En la investigación contra Álvaro Uribe, la Corte Suprema de Justicia en cabeza del magistrado José Luis Barceló, no se ha ahorrado ningún truco para lograr llevarse por delante al expresidente.
El magistrado, que se enredó explicando como la Corte terminó escuchando el teléfono del expresidente Álvaro Uribe, ordenó desde hace varios meses la interceptación del teléfono de Fabian Rojas, asesor y mano derecha del expresidente Uribe en su UTL en el Congreso.
Su teléfono, una línea Claro 313 xxx 4 xxx por el cual pasan muchas de las llamadas que atiende el expresidente, ha sido objeto del fisgoneo de la Corte durante meses. Es una forma de ‘pegar’ los números con los que frecuentemente conversa Fabian y el expresidente a través de esa línea, es decir, porder chuzar a los interlocutores de Uribe.
La Chuzada, sin aparente justificación, no fue ocasional y por el contrario lleva meses, incluso acompañada de seguimientos y otras presiones contra el funcionario del Congreso de la República.
¿Si la Corte no tenía intención de escuchar al expresidente por qué sí tiene registro de 16 mil llamadas desde el teléfono de su asistente personal, incluso en folios reservados del proceso?