Por: Alejandro Ramírez
Información de inteligencia de la Policía Nacional lo corrobora: lo que ha venido sucediendo durante las jornadas violentas en el Valle del Cauca y Cauca, reúne las características de un ataque orquestado por la narcoguerrilla de las farc, quienes se sumaron al paro convocado para el 28 de abril y se prolonga por más de un mes.
La reciente captura de alias Richard, reincidente de la columna Jacobo Arenas de las farc a quien la Policía seguía, revela los planes de los otrora plenipotenciarios de la farc en la Habana durante las negociaciones de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos. La narcoguerrilla, dirigida entre otros por Alias Iván Márquez, junto a alias romaña y alias el Paisa, se concertaron para sembrar el terror y secuestrar una de las regiones más prósperas de Colombia, el Valle del Cauca. Son planes de agitación financiados por el narcotráfico, que incluyen bloqueos y el ataque a la infraestructura pública. Así nos lo dejaron ver en la quema de la URI de Popayán o el palacio de justicia de Tuluá. Vandalizaron los CAI’s de las ciudades y atacaron con armamento de guerra a los agentes de la policía, ocasionándoles graves heridas. Asesinaron al patrullero Bríñez del cuerpo de Carabineros de la Policía. Esperamos la pronta judicialización de quienes participaron en esta ola de terrorismo.
Alias Richard, fue capturado junto a una mujer y cuatro de sus compañeros, sindicados de pertenecer a una milicia urbana en Cali, la cual operaba desde una vivienda en el barrio Cristo Rey. Se presume que estaría al mando de movilizar personal desde Cauca para protagonizar los bloqueos en Cali y Buenaventura. Paradójicamente, y pese a que ésta información reposaba en manos del gobierno, el recientemente posesionado comisionado para la paz, Juan Camilo Restrepo junto al viceministro del interior, Juan Pablo Díaz Granados, entregaron funciones de policía a quienes protagonizaban los bloqueos en Buenaventura, un aberrante acto desautorizado por gobierno nacional.
Mientras las farc financia la movilización de delincuentes para desestabilizar al Valle del Cauca, movilizaron también sus cargamentos de coca. La Policía Nacional ha identificado a varios frentes de la guerrilla aumentando sus envíos de base de coca desde sus cristalizaderos y se observa un incremento en las incautaciones en lo que va de este mes de paro. Sin embargo, los sectores políticos en oposición, poco o nada se preocupan por este fenómeno: contrario a ello, se concertaron en una moción de censura contra el Ministro de la Defensa que perdieron estrepitosamente, y hasta el ex presidente Gaviria sufrió la derrota más grande en las huestes del partido liberal, donde solo tres congresistas de trece siguieron su orden de votar favorablemente la moción de censura al Ministro de Defensa Diego Molano.
Aún conociendo la magnitud de lo que subyace a estas movilizaciones, algunos mandatarios pasaron por alto ésta realidad. El caso más relevante lo encontramos en alcalde Jorge Iván Ospina, culpable de la destrucción que vive su ciudad por su limitada, o nula, voluntad para enfrentar una verdadera oleada de terrorismo. Lo sucedido en Cali durante estas jornadas violentas, deja más desempleo y pobreza para sus habitantes que las ocasionadas por los cierres a que obligó la pandemia. Esperamos que una vez revelada esta información de inteligencia, el gobierno actúe rápidamente en la denuncia internacional al régimen de Nicolás Maduro, quien protege a la banda de alias Iván Márquez y las farc en su territorio, permitiendo que desde su país se financie esta ola de terrorismo, en esa ya conocida “brisa bolivariana”.