Por: Fernando Álvarez
A raíz del tema de los hermanos metidos en líos reapareció un artículo de Semana de 1998, justo el año en que caía preso Bernardo Ramírez, el hermano de la Vicepresidente Marta Lucia Ramírez, por tráfico de heroína en Estados Unidos. En la noticia se daba cuenta de la vigilancia que le tenía la policia española a Jorge Barco Vargas, hermano del entonces presidente de Colombia, Virgilio Barco Vargas, ya que era asociado con el negocio del narcotráfico, según informaciones de la revista Tribuna. Según la revista Semana, el tema fue tratado con discreción en los diferentes medios de comunicación, aunque en cocteles y reuniones sociales no se hablaba de otra cosa.
Lo curioso es que en la historia aparece mencionado el papá de la periodista Diana Calderón, una de las principales fustigadoras de Marta Lucía en este episodio. «Julio Calderón, los hermanos Cotes y Jorge Barco quebraron a Aerocóndor, empresa que primero utilizaron para lavar dólares y luego para financiar la construcción de una sofisticada mansión en Miami (…). Calderón también adquirió una mansión que poséía en La Florida, el ex presidente Richard Nixon, en una negociación que, se afirma, canceló de contado». Castillo afirma que Calderón se inició como marimbero y que en ese momento trabajaba para el Clan Ochoa y , según semana, este fue el motivo para que los españoles y la DEA tuvieran a Jorge Barco en la mira.
Otra publicación llamada “un Templario en la Historia de Colombia” dice que “los marimberos Julio Calderón y los hermanos Alfonso y Kucky Cotes compraron la empresa de aviación Aerocondor de la cual fue gerente el hermano del presidente de Colombia Virgilo Barco Vargas, Jorge Barco Vargas, a esta empresa estuvieron también vinculados Melvin Millon, padre de Juan Bautista y Fernando Millon Palacio, reconocidos narcotraficantes para el Consejo Nacional de Estupefacientes”. Este Julio Calderón compró también varias mansiones ne USA, entre ellas la de Richard Nixon, además de lujososs hoteles en Barranquilla, según este libro.
Otro de los que han vituperado a Marta Lucía Ramírez, ha sido el senador Gustavo Petro, quien al parecer no se debería arrimar tanto a la candela, sobre todo si se recuerda que en el debate en la Universidad de Columbia entre Iván Duque y Gustavo Petro se evidenció e exguerrillero del M19 había ido a visitar al padre de su contendor, Ivan Duque Escobar a instancias del periodista Alberto Giraldo, alias “El Loco”. La sorpresa para muchos fue que Petro tuviera como mediador al relacionista esbirro del Cartel de Cali, quien protagonizó el destape del famoso proceso 8.000.
El hecho es que el “Loco” Giraldo fue gran amigo de Petro por que su padre, Gustavo Petro Sierra era casado con Bertha Giraldo, hermana de “El Lloco” Giraldo y fueron muchas las veces que este lo llevó a hablar con Gilberto y Miguel Rodríguez, los capos del Cartel de Cali. La cercanía llegó incluso a que una prima de Petro era la secretaria de Giraldo en su oficina privada. Pero sus lazos y gratitud iban más allá, cuando Gustavo Petro fue alcalde nombró a Viviana Leon, la que fue la última esposa de “El Loco”, como subdirectora en la Imprenta Distrital.
Y para seguir con estos caso de las personalidades que escupen para arriba y les puede caer en la cara habría que lamentar que algunos creen que los colombianos tienen tan mala memoria como para no recordar que hace unos cuatro años al senador Antonio Sanguino le metieron presos a su dos hermanos, Enio y Edith, quienes manejaban el micro tráfico en una amplia zona del sur de Bogotá, cuando era concejal de la capital. O cómo no recordar que también metieron preso y condenaron al tío de Iván Cepeda, Saud Castro, hermano de Yira, su mamá, por ser el cerebro del Pomaricazo de la cámara cuando se desempeñaba como Director Jurídico.
Pero acaso habrá que recordar esos parientes delincuentes a quienes se juagan la boca al intentar desacreditar a la Vicepresidente. Y esto para no mecionar los casos del M 19, como el de Iván Marino Ospina, el papá del alcalde de Cali Jorge Ivan Ospina que terminó asesinado en medio de la guera de los carteles de Cali y Medellín, porque sus últimos días los dedicaba a sus negocios con los capos del tráfico de drogas, con el argumento de que ya le había entregado mucho al país y que ahora iba a trabajar para él. Sus vinculos con Pablo Escobar lo llevaron a que cayera como un traqueto más en las vendetas de la mafia.