En diciembre de 2016 en plenas festividades navideñas, como a hurtadillas, el Congreso de la Republica le aprobó al Presidente Juan Manuel Santos y al entonces ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas una de las modificaciones tributarias que más han golpeado el bolsillo de todos los estratos: el impuesto sobre las ventas IVA pasó del 16% al 19% un alza considerable si se tiene en cuenta que es el impuesto más representativo del paquete fiscal del Estado y que más sienten las familias colombianas.
Esa modificación se impuso con 45 votos a favor y 30 en contra y aunque las bancadas en el Senado del Polo Democrático y del Centro Democrático se distanciaron y votaron negativamente el peso del computador de palacio y los cupos indicativos pesaron más que la sensatez y el interés general de los ciudadanos. Una vez surtido el trámite exprés en el Congreso el Presidente Juan Manuel Santos le puso su firma el 28 de diciembre de 2016 y aunque productos como la carne, el pollo, la leche, los huevos, las frutas y vegetales siguieron exentos, son 100 productos en total, algunos de primera necesidad, los que quedaron grabados con el 19%.
Los colombinos pagan el 19% por productos como jabones, desinfectantes, detergentes, utensilios de aseo y productos de alimentación como los cereales; la frutas verduras y hortalizas enlatadas; sopas; salsas, cremas, aceites; jugos, gaseosas, neveras, cocinas, comedores, alcobas y muchos otros productos; la ropa de niños, los servicios de mecánica, telefonía celular y la cerveza; un impuesto que pagamos todos y por el que ahora el gobierno nacional devolverá $37.500 pesos mensuales, $75 bimensuales a los colombianos de estrados uno y dos y menos favorecidos según la tabla del Sisben.