Por: El Expediente
El director de ‘Mañanas Blu’, Néstor Morales, se convierte en el nuevo blanco de las críticas en redes sociales tras una polémica entrevista.
En las últimas horas, las redes sociales y específicamente X han sido escenario de una intensa campaña contra Néstor Morales, director del programa radial ‘Mañanas Blu’.
La controversia comenzó luego de que Morales discutiera sobre el presunto hallazgo de restos humanos en una escombrera de Medellín, vinculando estos hechos con la Operación Orión, realizada por la fuerza pública en la década de los 90.Durante la entrevista, Morales expresó opiniones que generaron controversia, lo que llevó al Presidente Gustavo Petro a reaccionar en X, mencionando explícitamente a Morales y sugiriendo una posible influencia por su relación familiar con el expresidente Iván Duque.
Los mensajes en redes sociales rápidamente se intensificaron, con múltiples usuarios y cuentas, algunas asociadas a la ideología del gobierno actual, exigiendo el despido de Morales.
Las críticas no solo se centraron en su opinión sobre la operación militar sino también en supuestos sesgos políticos.
En varios de estos mensajes, se ha hecho explícita la petición de «quemar» a Morales, una expresión que en el contexto político y mediático colombiano implica la remoción del cargo o el desprestigio.
Estas reacciones en las redes sociales reflejan un patrón que, según algunos usuarios, ya se había visto con Luis Carlos Vélez, exdirector de La FM, quien fue obligado a dejar su posición como director de La FM en medio de presiones similares.
Los mensajes muestran que existe una estrategia coordinada para influir en los propietarios de medios de comunicación en un intento por silenciar voces críticas o no alineadas con la narrativa oficial.
El Expediente ha revisado varios de estos mensajes y publicaciones, observando cómo se ha construido una narrativa en contra de Morales, que va desde cuestionamientos sobre su ética profesional hasta ataques personales.
Esto señala un clima de polarización en el que los medios de comunicación y sus directores se convierten en objetivos de campañas mediáticas y políticas provocadas y patrocinadas por el gobierno nacional. Un ataque directo a la libertad de prensa.