según las normas vigentes, se debe realizar cada año, para aquellos vehículos con una antigüedad mayor a 6 años. La penúltima inspección tecnomecánica al Mazda 626, fue el 5 de noviembre de 2014, en un CDA ubicado en el municipio de Villamaría, Caldas.
En los hechos, que aún son materia de investigación por parte de las autoridades judiciales, pero que a pesar de ello ya han sido juzgados y condenados por un amplio espectro de la sociedad, una de las tres personas a bordo del Mazda 626, falleció por un disparo con arma de fuego.
Las versiones de una de las personas que se desplazaban en el vehículo, entre ellas l del Ejército, así como la de la pareja sentimental de la víctima mortal, dan cuenta de que los hechos ocurrieron cuando un soldado abrió fuego contra el vehículo blanco, impactando en la humanidad de quien en vida se identificaba para todos los efectos legales como Carlos Julio Giraldo Díaz, aunque por su orientación sexual prefería vestir y comportarse como mujer, haciéndose llamar Juliana, y siendo a su vez la pareja sentimental de Francisco Larrañaga.
La pareja Larrañaga Giraldo, según testimonios de sus allegados, vivía una vida tranquila en el municipio caucano, en donde Larrañaga, también según versiones de sus conocidos, se ganaba la vida con negocios de avicultura, mientras Giraldo era estilista. Giraldo era una persona inocente, sin deudas pendientes con la justicia. Sobre el proceder de Larrañaga en sus negocios avícolas, no existe tacha alguna.
Sin embargo, no deja de llamar la atención aquél Mazda 626 en el que las tres personas se desplazaban, y no sólo llama la atención por su deteriorada condición. Aquél Mazda 626, sumado a la actividad comercial de Larragaña, terminan por vincular a este último con una persona vinculada con Germán Muñoz Hoyos, a través de una de sus empresas.
A Germán Muñoz Hoyos lo solicita en extradición desde el año 2016 la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Norte de Georgia, para responder por delitos de narcotráfico. A pesar de que su extradición fue autorizada por la Corte Suprema de Justicia, así como por el Gobierno Nacional a través de dos resoluciones ejecutivas en 2017, éste intentó y logró frenar su envío a los Estados Unidos, colándose en la Justicia Especial para la Paz (JEP), declarándose como colaborador de la guerrilla de las FARC-EP, como consta en el documento con radicado OFI17-00084919 / JMSC 112000 del 11 de julio de 2017, expedido por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
En su momento y ante las autoridades colombianas, Muñoz Hoyos alegó ser colaborador activo de las FARC desde el año 2008, y de ello, además, rindió declaración juramentada Ricardo Grajales Rendón, alias ‘Comandante Germán´, ex comandante de la columna móvil Gabriel Galvis del Sexto Frente de las FARC-EP, que operaba principalmente en Pradera y Florida, Valle del Cauca, así como en el municipio de Miranda, Cauca, en donde por años esa organización ha sembrado terror en la población.
Allí, militares troperos y valientes como el General (r) Jorge Humberto Jeréz, al mando de la Fuerza de Tarea Apolo, enfrentaron con entereza a la columna de las FARC financiada por Muñoz Hoyos, quien según alias ‘Comandante Germán´, se movía en la zona. Es decir, en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, en donde operaba esa estructura de la organización terrorista.
El General (r) Jeréz logró importantes resultados operacionales en esa zona, en momentos en que el país era negociado por el gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC en La Habana, Cuba.
Hoy Muñoz Hoyos, a pesar de sus decires de fariano ante los estrados judiciales, se promociona de manera paga en internet, como un empresario “ejemplo de perseverancia y altruismo”.
El supuesto empresario, o confeso guerrillero, de quien resulta cierto que es solicitado por la justicia norteamericana y ha sido incluído en las listas negras de Washington, por los cargos de narcotráfico que pesan en su contra, fue expulsado de la JEP, aunque aún y aparentemente por esa movida, ahora vive en libertad en Colombia gracias a un habeas corpus que se le concedió en diciembre de 2017, así como gracias al olvido en que quedó su proceso, al menos para las autoridades en Bogotá.
De su extradición no hay noticia alguna, ni aparece su nombre en los registros federales de detenidos. Pero lo que sí aparece en internet, son escritos de él explicando cómo maneja una de sus compañías en Caldas y qué protocolos de bioseguridad aplica en ella, en medio de la pandemia. Como si su proceso de extradición hacia los Estados Unidos, fuera tan sólo un recuerdo de un lejano pasado.
Sin embargo, ese pasado lejano no lo es tanto, pues el 29 de septiembre de 2016, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, designó a Muñoz Hoyos, conocido también con los alias de ‘Proto’, ‘Proto Nuevo’ o ‘Pancho’, junto con otros cinco miembros de su familia, en la denominada ‘Lista Clinton.’
La acusación en su contra, proferida el 18 de agosto de 2015 por la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Norte de Georgia, indica que “comenzando aproximadamente en octubre de 2014, Muñoz-Hoyos, un antiguo agente de la Policía Nacional Colombiana (en adelante CNP por sus siglas en inglés), era un distribuidor de narcóticos con sede en Panamá y Colombia, quien viajaba entre Panamá, México y Colombia coordinando la entrega de sustancias controladas a varias organizaciones narcotraficantes (en adelante las DTOs por sus siglas en inglés) para su importación posterior a los Estados Unidos.”
Según las autoridades norteamericanas, Muñoz Hoyos se vale de seis compañías, todas incluídas en la denominada ‘Lista Clinton.’ que administra el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Cuatro de ellas serían fachadas para sus actividades ilegales de narcotráfico, según los norteamericanos.
Entre las empresas de Muñoz Hoyos sancionadas se encuentra la empresa avícola Avical S.A. y es sobre los protocolos de bioseguridad de esta empresa que escribe hoy en día con total tranquilidad el ciudadano colombo-mexicano en un blog caldense llamado Caldas Magazine, en donde tiene 259 entradas con su nombre, 39 de las cuales son del último año.
Avical es descrita así por la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá: “Las empresas de German Muñoz Hoyos designadas hoy son Avical S.A., una empresa de aves de corral y huevos localizada en Manizales, Caldas, Colombia…”
Y aquí es donde se empieza a evidenciar un vínculo entre Larrañaga, la pareja de Giraldo y Avical. Larrañaga se dedica a la cría de pollos, según alegan sus familiares y amigos. Y es, quizá por eso, que conoció a Camila Andrea Perdomo Chica, quien en la red social de trabao LinkedIn, se presenta como la coordinadora de los sistemas integrados de gestión de Avical S.A., aunque no se establece el rango de fechas en que ha laborado en Avical, ni ha sido posible establecer si aún labora allí, o hasta cuándo lo hizo.
De Perdomo Chica poco se sabe, más allá de su cargo, y no fue posible ubicarla para escribir esta columna, a pesar de múltiples esfuerzos para hacerlo. De lo que hay certeza, es de que desde el 24 de junio de 2014, aparece como propietaria del Mazda 626 blanco en el que ocurrieron los trágicos hechos relacionados con la muerte de Giraldo.
Y no, que Perdomo Chica trabaje, o haya trabajado para la empresa de un confeso guerrillero de las FARC y presunto narcotraficante según las autoridades norteamericanas, no la hace a ella culpable de nada, más allá del peso de conciencia que el trabajar para un sujeto de tales cualidades pueda significar.
Es quizá una lamentable coincidencia y un descuido el haber vendido un vehículo y nunca haber realizado el traspaso, como tantas veces ocurre en Colombia, o quizá no, pero ello sólo podrá ser establecido por las autoridades. La explicación de Perdomo Chica sobre su relación con dicho vehículo y bajo qué título Larrañaga lo conducía, siendo ella la propietaria registrada del mismo, podrá aclarar cualquier duda que exista a este respecto.
En cualquier caso, lo cierto es que el Mazda 626 de Perdomo Chica terminó transitando las carreteras en las que por años la columna móvil Gabriel Galvis del Sexto Frente de las FARC sembró terror. La misma organización terrorista para la que, quien es o fuere jefe de Perdomo Chica, dice haber sido colaborador y una persona que se movía en esa zona del sur del país.
Hace tan sólo menos de seis años en esa misma vía que conecta a Florida con Miranda, la columna móvil Gabriel Galvis de las FARC, moría acribillado el soldado profesional Julián Cárdenas Vásquez, en una acción terrorista contra el puente sobre el Río Desbaratado. Por esa acción y por la vida de ese soldado profesional, nadie marchó en Cali, nadie marchó en Popayán. Mucho menos en Armenia, su tierra natal. No hubo velatones. Nadie, aparte del ex presidente Álvaro Uribe en su Twitter, dijo nada.
Más allá de las coincidencias sobre la propiedad del vehículo y de la región por la que el mismo se desplazaba el pasado 24 de septiembre, debe decirse que cualquier historia en este país, por lejana del narcotráfico que parezca, termina teniendo en algún rincón, un misterioso y siempre triste eslabón perdido que conecta a alguien, o a algo, con ese inmenso flagelo del narcotráfico que está desbordado y que azota a Colombia sin tregua alguna.
En el caso de la muerte de Giraldo, ese eslabón apareció en una empresa avícola en Caldas, mientras los soldados del Ejército Nacional, humillados y con la moral en el suelo, intentan controlar a como dé lugar, territorios como el del Cauca, en donde según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, los cultivos de coca se incrementaron en 82 por ciento en los últimos dos años. Se hace urgente, y necesario fumigar de nuevo.
Nachtrag: ¿Las autoridades de tránsito ya verificaron bajo qué parámetros y condiciones se concedió el certificado de la revisión tecnomecánica al destartalado Mazda 626 en el CDA Santa Ana, en Florida, Valle del Cauca?