Por: Mayor General (RP) William René Salamanca Ramírez
Conmovedora la escena del teniente de la Guardia Civil española José Antonio Nieves abandonando su casa al pie del volcán de La Palma, para abordar una patrulla, tapizada de ceniza, con el propósito de seguir ayudando a sus vecinos.
Su valentía y entrega, al igual que las de sus compañeros desplegados a esta isla para atender la emergencia, son símbolo de una fuerza inspirada en una revelación divina que se remonta a una lejana noche de enero del año 40 de nuestro tiempo, cuando el apóstol Santiago el Mayor se encontraba con ocho de sus seguidores a orillas del río Ebro, en las afueras de Zaragoza (España), y la Virgen María hizo su aparición sobre un pilar de mármol para bendecir su misión evangelizadora.
Tan solo le pidió construir en ese sitio un templo, con el altar en torno al pilar, el cual permanecería intacto hasta el final de los tiempos, “para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio”.
Así se edificó la que es considerada la primera iglesia en honor a la Virgen, conocida desde entonces como la Santa María del Pilar, la misma que desde 1913 es la patrona de la institución más apreciada por el pueblo español y uno de los cuerpos de seguridad más admirados y respetados de Europa y aliado incondicional de Colombia en la lucha contra las distintas manifestaciones del crimen organizado transnacional: la Guardia Civil, también conocida como la Benemérita.
A partir de ese año, todos los 12 de octubre, los guardias civiles y demás autoridades, con sus respectivas familias, se reúnen en más de 2000 instalaciones, tal como lo harán el próximo martes, para rendirle un sentido homenaje a su patrona, fecha en que los colombianos conmemoramos el Día de la Raza, en remembranza del descubrimiento de América en 1492.
Es una fecha para estrechar los históricos lazos de hermandad que nos unen a colombianos y españoles; los cuales, en lo particular, fortalecimos gracias al trabajo mancomunado que compartí con autoridades de ese país durante mi ejercicio policial, labor que Su Majestad el Rey de España tuvo la gentileza de exaltar con la Orden ‘Isabel la Católica’.
Incluso, en 2014, los dos gobiernos acordaron enviar a nuestro país al primer oficial de enlace de la Guardia Civil, mi gran amigo el capitán Antonio Cuadros, quien, con el apoyo de otro entrañable amigo, el capitán Rafael Pérez, lideró múltiples frentes de cooperación, en especial en el fortalecimiento del Área de Protección Ambiental y Ecológica de nuestra Policía Nacional, aprovechando la reconocida y probada experiencia que tiene esta fuerza española en la salvaguarda de los recursos naturales.
Recuerdo que en el departamento del Cauca unimos esfuerzos, autoridades regionales y locales, empresarios, la Agencia de Cooperación Española y la embajada de ese Reino, para lanzar un programa de sustitución de cultivos ilícitos por café, grano que posteriormente sería comercializado en Europa. Hicimos lo propio en temas bilaterales de capacitación educativa y vial, promoción cultural y, naturalmente, en el combate contra el delito, operaciones en las que siempre contamos con el apoyo incondicional de la Guardia Civil.
Tengo presentes dos operaciones: ‘Tayrona’, mediante la cual las Policías de los dos países y la Benemérita llevaron a cabo más de 100 acciones integrales contra el crimen organizado transnacional para capturar a 582 delincuentes dedicados al tráfico de drogas, armas y municiones e incautar casi 20 toneladas de cocaína, y ‘Embajador’, que culminó con la captura de 30 narcotraficantes y la incautación de 787 kilos de cocaína en Colombia, España, Australia y Estados Unidos.
Y hace tan solo dos semanas, el trabajo binacional permitió desmantelar, en Asturias y Alicante, una red de explotación sexual de mujeres, en su mayoría colombianas, reclutadas mediante engaños para viajar al país europeo, donde también las obligaban a distribuir marihuana, cocaína e inhalantes.
Adicionalmente, gracias al liderazgo del general Jorge Luis Vargas Valencia, esta armónica cooperación se ha traducido en el otorgamiento de una serie de becas para que los policías de Colombia opten por el título de Máster de Alta Dirección en Seguridad Internacional, certificado por la Unión Europea.
La fuerza del emblemático y original Tricornio, sombrero vigente desde su fundación el 28 de marzo de 1844, por el Duque de Ahumada, tiene la misión principal de garantizar la protección de los ciudadanos frente a los actos delictivos que puedan amenazarlos, asegurar el cumplimiento de las leyes, llevando ante la justicia a todo el que las incumpla, defender el libre ejercicio de los derechos y las libertades y preservar la seguridad ciudadana.
A finales del siglo XIX, esta institución escribió una de las páginas más memorables de su historia, en el siempre recordado Grito de Baire, donde el guardia segundo Cándido Santa Eulalia, pese a estar en una desventaja de 300 a 11 frente a sus adversarios, jamás aceptó rendirse: “… prefiero mil veces la muerte que traicionar a mi patria y olvidar el juramento de fidelidad que presté a la gloriosa bandera española, en cuya defensa derramaré hasta mi última gota de sangre antes de cometer la vileza de entregarme con vida a los enemigos de España y de mi Rey… estoy orgulloso de vestir el uniforme de la Guardia Civil y mi mayor gloria sería morir con él… y como defensores de este pedazo de terreno, gritamos muy alto para que ustedes lo oigan: ‘¡Viva España! ¡Viva nuestro Rey! ¡Viva la Guardia Civil!’. Aquí estamos dispuestos a morir, vengan cuando gusten a tomar el pueblo para que se lleven su merecido…”.
Otro de los aportes más significativos de la Guardia Civil lo constituyó el haber contribuido de manera decisiva a la derrota militar de la organización terrorista ETA, que hace diez años, el 21 de octubre de 2011, abandonó su fratricida e inútil lucha armada luego de más de medio siglo de haber sembrado odio y zozobra, tiempo en el que asesinó a más de 860 inocentes, incluidos 22 niños, y perpetró atentados, secuestros, extorsiones y atracos.
Si bien es cierto que fue el conjunto del pueblo español el que derrotó a este grupo criminal, también lo es que fueron el profesionalismo y la cuota de sacrificio de los tricornios los que terminaron por diezmarlo y acorralarlo, hasta no dejarle una salida diferente a la rendición y anunciar el “cese definitivo de su actividad armada”.
Pero su tarea va mucho más allá.
La Guardia Civil también atiende y auxilia a los ciudadanos en estrecha armonía con los servicios de Protección Civil, juega un papel preponderante en la vigilancia del tráfico, la preservación de la naturaleza, el rescate y ayuda en montaña y mar territorial y, en general, lleva socorro a todos los españoles, tal como está ocurriendo desde el pasado 19 de septiembre con los damnificados del volcán Cumbre Vieja, cuyo vecino, el Teneguía, entró en erupción en octubre de 1971, hace exactamente medio siglo.
Es admirable la labor unida de todo el pueblo español, con su gobierno a la cabeza, para apoyar de manera expedita, con una partida inicial de 214 millones de euros, esta calamidad desatada por cuenta de la explosión del volcán, que dejó sin agua potable a más de 3000 personas y sin educación a más de 4000 niños, que emite diariamente más de 200 mil toneladas de gases, cuya columna de humo alcanza los 4,5 kilómetros de altura y que en las últimas horas ha producido más de 40 terremotos.
Desde Colombia, un saludo muy especial a la Directora General de la Guardia Civil, licenciada María Gámez Gámez, y a cada uno de los más de 80 mil hombres y mujeres que componen este cuerpo armado que también les tiende su mano fraterna a miles de inmigrantes africanos que llegan, en precarias condiciones, a las costas de Ceuta y Melilla, huyendo de la violencia en sus países. Su labor humanitaria merece el aplauso de toda la humanidad.
También queremos rendirles un sentido homenaje a la memoria de los cerca de 6000 guardias civiles que, a través de la historia, han fallecido en actos del servicio, entre ellos 243 en atentados terroristas de ETA y otras organizaciones delictivas (ver fotografía). Nos unimos, de corazón, a sus compañeros de armas que, cada atardecer, después de arriar la bandera, les dedican el Toque de Oración a estos héroes anónimos. Hoy, al observar el Tricornio que gentilmente me obsequió la Guardia Civil, extiendo mi saludo fraterno a sus respetadas familias.
Por último, solo nos resta elevar nuestras oraciones a la Virgen del Pilar para que proteja a todos los habitantes de La Palma, a las autoridades que los están socorriendo, en especial a sus tricornios, como el teniente Nieves, símbolo de una Guardia Civil fiel a su lema: “El Honor es mi Divisa”.