Por: El Expediente
Para la época, la unimagdalena vivía una crisis institucional y económica en donde los grupos estudiantiles, directivos y el sindicato hacían una fuerte presencia en todas las decisiones que se tomaban al interior del claustro, fueron tal vez estos hechos los que generaron una pugna con el entonces Rector, quien no comulgaba con ninguno de estos y no aceptaba que sus decisiones fueran cuestionadas y mucho menos socializadas con los integrantes de la comunidad educativa.
Lo que se creó en la universidad fue una estructura ideológica y de choque ordenada por Caicedo Omar, en la que cualquier movimiento de disidencia o rebeldía era intervenido de manera inmediata con el fin de que se cumplieran las órdenes del rector. Uno de los que lideraba la oposición de las nuevas políticas internas de la Universidad era el Representante Estudiantil Hugo Maduro, quien de manera frentera denunciaba los presuntos hechos de corrupción, maltratos y abusos a los que se vieron envueltos el sindicato y los trabajadores, una piedra en el zapato fue lo que se le volvió Maduro a Carlos Caicedo
Los que conocían a Hugo Maduro se referían a él como una persona comprometida con la universidad, buen estudiante, buen compañero pero sobre todo no compartía los actos irregulares que fueran en desmedro del alma mater, por asumir esta posición critica tuvo que soportar amenazas e intimidaciones que finalmente se materializaron cuando el día 26 de mayo del año 2000 murió al recibir tres disparos a quemarropa en su propia residencia. Por este hecho fueron condenados como autores materiales los señores Luís Carlos López Castro y Helmer Sait Hincapié de la Cruz, sin embargo la justicia vinculo al señor Carlos Caicedo como posible participe de la muerte del líder estudiantil.
El 14 de mayo de 2001, un año después de la estruendosa muerte de Hugo Maduro, la Universidad se vio envuelta en otro hecho de sangre, esta vez quien perdió la vida fue el Vicerrector Julio Otero, asesinado en inmediaciones de la sociedad portuaria de santa marta a eso de las 8 y 50 de la noche. El Vicerrector al parecer mantenía serias diferencias por la forma en como el rector de la época pretendía encaminar la Universidad y los enfrentamientos verbales eran cada día mas acalorados, por lo que había emergido la preocupación en su familia debido a las llamadas amenazantes e intimidatorias que se realizaban en su residencia, hecho que se materializo con su posterior muerte.
La situación de penumbra que arropaba la Unimagdalena era cada día evidente, el pacto del silencio que se vivía a diario genero gran preocupación dentro de la comunidad docentes, sin embargo la voz del Decano Roque Morelli Zarate nunca dejo de ser critica y al igual que a lo ocurrido con Julio Otero y Hugo Maduro, las balas silenciaron su voz. Rosa Zarate de Morelli, madre del asesinado Decano, señalo como presunto autor intelectual de la muerte de su hijo al señor Carlos Eduardo Caicedo Omar y así lo ha declarado en las distintas instancias judiciales a las que ha asistido en calidad de testigo por el asesinato de su hijo.
Estos hechos de sangre han movido el aparato judicial tanto en la ciudad de Santa Marta como a nivel Nacional, sin embargo a pesar de las evidencias y pruebas el manto protector de Caicedo Omar ha pesado en su favor y hasta ahora ha salido avante de este lio judicial. Una de los testimonios más contundentes que se han revelado y que señalan al exrector como autor intelectual de estas muertes es la del señor Edgar Ochoa Ballesteros postulado en justicia y paz, quien en el año 2013 en un video publicado por el periodista samario José Alejandro Arias hizo tal afirmación. En uno de sus apartes dice que la muerte del Decano Roque Morelli y los demás muertos en la Universidad provienen de una orden dada por el rector Caicedo (SIC), y que además afirma que este era un colaborador de las Autodefensas.
(Declaraciones de EDGAR OCHOA BALLESTEROS)
El mismo periodista José Alejandro Arias, publico otro vídeo también del año 2013 en la que se entrevista al paramilitar Alias “orejitas” y da cuenta de una reunión en la propia Universidad en la que asistió el señor Carlos Caicedo y en donde entrego un listado de personas que debían ser dados de baja entre ellos al representante estudiantil Hugo Maduro, porque según afirma había tenido una serie de problemas con él. Alias “orejitas” indica también que se siente decepcionado de la justicia porque Caicedo Omar no es ninguna monja, es un bandido y ahora en Santa Marta es un rey (palabras textuales)
(declaraciones alias orejitas)
Estos hechos totalmente documentados y entregados a la fiscalía generaron entonces un proceso complejo de investigación y fue así como para el año 2011 el recién electo Alcalde de la Ciudad Carlos Caicedo, una fiscal de Derechos Humanos emitió orden de captura en su contra, sin embargo esta no pudo hacerse efectiva debido a que provino una contra orden y echó para atrás la captura. El proceso judicial continua en un completo olvido, no obstante que existe un cumulo probatorio amplio que permita resolver la incógnita de las muertes de la Unimagdalena.
Pero mientras todo esto pasa y reina la impunidad, el exrector Caicedo pretende ser candidato presidencial con un discurso de victimización mediante el cual pretende poner los reflectores sobre la gobernadora Rosa Cotes y su familia en cabeza del empresario Álvaro Cotes Vives. A través de medios y periodistas amigos se ha propuesto difundir la idea de que hay un plan para desprestigiar su nombre y boicotear su aspiración presidencial.
El Expediente investigó y encontró una serie de vasos comunicantes que hacen parte del proceso de distracción que siempre ha utilizado el exrector para encubrir sus actuaciones.
Según la noticia que circula en las redes el paramilitar José Gregorio Rojas, habría recibido en la cárcel a un abogado que venía en representación de la familia Cotes Vives y al parecer el tema a tratar era crear una serie de declaraciones que enlodaran el nombre del señor Carlos Caicedo. Sin embargo hay un hecho que llama la atención y es que el propio exrector había denunciado penalmente al José Gregorio Rojas por los delitos de injuria y calumnia. El proceso fue asignado al juzgado Séptimo Penal Municipal que es dirigido por la Juez Claudia Consuegra.
La denuncia interpuesta culminó con un proceso de conciliación sin que se conozca cual fue el resultado de la misma. ¿por qué concilió Carlos Caicedo con la persona a la que ahora acusa de querer enlodar su nombre?
Volvamos a la situación de las muertes del Universidad del Magdalena, el señor Caicedo Omar ha pasado por 22 declaraciones y 45 fiscales lo cual es un récord en un proceso judicial de estas connotadas características que violentan los derechos humanos, sin embargo hay que decir claramente que a pesar de encontrarse vinculado jurídicamente por el caso de estas muertes, a la fecha no ha sido posible determinar por parte de las autoridades si efectivamente el exrector tuvo algún tipo de participación o no, en los hechos de sangre del claustro universitario.
Los samarios y las familias de las víctimas, piden a la justicia que resuelva estos hechos, que se sepa la verdad y que de una vez por todas se diga quien o quienes fueron los autores intelectuales de las muertes en la Universidad del Magdalena.
El Expediente intentó comunicarse con el señor Carlos Caicedo Omar para escuchar su versión de los hechos pero no fue posible obtener respuesta a las llamadas y mensajes. Quedamos abiertos a conocer su posición frente a las acusaciones en su contra.