Por: Zaida Piñeros
El pasado lunes 24 de julio amanecimos con una noticia que nos rompió el corazón a más de uno, Pacho y Chita, dos de los chimpancés más queridos del Bioparque Ukumarí en Pereira fueron sacrificados por miembros de la Policía y el Ejército Nacional.
Al parecer, había riesgo de que Pacho se abalanzara contra una de las personas que participaba en la búsqueda y Chita, a unos metros de su jaula en Ukumarí, intentó agredir a quien la estaba controlando. Sin embargo, lo que llama la atención es que los hechos de estas muertes son muy confusos, noconcuerdan con la misión del zoológico sobre la conservación de la biodiversidad animal y hasta el momento no se han comprobado ya que todo lo dicho es una “versión oficial”.
¿Acaso en el protocolo no estaba la advertencia de no acercarse “torpemente” a un animal en un hábitat que considera suyo y del que seguramente se podría sentir celoso por su instinto de territorialidad?
Después de que se conociera la muerte de estos doschimpancés que causó conmoción, los hechos todavía no sonclaros, pues en redes sociales muchos usuarios y movimientos animalistas manifestaron su inconformidad sobre la manera en que se ejecutó la activación del código rojo de emergencia por parte del Bioparque Ukumarí.
Una activación en la que veterinarios, bomberos, uniformados de la Policía y cuidadores del parque “debidamente capacitados” para actuar en situaciones de emergencia realizaban labores de búsqueda de un “animal que puede causar la muerte de una o varias personas (…), dada su alta peligrosidad por su comportamiento (…)”, explicó Sandra Correa Montoya, la gerente de Ukumarí a Radio Nacional de Colombia, no obstante, se les olvidó que por instinto animal debían conservar la distancia, actuar con prudencia y estrategia para haber evitado una muerte a sangre fría y sin corazón como ocurrió.
Entonces, es más que seguro que este sacrificio innecesario y cruel es resultado de una improvisación en el protocolo de acción de Ukumarí para enfrentar estas situaciones.
Pues al parecer el escape de Pacho y Chita además de responder a un error humano también hay rumores de que en ese momento había un evento político al interior de Ukumaríde acuerdo con W Radio, razón por la que el descuido podría ser mayor de lo que se pensaba.
Lo triste es que, los animales son más fieles y en muchas ocasiones, mejores que los seres humanos, dan la vida por sus amos a quienes aman incondicionalmente, por lo tanto, vale la pena valorar la vida de un animal de igual manera a una humana cuando se tiene el poder de controlar una situación de emergencia como en este caso.
Pues todavía nadie entiende, cómo es posible que Pacho, un Chimpancé que fue donado por Raúl Gasca a Ukumarí dado que la ley colombiana prohibió el uso de animales en espectáculos circenses, le hacía caso a Gasca quien lo educóy consideraba su hijo de acuerdo con lo narrado a Blu Radio, fuera asesinado o sacrificado sin que “los empleados del parque que contaban con material para dormir a los chimpancés” según lo narrado al mismo medio de comunicación por la coronel Alexandra Díaz, comandante de la Policía de Pereira, lo usaran en esta emergencia que, según Díaz, “no fue la adecuada para lograrlo”.
Pero a qué se refería con que “la situación no fue la adecuada para lograrlo”, acaso ¿ni siquiera lo intentaron? ¿Alos expertos de Ukumarí se les olvidó que los animales son seres sintientes y que también tienen derechos? ¿los“expertos” de este Bioparque no saben disparar dardos tranquilizantes o quizás no los saben manipular?
Y así, tienen el descaro, porque sí, es un descaro que por un error humano de los colaboradores de este zoológico tengan que pagar dos chimpancés que en medio de su inocencia animal salieron a divertirse y los castigaron con tiros de fúsil en donde perdieron la vida por culpa de sus cuidadores.
Pero, pues a explicaciones más que pedidas, Sandra Correa, llorando en W Radio dijo que los chimpancés habían estado siete años en Ukumarí, que le dolía lo sucedido, pero que como parte del protocolo de acción era necesario asesinar a los chimpancés debido a que el efecto de un dardo tranquilizante podría surtir efecto entre 10 y 30 minutos.
Un segundo, ¿acaso los dardos tranquilizantes no son para enfrentar situaciones como esta?
Si se usan los miligramos que corresponden al peso del animal y se dispara a una distancia prudente y a tiempo, hace efecto en máximo 5 minutos, según el portal web microsiervos, sin que nadie salga herido y conservando la integridad del animal, por lo que entonces se pone en tela de juicio la competencia, idoneidad, aptitud y suficiencia tanto de la gerente Correa como de sus colaboradores y cuidadores sobre la forma de enfrentar este tipo de situaciones en la que deben estar suficientemente capacitados para no ejecutar un protocolo con tanta improvisación que se salió de control.
Pero y Chita, ¿también la mataron por qué supuestamente representaba un peligro?, pero, ¿un peligro para quien si estaba en Ukumarí?, fuera de su hábitat pero no había salido del bioparque, ¿cuál es la justificación de su neutralización?¿por su estado de euforia tocaba dispararle? ¿En este caso tampoco pudieron usar los dardos tranquilizantes?
En fin, una situación que se le salió de las manos al bioparque Ukumarí por la falta de organización en la ejecución del código rojo de emergencia donde mataron a dos animales por un error y falta de atención de sus cuidadores que tan solo disfrutaban de su hábitat día a día mientras eran el centro de atención de los visitantes del zoológico.
Menos mal la Procuraduría ya pidió claridad sobre la muerte de los chimpancés y solicitó información sobre los protocolos para el rescate de los dos animales que habían escapado del bioparque horas antes.
«Las directivas de Ukumarí deberán indicar las circunstancias que rodearon el operativo de búsqueda, confirmando a la Procuraduría el protocolo para atender este tipo de emergencias y las razones que dieron origen a su muerte, precisando si el incidente fue reportado a la Corporación Autónoma Regional de Risaralda», indicó el Ministerio Público.
Por su parte, la Fiscalía General de la Nación señaló que a través de GELMA, un grupo que investiga y judicializa los casos relacionados con el delito de maltrato animal a nivel nacional, “abrió noticia criminal y avanza en la recolección de información y evidencia física que permita establecer las circunstancias en las que ocurrieron los hechos”.