Por: Julio César Leal Duque
Algo que se le aprende a los animales en la naturaleza es que quien guía la manada es el más inteligente, los seres humanos se distraen en el que tengas más cartones, la amistad, el recomendado e.t.c., dejarse orientar es importante, lo que no está bien es perder el rumbo porque quien lleva las riendas anda desorientado o descontextualizado, lo malo es que cuando las empresas son grandes y tienen participaciones accionarias de terceros a través de bolsa de valores o inversiones foráneas, ahí la cosa cambia de orientación respecto a la reputación y a las utilidades. Los negocios a nivel de grupos empresariales y en muchos casos como en Colombia que son de familia en su mayoría, se deben cuidar de varias cosas que se han perdido de vista según mi percepción: El buen nombre de la organización y de lo dueños, el objetivo global, el objetivo local y los límites en las relaciones económicas. Los buenos asesores siempre le indican al cliente como moverse dentro de las leyes establecidas en los países, y también en las leyes económicas de mercado vigentes.
En los últimos tres años se ha evidenciado que gracias a las alianzas de algunos grupos empresariales con los políticos, la economía del país no avanza, tienen fregado el presupuesto general de la nación pidiendo beneficios fiscales, pidiendo participar de la torta del gasto público, en detrimento de los contribuyentes y de la sociedad en general. A través de la influencia macabra de un gremio en particular que participa de todas las reformas tributarias y monopolizando su influencia, dan opiniones adversas al crecimiento económico, adversas a que muchos sectores se desarrollen en libre competencia y politiquean parejo. Repugnante y despreciable claramente. Esa influencia ha permitido que los políticos sigan gastando de forma desmesurada y los que generan empleo, bienestar al país que son las empresas, quedaron con tarifa del 35% en Renta más la doble tributación de los dividendos. No solo es antitético, deja ver la corrupción de algunos gremios coptados en sus juntas directivas por miembros de los mismos grupos empresariales que poco a poco dejan ver su mala gerencia. Han quedado al nivel más bajo socialmente, el desprestigio que han logrado es de tal magnitud que ya no importa si sus fundadores hicieron grandes cosas por el país, han dejado su imagen por el piso, ya no pasan de ser los cacos, arrastrados y sinvergüenzas, al mismo nivel de los que se roban el presupuesto. La pérdida reputacional de esos grupos les puede costar más de lo que se han ganado con prácticas indeseables.
La norma mundial respecto a aquellos grupos que tienen dentro de sus estructuras bancos, empresas de salud, pensiones entre otras; esas empresas son de mayor cuidado porque manejan recursos del público, funcionan casi como empleados públicos. El desastre en Colombia y que según mi opinión ha sido una estrategia equivocada es que quien maneje recursos de la salud no cumpla y no preste los servicios, que quien maneje las pensiones haya usado el dinero del público como instrumento de financiación barata para sus propias empresas y ahora la rentabilidad de los fondos se haya perdido, y la gente salga despavorida a refugiarse en los fondos del Estado porque sienten que les robaron; ahora lo que estamos viendo con los bancos que han destinado sus inversiones a vender carros, hacer carreteras, hacer empresas para hacer declaraciones de renta, utilizar de forma indebida a través de honorarios miserables a los avaluadores en beneficio de sus negocios de crédito, y lo último que estamos viendo, interesados en los Big Data generados por el Estado para vender propiedades, administrar propiedades, ser agencias de arrendamiento, entre otros. Los gerentes de esos grupos están completamente perdidos, es increíble, porque las teorías económicas actuales han demostrado que esas prácticas no tienen futuro, la razón es que los agentes del mercado después de que se dan cuenta, también presionan para cambiar esas circunstancias y todo lo invertido se pierde en el tiempo, esto porque tarde o temprano el sistema como tal colapsa a través de las crisis financieras por ejemplo, o a través de normas antimonopolio que los obligan a volver a sus negocios de siempre. Es decir, los que direccionan esos grupos empresariales o son ignorantes en el tema económico o persisten en los errores como los tontos.
En el tema de los bancos el problema radica en que los recursos del público no pueden ser usados para fines distintos al crédito y en todo el mundo hay leyes antimonopolio para evitar que grupos empresariales acaben con otros sectores a través del control monopolístico. ¿Donde está entonces el error de esos grupos empresariales? Pues justamente sabiendo que esas actividades no se pueden hacer y las hagan. Dejar en manos de gerentes, dueños o estrategas empresariales para usar los recursos públicos o del público como si fuesen muertos de hambre pegados de la guerra del centavo y de los centavos del público, dejando a miles de personas y de sectores afectados por rentas monopolísticas, eso no es inteligente, es una burrada tremenda, de bestias, de ignorantes; y la explicación es clara, tarde o temprano los agentes económicos se dan cuenta que los tumbaron, que les robaron, se dan cuenta que usaron los recursos públicos y del público como instrumento para coptar sectores de la economía. Yo creo que esa pérdida reputacional poco remedio tiene.
Hay otros errores aún más delicados, que no solo afectan la pérdida reputacional a nivel local, la han afectado a nivel internacional, esto es más grave aún, y es apoyar terroristas o grupos al margen de la Ley por miedo o chantaje, me refiero a esos dos términos porque no hay otra explicación a semejante error. En el pasado muchas empresas se han visto involucradas ya sea por tierras, por operaciones bancarias u otras, en líos con grupos delictivos que nada tienen de políticos. En vez de generar las condiciones para alejarse de esas estructuras, han apoyado de forma directa procesos políticos que lo único que han generado es que la comunidad internacional los asocie justamente con esas actividades, incluso los saque de esos territorios. Hicieron todo al revés, porque lo que tenían que hacer es justamente conquistar otros territorios y expandir su influencia, no dejarse sacar, a veces es mejor reconocer los errores y no persistir en ellos. Pues bien, como salen de esos territorios se vienen al país a luchar por las rentas locales que son limitadas, por ese motivo tratan de crecer con otras rentas rompiendo las reglas antimonopolio, algo realmente equivocado porque en la economía global actual lo importante es la expansión extraterritorial.
La solución no es financiar entonces más campañas presidenciales, algunos financian tres o cuatro candidatos de cualquier partido, tampoco tener un directorio político, estrangular la economía en detrimento del resto de la sociedad apoyando incrementos tributarios y pidiendo beneficios para sí, tampoco es apoderándose de los mercados locales de forma monopolística, o estar peleando por los recursos del presupuesto general de la Nación, tampoco es apoyando terroristas y políticos afines. La solución es expandir la influencia al resto del mundo desligados de los políticos lo más que se pueda. Mostrar transparencia en sus operaciones, como por ejemplo, no tener los mismos revisores fiscales en todas las operaciones de grupo o recomendar los mismos que revisan a los proveedores y clientes, además de fomentar el equilibrio de mercado y no generar asimetrías adversas al crecimiento económico. Estas son solamente algunas de las recomendaciones, hay más.