Por: TC Rene Galindo
Nos estamos metiendo en una situación sumamente difícil, repetimos y repetimos la historia en nuestro país y no aprendemos, dicen que el cambio pronto llegara, pero todo parece repetirse, la historia de violencia de hace 25 o 30 años esta calcada, la verdad no ha llegado y la justicia tampoco, la situación es más oscura que clara.
Los revolucionarios en este momento dicen tener el sartén por el mango, pero pareciera que no conocieran la historia de la patria, un país sumamente violento que no se aguanta un cólico, los socialistas dicen haber ganado todo, pero equivocados están el polvorín está prendido.
Le ofrecen paz total a los violentos y de devuelta reciben una bofetada parecen ingenuos nacidos en Noruega.
El revolucionario ordena que se deben crear muchas más organizaciones de carácter social sobre todo en las regiones violentas del país, pero todos sabemos que son de oscuras intenciones, pareciera que los colectivos revolucionarios del silencio están en marcha y que el resto de país va arrodillarse a sus pies, pero sin duda a este escenario incierto habrá respuestas contrarrevolucionarias.
Recuerdo, y los colombianos no me dejan mentir que en los 90 los revolucionarios estaban a punto de tomarse el poder por las armas y hasta las goteras de Bogotá llegaron, poniendo en práctica su estrategia criminal, pero por el coraje de muchos colombianos esto nunca lo lograron. Ahora quieren acabar con la institucionalidad y con la democracia, pero muchos patriotas están listos a dar la pelea.
Dicen que Arauca es uno de los departamentos mas violentos del país, pero, al contrario, conozco valientes llaneros que están cansados de los revolucionarios que por muchos años los han esclavizado. Dicen que son zánganos, castristas y leninistas que por mucho tiempo han vivido desangrando a las verdaderamente gentes trabajadoras de esta región.
En el Catatumbo, Uraba, Cauca, Nariño y otras regiones del país sumamente violentas de Colombia, nunca sus gentes se han arrodillado al socialismo criminal, solo basta analizar los mapas políticos de las últimas elecciones, para entender que Colombia no es un país socialista.
Muchos dirán y entonces acaso los revolucionarios no están en el poder en este momento. Esto solo lo lograron por los acuerdos politiqueros del momento. Hoy dicen tener todo a su servicio para hacer lo que les da la gana, amenazan a unos y a otros; el monarca se mueve de un lado para otro avivando el fuego sin calcular que el país incendiado no lo apagara nadie.
Atacan como perros rabiosos a quienes intentan organizarse para defender la propiedad privada, sus vidas o su forma de pensar. Entonces los tachan de paramilitares o guerreristas, en cambio desde la otra orilla, es correcto es que el coctel criminal de terroristas, narcotraficantes y bandidos asesinen colombianos y a esto lo llaman derecho a la revolución.
Quieren satanizar y neutralizar a todo el que piense distinto al revolucionario, no saben lo desorientados que están. Si el socialismo atiza candela respuestas sin duda va a tener. El escenario es mas oscuro que claro, algunos de sus invitados a la paz total le dijeron que no, “que la guerra es necesaria”. Entonces los románticos socialistas que fichas juegan aquí pregunto.
La partida de ajedrez ya esta en juego, hay fichas blancas y negras; las negras atizan, atacan, desprestigian y calumnian; las blancas se defienden y contraatacan porque la idea al final de la partida, es que haya un resultado y no es el mejor para el país.
La contrarrevolución se despierta cuando la amenaza revolucionaria le respira en la nuca y pone en riesgo la libertad y la democracia; sin dudas es el pulso entre el progreso y la miseria, entre el capitalismo y el socialismo.
En este momento la patria reclama patriotas defensores de libertad para emprender una ofensiva política tendiente a contrarrestar los efectos de la revolución. La revolución es miseria y anarquía que todo a su paso quiere destruir, sin embargo, los colombianos no se arrodillaran porque la revolución socialista, la democracia no arrebatara. Si la revolución nos amenaza sin duda la contrarrevolución se multiplicará.
Ucrania contraataca y Rusia se desmorona. Pronto la revolución socialista caerá aplastada, romantizada en su propio engaño demagógico.