Por: Roberto Trobajo
El Miedo al Miedo que los mamertos promueven en Colombia es en esencia lo mismo que ese miedo al cambio rector de la propaganda comunista en Cuba y que les ha permitido perpetuar la dictadura socialista.
En Cuba reforzaron con la estrategia de esa Batalla de Ideas, con la que lavan cerebros a los jóvenes y sostienen “esperanzas” a los ancianos fidelistas.
El Miedo al Cambio promueve el pánico diciendo que “vivirían peores por venganzas de los gusanos” (calificativo dado a cubanos que enfrentan al cruel castrismo) mintiéndoles al pueblo con el cuento de que “los cubanos residentes en otros países retomarán propiedades y desemplearían a los trabajadores afines al gobierno socialista”; llegando a hacer jurar que hundirían la Isla antes de perderse la “gloría”.
El pueblo cubano, aterrado, terminó aceptando esas macabras ideas que les han ido metiendo, mintiéndoles, a través de la televisión, la radio, la prensa, controlada por el régimen.
Y mientras tanto: represión despiadada contra los pocos que se han opuesto a la dictadura, valientes cubanos dignos que ¡no comen miedo!
En Colombia, asesorados por ideólogos cubanos, están aplicando el Miedo al Miedo, una estratagema adoptiva: la versión colombiana de la Batalla de Ideas cubana.
El Miedo al Miedo lo trabajan en cuatro frentes, con acciones muy definidas, aplicándose desde que perdió Petro.
¿Quiénes lideran el Miedo al Miedo?
Iván Cepeda: azuzando odios contra Uribe, al tiempo en que regula el accionar de la FARC y del ELN. Propagandizando que el paramilitarismo es uribista y culpable de que las guerrillas retomaran las armas para seguir atacándonos. Así, con la complicidad de sus secuaces de una “izquierda pacifista” o “izquierda moderada que no quiere más derramamientos de sangre”, están empeñados en acabar con Álvaro Uribe Vélez y los millones de colombianos de bien que sí anhelamos vivir en paz, en el país próspero y democrático que nos merecemos.
Gustavo Petro, la cabeza más visible de la extrema “izquierda”, quien se proyecta como una “víctima de la incomprensión de los del centro (Verdes) y los de esa izquierda recalcitrante del Polo”. ¡Ojo! Petro jamás ataca a Iván Cepeda, lo de él es contra Robledo y sus afines que dirigen al Polo. La UP y MAIS le jalonan a los de ASI que nunca han comulgado con Petro.
Petro, el “incomprendido”, el “cuestionado” y hasta “atacado” por sus congéneres de “izquierda” viene cumpliendo su rol de avivar a los jóvenes reaccionarios extremistas metidos entre la juventud que sale a protestar por causas justas, pero que son manipuladas por Petro. Es que lo de él, siempre guerrillero, es incendiar, para luego pintarse como que sería quien podría apagar después, si sube al poder.
Francisco de Roux, ese “cura” jesuita, es el cerebro, el encargado de hacer “pedagogía de paz”, haciendo creer que “mientras sigan gobernando los mismos” no habrá paz en Colombia.
El de Roux, muy inteligente y súper astuto, hace que parezca que se esfuerzan en lograrse la paz, desde su “Comisión” y de la JEP, pero que no avanzan ni concretan por “culpa” del Uribismo (“los mismos de siempre en el poder) que quieren “hacer trizas la paz” y por eso el pueblo colombiano no ve frutos, a pesar de tantos miles de millones dados a la JEP y esa “Comisión” que ya llevan bastante tiempo inoperando; vagueando.
De Roux es el nodo que une a todo el entramado de jefes izquierdosos, es el que rige –por debajo de cuerda para mantenerse en bajo perfil- las coordinaciones de acciones, de todas las formas de lucha.
Omar Rafael García Lazo -¡ese quién es!- pues el asesor principal, el jefe de la Oficina Política de la Embajada de Cuba. Uno de los funcionarios cubanos en Colombia mejor preparados: Licenciado en Comunicación Social en la Universidad de la Habana, Magister en Relaciones Internacionales en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa”, fue miembro del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba durante diez años hasta que lo mandaron para Colombia, como primer secretario de la Embajada de Cuba, cargo en el que lo visibilizaron muchísimo ante la “izquierda” colombiana.
Tras las visitas de Petro a Cuba, se hicieron notables cambios entre los funcionarios cubanos en Colombia: Omar Rafael García Lazo dejó de ser el primer secretario para que lo sea Norma Florencia Gonzales Echavarría, la Cónsul que asumió los dos cargos –anomalía diplomática- pero fue un enroque que hicieron para que Omar Rafael García Lazo pueda dedicarse, exclusivamente y con más intensidad, al fomento de los lazos políticos de Cuba con las bases sociales de la “izquierda” en Colombia.
Omar Rafael García Lazo agradeció a los 24 sindicatos colombianos, invitándoles a aquel Encuentro Antimperialista contra el Neoliberalismo acontecido en la Habana durante los tres primeros días de noviembre pasado, de donde salió el “acuerdo”-¡orden!- de hacerse paros y marchas incendiarias en Suramérica, enfatizándose en Colombia.
La CUT y FECODE vienen organizando “Foros” y “Conferencias” donde Omar Rafael García Lazo “expone” las visiones “revolucionarias” cubanas y aboga por las necesidades de liderazgos que hagan “cambios en Colombia” y “logren la paz” de la que Cuba dizque es “garante”.
El Miedo al Miedo y el Miedo al Cambio (o el “Miedo al no cambio en Colombia”) van de la mano. Son estrategias fríamente calculadas; porque saben que…
Nuestros miedos, temores, pesadillas tienen fuertes cargas históricas que contextualizadas son un arma política fuerte.
Saben que si toman las riendas, harían creer que nos avisan contra temores tangibles que se pueden combatir, por muy difíciles que parezcan.
El miedo es una emoción básica que paraliza o empuja a la acción. Mostrándose qué debe producir terror y cómo responderse para enfrentarse miedos, se aprovechan de los desasosiegos y fabrican – a sus antojos- el “antidoto salvador”.
Y es que cuando se está afectados por miedos, la gente tiende a decir “sí” a cosas que serían inaceptables en otras circunstancias.
Los atemorizados devienen en individualistas, muy manipulables, porque dividiendo es muy fácil convencer: las personas se olvidan de ayudar a los demás y por ende se quedan solas, convertidas en individuos muy vulnerables.
Esa manipulación de miedos pone a la sociedad en altísimos riesgos, quebrada, donde los asustados tienden a ser muy violentos pues empujan a combatir en un todos contra todos, con tal de salvarse como se pueda, desconfiándose los unos de los otros, “defendiéndose” de amenazas.
Al igual que en Cuba y Venezuela, en Colombia nos quieren divididos, fijándonos en lo que nos diferencia y olvidando lo que nos une, centrados en un “sálvese quien pueda”, dispuestos a renunciar a libertades democráticas en pro de una ansiada seguridad.
Ahí es cuando esos “líderes” de la “izquierda” se postulan para “salvarnos” de nuestros temores, miedos promovidos por ellos mismos.
“Los que trabajan tienen miedo a perder el trabajo. Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar trabajo. Quien no tienen miedo al hambre, tienen miedo a la comida. Miedo a la multitud. Miedo a la soledad. Miedo a lo que fue y a lo que puede ser. Miedo a morir. Miedo a vivir”. Cínicas palabras del comunista uruguayo Eduardo Galeano, uno de los “clérigos” de la “izquierda” latinoamericana.
Metiendo miedo Cuba lleva décadas acabando con el pueblo cubano. Echando mano a miedos subieron a Chávez y mantienen a Maduro. Terrores que replica Daniel Ortega. A base de miedos pusieron a José Mujica, Lula Da Silva, Evo Morales, Rafael Correa, los Kirchner.
El miedo se enfrenta informándonos bien, enfrentándose temores, mirándonos a los ojos, luchando ¡unidos! para reconstruir el país, a la democracia, solidarios es que generaremos la confianza imprescindible y vital que impida a los traficantes de miedos beneficiarse a costa de nosotros.
Tenemos que aprender de los desmanes de pueblos que cayeron en las trampas de los populacheros que quieren el poder…para enriquecerse ellos, unos pocos, y sus cómplices, empobreciendo pueblos.
Ese mínimo de caciques comunistas colombianos quieren que nos dividamos más, que nos agredamos más, que perdamos las esperanzas; promoviendo odios y antipatías anhelan “coronar” en las próximas elecciones: pretendiendo mayorías en el Congreso y apoderarse de la Presidencia de Colombia; ¡gran país! que quieren poner al servicio de Cuba.
Mayor abstencionismo, muchísimos más votos en blanco, corrupción cómplice con los terroristas izquierdosos, amenazas guerreristas de los chavitas-maduristas, serían sus armas para sojuzgar a millones de colombianos –miedosos- empujando a las hordas mamertas que a través del miedo luego nos sumirán en décadas de terror.
Aun así confío muchísimo en el sentido común del pueblo colombiano, en las capacidades de los colombianos de recuperarnos de esta durísima crisis que sufrimos –sin empeorarla por culpa de populistas socialistas disfrazados de “progresistas”- siendo concientes de que sólo trabajando, emprendiendo, eligiendo ¡y bien! lograremos levantarnos, cual Ave Fénix, fortaleciendo a nuestra Gran Colombia.