LEALTAD DE LOS GENERALES

Por: Rene Galindo Rodríguez
Teniente Coronel de la Reserva Activa

El Ejército de esta patria sufrida se ha caracterizado por su valentía, su arrojo que ha sido construida desde los campos criollos de aquella época con el nacimiento de la gran Colombia, guerreros destacados siempre combatiendo la esclavitud de forajidos invasores.

Ese ejército patriota de sangre guerrera, de indomables soldados con lanza y mosquetones que nos los detenía nadie, siempre fueron comandados por grandes y valientes coroneles, capitanes y grandes generales…Bolívar, Nariño, Córdoba, Santander etc que se distinguieron por empuñar las armas hombro a hombro junto al ejército criollo que por aquella época se levantaba contra los españoles.

Dicen que los tiempos cambian y que todo cambia para bien y ya hoy han transcurrido 202 años de gloria del ejército patriota, que a pesar de las tormentas políticas, ideológicas, terroristas y jurídicas sigue vivo porque sus principios, valores y lealtad de sus soldados permanecen intactos e inquebrantables frente a la amenaza que se cierne sobre ellos.

Valores construidos en sus humildes familias y en escuelas de formación, que son también los mismos hogares donde han nacido grandes colombianos que han sabido orientar a sus hijos, para que, durante todo este tiempo de historia patria, sean quienes hayan defendido la integridad de los habitantes de este país. El soldado es símbolo de lealtad y arrojo que siempre da su vida defendiendo la de los demás a cambio del bien general.

Para la época difícil que hoy atravesamos, al ejército le falta dirección, comando y liderazgo de algunos generales, …. generales que faltan al compromiso juramentado de defender integralmente la patria por encima de cualquier interés mezquino y dañino de quienes la habitan. No hay corajudos, ni cojonudos generales que empuñen la verdadera espada de la victoria y por el contrario lucen la espada de la vergüenza que fue entrega por el nobel de paz para comprar sus conciencias, hoy solo estos insignes de la patria se dedican a seleccionar cual es el mejor puesto burocrático, de acuerdo al poder para acomodar su equipo de calanchines que les maquillan sus caprichosos actos a veces corruptos, no son todos pero es notable lo que ocurre y simplemente quienes no están con el clan, es enemigo y declarado objetivo.

Los generales están contaminados de burocracia, politiquería que no les permite planear, verificar y ejecutar sus planes, sin que sean manoseados sus conceptos, no hay criterio de decisión, los generales no son leales con la tropa tal vez producto también de la presión mediática y descomedida de sectores politiqueros del país.

Exigen lealtad a sus subordinados, días y días enteros repiten como loros que se necesitan resultados, que el enemigo acecha, que la patria está en riesgo, utilizan tácticas de amenaza contra sus subalternos, los presionan con argumentos como «que siempre las ordenes se deben cumplir por mandato constitucional».

Hasta ahí todo está bien, pero donde esta la voluntad real de los generales para comandar, dirigir y liderar sus tropas, si al primer asomo de error o resultado positivo de sus subalternos les dan la espalda y como pilato se lavan las manos, para que solos estos héroes se defiendan de la jauría de enemigos de toda clase que hay fuera de la institución, no hay respaldo institucional, el soldado está solo.

La cobardía es su mejor descripción y calificativo, alguien dijo hace unos días el vandalismo y el terrorismo será derrotado en menos de 24 horas, que en un mes estaba todo restablecido en ciudades y campos asediadas por el terrorismo, cacareaban este anuncio por todos los medios de comunicación. Pero tiempo después todo continuaba igual, subalternos eran la carne de cañón aguantando el embate terrorista, el señalamiento mediático pero nada paso, ningún general de pantalones y carácter dijo los derechos de la mayoría serán defendidos por encima del criterio absurdo de politiqueros destructores y defenderé mis soldados, entonces de nuevo los subalternos no encontraron la lealtad y el respaldo de los generales de la patria, ellos tenían miedo de actuar, al ver que la misma carta magna era pisoteada.

Pronuncian discursos contaminados de politiquería que al final no se cumplen en su totalidad. Le mienten a la opinión pública solo por quedar bien y cuidar su propia imagen, en vista de que su incapacidad supera la responsabilidad… Lealtad y obediencia reclaman a diario…. pero como sus subalternos sacrifican su vida! si ya no existen un Juan José Rondón que junto a sus 14 lanceros esté dispuesto a dar la vida junto con ellos por defender la causa.

Que se sacrifiquen y se mueran los demás, al fin y al cabo, los generales en esta patria son intocables y el mismo sistema los protege.
La lealtad …no aplica de arriba hacia abajo, en cambio si existe entre ellos, algunos mezclados con la clase corrupta, burocrática y mezquina, lealtad que juran defender en la famosa mesa redonda apuntando sus sables al centro de la misma, lealtad entre poderosos que se reparten el ponqué en partes convenidas de acuerdo a sus voluntades. Esa es la lealtad que ninguno le pise la manguera al otro es principio inviolable de los generales de esta patria.

Mientras tanto las tropas luchan por vocación y convicción en los campos para defender la integridad de los colombianos, sin embargo, en este devenir de cosas se destacan sobresalientes generales que hacen su trabajo apegado a la institución, pero son ellos un reducido grupo quienes se constituyen en la piedra en el zapato del combo de corruptos que se reparten el botín cual señor de las bolsas oscuras.

En Colombia a gritos la sociedad reclama que se debe reestructurar el congreso, la justicia, y otras instituciones que necesitan un cambio profundo, pero el ejercito no se escapa de la corrupción, por eso se necesitan generales militares no políticos comprometidos con el ejército, tampoco manoseados por el sistema politiquero e ideológico del país, se necesitan generales neutrales y patriotas apegados a la constitución, ellos deben ser nombrados y ternados por el mismo cuerpo de generales incluyendo los retirados con el fin de acabar el virus de la burocracia y el tráfico de influencias para ser general de la república.

El que sea general de la república debe ser un ejemplo de ciudadano, un soldado de honor y digno representante de la gran institución. No podemos permitir generales politizados, corruptos, amangualados, poco patriotas y nada comprometidos con la base de la pirámide … el soldado.

Se necesitan soldados de insignia, verdaderos patriotas y que en época difícil a pesar de la tormenta sepan liderar y comandar.

Se necesitan Generales leales con la tropa, con el oficial, con el suboficial y el soldado, que defiendan los intereses institucionales, que se ataque directamente los atropellos politiqueros; hoy como hace falta un General Pinilla, un general Bedoya, un Córdoba o un Bolívar. La institución se desmorona por falta de dirección, estamos a tiempo para que se haga una reingeniería interna para el bienestar de la misma y se retome el rumbo perdido.

El soldado, suboficial y oficial está desmotivado porque no hay compromiso político y jerárquico de los generales, tampoco hay garantías procesales cuando los resultados son en contra del terrorismo. Cuando se recupere los verdaderos valores institucionales y patriotas tal vez será tarde, el clientelismo, el progresismo, la corrupción y la politización habrá hecho tanta mella que la institución se verá en riesgo estructural de colapso. Para qué ser general si no se tiene el carácter y preparación para enfrentar todas las manifestaciones de amenaza que hoy enfrenta la nación. Estaremos seguros o no que el cuerpo de generales sean los llamados a salvaguardar la institución bajo el principio de la lealtad con sus subordinados. Amanecerá y veremos.

Patriota de corazón

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