Por: Julian Quintana
Después de 25 años -por iniciativa del Gobierno Nacional-, la plenaria del Senado de la República aprobó la reforma a la justicia. En mi opinión, si bien no resuelve los problemas de fondo que hoy padece la Rama Judicial, sí crea herramientas novedosas que ayudarán a que la justicia se modernice, se reduzca la congestión en los despachos judiciales, exista más trasparencia en los procesos y que el acceso a la justicia tenga más cobertura.
Entre sus derroteros más importantes está el incremento de los recursos para la justicia, que tendrá el 3% del presupuesto de la Nación de forma progresiva, lo que representa aproximadamente 4 billones de pesos. Sin duda alguna, ello permitirá mejorar las condiciones laborales de los empleados de la Rama Judicial, proporcionándoles las herramientas de trabajo adecuadas, como también constante capacitación.
Se establece la equidad de genero, es así como el 50% de las listas para acceder a la magistraturas de las altas cortes, estarán conformadas por mujeres, con el fin de garantizar los principios de paridad, alternancia y universalidad en la participación. Como también se prioriza el acceso por méritos a altos cargos de la Rama Judicial.
Se adopta el expediente digital en todas las ramas del derecho, adecuando la justicia a las nuevas dinámicas tecnológicas, con el fin de que las partes puedan acceder a la totalidad del expediente sin tener que ir hasta el despacho judicial que sustancia el proceso, ahorrándose filas y las engorrosas fotocopias, ello también permite que el usuario pueda hacerle una vigilancia más rigurosa al proceso. Además se podrán presentar demandas, denuncias, escritos y memoriales por medio virtual, lo que generará que los procesos sean más ágiles.
Profundiza sobre la conformación autónoma y funcional del Consejo Superior de la Judicatura, como órgano de gobierno y administración de la Rama Judicial. Como también hace hincapié en la autonomía de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, donde los funcionarios de la Rama Judicial tendrán doble instancia, la primera a cargo de una sala compuesta por dos magistrados y la segunda con dos magistrados diferentes. Y se crea la figura de los Jueces y Magistrados itinerantes, que estarán en cargados de atender las regiones con más congestión judicial.
Sin embargo, gran polémica ha generado la nueva regulación de los 15 años de experiencia, donde esta se puede homologar con otras profesiones y disciplinas distintas, para ocupar cargos propios del derecho y así acceder a cargos como el de Fiscal General de la Nación, Procurador General, Defensor del Pueblo y Registrador Nacional. Es decir, la experiencia podrían estar relacionada con cualquier carrera profesional y no solo la de abogado.
En mi criterio, se deja por fuera temas nucleares, como la reforma a la JEP que después de 4 años no ha emitido una sola condena. Y la forma como se eligen los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que como se ha evidenciado en varias ocasiones, la misma corporación ha bloqueado nombramientos por rivalidades internas.
Lo cierto es que la última palabra la tendrá la Honorable Corte Constitucional, que hará el control automático de esta reforma y establecerá si sus postulados son congruentes con la Constitución.