Por: Fernando Torres Mejía
Hoy en día está de moda el término “inteligencia artificial”, aunque para muchos suena extraño y prefieren no investigar, ni indagar, ni mucho menos detenerse para intentar entender de que se trata, la principal razón, es porque se lo imaginan como algo extraterrestre y piensan que eso es para los jóvenes e incluso muchos creen que eso es un tema de locos y que no vale la pena tratar de entender dicho término.
Traje a colación este término debido a que aún se discute sobre si Petro estudio o no estudio economía, si hizo o no una especialización, si tiene o no un doctorado, cuando ha quedado demostrado y con hechos que no tiene ni idea de cómo se debe conducir un país en términos económicos, y mucho peor, que el mismo no se conduce a punta de trinos incoherentes como los que lanzo esta semana que acaba de terminar, ya que lo único que consiguió fue elevar la tasa de cambio del dólar y convertirnos cada vez más, en uno de los países más pobres del mundo.
Es que “lograr” subir $137 pesos en un día y que tengamos un dólar en $4.627.51, como ocurrió al cierre de este fin de semana, y llegar a tener la tercera cotización más alta de nuestra historia, solo se logra por decisiones o comentarios desafortunados, torpes e irresponsables como los que hace Petro desde su cuenta de “Twitter”.
Primero lanza un trino en el que critica la decisión de la Junta Directiva del Banco de la República por haber subido las tasas de interés, en lo que sin duda es una clara intromisión en las decisiones de una entidad que hasta ahora se considera independiente. Segundo, plantear subir los intereses para frenar la salida de capitales golondrina y finalmente asegurar que fortalecerá la banca pública para promover la competencia en el sector financiero, lograr bajar las tasas de interés en un tiempo récord, no son más que mensajes torpes e incoherentes en un momento en donde el nerviosismo de los mercados, tanto locales como internacionales están a pasando por un momento de incertidumbre y volatilidad como pocas veces se había visto en los años recientes.
No se requiere haber estudiado para saber que la economía de un país no se maneja con emociones sino con sentido común y lógica, por eso atacar la independencia del Banco de la República, pretender controlar los capitales extranjeros y tratar de anunciar reformas para espantar la inversión, son consecuencias reales para que el dólar se dispare como viene ocurriendo actualmente en nuestro país, por eso no nos puede quedar la menor duda que por culpa de Petro, nuestra moneda se devalúa cada vez más que cualquier otra moneda del mundo.
Es que cuando se escuchan o se leen titulares de prensa como “La apertura del día de hoy pone al peso colombiano, posiblemente como la moneda más devaluada en el mundo por encima de la lira turca y del peso argentino” son sin dudas noticias que logran que los colombianos empiecen a buscar asesorías para abandonar el país como sucedió a finales de esta semana tanto en Bogotá como en Cali, donde en dos prestigiosos clubs de estas ciudades, se reunieron empresarios de diferentes sectores de la economía con una de las firmas más prestantes y reconocidas de Panamá, para buscar los mecanismos que les permitan llevar sus patrimonios o parte de los mismos e incluso buscar la forma de obtener su residencia permanente en dicho país, pues la inseguridad física y jurídica en Colombia es cada vez más apremiante y llena de incertidumbre.
Ahora bien, es que no solamente es Petro el que lanza una serie de incoherencias, es que todos los días cada uno de los miembros de su gobierno, llámense ministros, viceministros, asesores, etc., salen con cualquier comentario, propuestas o decisiones que aumentan el nerviosismo y la desesperanza, o, sino que tal la perla de la viceministra de energía Baliza Ruiz “no habrá más exploración ni explotación de hidrocarburos” y no contenta con esto, finaliza diciendo “no sé qué parte de esa frase no han entendido”.
Finalmente, con los últimos acontecimientos tales como la negociación que se viene adelantando con los ganaderos para comprarles tres millones de hectáreas, sacar adelante la nefasta reforma tributaria, acabar con la industria extractiva, indultar a los grupos al margen de la ley, entre otras, tengo mi propia teoría de los objetivos reales que se pretenden alcanzar, y es que junto a los grupos terroristas (ELN, FARC, Clan del golfo, etc.), quieren tener una estrategia que les permita pasar de una democracia a un gobierno dictatorial tal y como sucede en Venezuela. No sé si estoy siendo fatalista, pero es que nada más se puede esperar de una mente retorcida donde se alberga “la inteligencia artificial de Petro”.