Las expectativas e ilusiones que ‘vende’ Gustavo Petro

Por: Fernando Torres Mejía

En un recorrido por varios sectores de la ciudad, observe a muchas personas, algunos jóvenes, otros ya mayores, varios de ellos deambulando por las calles y otros en los parques por cuenta del desempleo, que los obliga a vivir del rebusque, así que me puse en la tarea de conversar con ellos. Como era de esperarse coincidieron en afirmar lo que ya sabemos, o simplemente corroborar la situación en la que vive esa otra Colombia, la que hemos olvidado, a pesar de que la pandemia del Covid, nos demostró que todos somos iguales, aquella que se cansó de buscar oportunidades, de ver como todos los días los de “cuello blanco” se roban el país y no les pasa nada, en cambio, su situación sigue siendo la misma, y están cansados de luchar y luchar sin que su situación mejore o cambie, pero además la otra Colombia, no ha querido entender que en cualquier momento, nos tendremos que enfrentar aun estallido social sin precedentes, mucho peor al que se vivió el año pasado.

Cuando observamos en los semáforos a los que venden los BonIce, los vive 100, las galletas, los chicles, los bombones, o simplemente los que limpian los parabrisas, aparecen cuestionamientos como, ¿será que estas personas le seguirán creyendo a los que ellos consideran los mismos de siempre?, será que con su situación económica y sus necesidades cada vez más apremiante ¿no tendrán la ilusión y la esperanza de buscar un camino distinto al que han venido recorriendo por años sin encontrar ninguna solución?.

Por eso, cuando nos enfrentamos a estas situaciones, hay que salir a rebuscarse el sustento diario para poder tener con que hacer una sopita o un arroz con papa y si alcanza, un agua de panela para poder sobrevivir, pero además, están convencidos de que esto se presenta por culpa del sistema, por lo tanto, esas personas pierden sus sueños, sus ilusiones, y fácilmente llegan a la conclusión que su vida y su futuro no están claros por culpa de lo que le ha tocado vivir y culpan a los gobernantes por su situación, y no les queda otra camino que buscar algo distinto algo diferente y plantearse disyuntivas, como “llevo muchos años donde mi vida sigue igual, no pasa nada, no cambia y ¿entonces que futuro tengo?”. Es ahí donde aparecen personajes nefastos pero que con su poder de convencimiento y su inteligencia, que claramente la usa para manipular, les vende ilusiones, los pone a soñar, a pensar y finalmente los termina convenciendo y haciéndoles creer que él, es el salvador, el mesías aquella persona que tiene el poder de transformarles sus vidas y volver a creer que todo se puede.

Los gremios, empresarios y los poseedores de grandes riquezas, nunca reflexionaron que este tipo de situaciones se podría presentar a pesar de que les han brindado trabajo a personas de escasos recursos que viven en zonas vulnerables, pero solo se conformaron con mantenerlos bajo las mismas condiciones y nunca se han detenido a pensar que después de varios años continuaban en las mismas posiciones y bajo las mismas condiciones, sin ofrecerles otras oportunidades, como motivarlos a emprender, tampoco invierten en como mejorar sus condiciones económicas y más aún sin compartir parte de sus utilidades y de esta forma, no continuar incrementando las brechas sociales, pero es que además, los gobernantes tampoco han hecho lo suficiente para flexibilizar y quitarles cargas a los empresarios para que puedan hacer los cambios y transformaciones necesarios, que se requieren para que puedan mejorar la calidad de vida de sus colaboradores.

Este descontento generalizado es el que está capitalizando, el “vendedor” de ilusiones y de que manera, ganándose la confianza, los sueños y las ilusiones de millones de personas que creen en sus propuestas, muchas de ellas impensables o inviables como:

• La construcción de un tren elevado y eléctrico para comunicar Buenaventura con Barranquilla.

• Permitir a miembros de la sociedad presencia en la Junta Directiva del Banco de la República, en particular a las “organizaciones productivas”.

• La eliminación de las EPS y volver al sistema anterior que fue todo un fracaso.

• Eliminar estratos sociales para asignar subsidios bajo el argumento de mejorar la realidad económica de las familias y permitir asignar las ayudas monetarias de manera más eficiente.

• Incrementar los aranceles a las importaciones como una medida de proteger la industria nacional.

• La creación de un subsidio de 500 mil pesos mensuales dirigido a 6 millones de mujeres cabeza de familia y adultos mayores sin pensión”.

• Además, pretende un sistema de pensiones exclusivamente público en el que los aportes se destinen para pagar las mesadas de los ya retirados.

Propuestas de alguien que está desesperado y busca a toda costa llegar a la presidencia para acabar con la democracia, por lo que es tan peligroso que sigan creyendo en LAS EXPECTATIVAS E ILUSIONES QUE “VENDE” GUSTAVO PETRO

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