Por: Juan Daniel Giraldo
Si este es el periodo de la post verdad, y esta es la antesala de lo que nos espera en los próximos años, francamente me da psíquico temor. Y no me da temor por los recientes episodios de violencia y de vandalismo, me da temor por la inversión ideológica que se está fomentando al interior de la sociedad.
Hace un par de años nos causaba risa oír la expresiónes del dictador Maduro refiriéndose a Colombia como un ‘Estado Paramilitar’, desconociendo claramente desde el significado hasta los alcances de esa grosera expresión. Un estado paramilitar es aquel que crea ejércitos propios, armando su personal civil e induciéndolos a qué atenten contra el mismo pueblo, el pueblo que claramente esté en contra de sus intereses. En ese orden de ideas Venezuela con sus escuadrones de muerte, mal llamados colectivos, son claramente ejércitos paramilitares auspiciados por un estado paraco, y oh sorpresa, ese estado paraco es el mismo del socialismo del siglo XXI, el mismo socialismo que aquí en Colombia promueven quienes están detrás de los actos anárquicos.
Colombia claramente, aún en la etapas más oscuras en su trasegar democrático, ha demostrado sobreponerse a amenazas de grupos terroristas al margen de la ley. No permitió que las mal llamadas autodefensas se apoderaran del país, mucho menos los grupos narcoterrotistas que auspiciaron lo anterior y la guerrilla. Pero como la
Sociedad colombiana aprendió a perder la memoria, a hacer perdón y olvido de una forma casi cínica, y digo cínica porque olvidamos de forma selectiva, convirtiéndo la verdad al acomodo de lo que las mal llamadas comisiones introduzcan como verdad a priori.
No vamos muy lejos. Para poder avanzar en un mal proceso de paz, un expresidente y jefe de un partido político, en contubernio con un ex fiscal general, nos impusieron la más perversa y negativa ideología: en un conflicto armado todos (civiles, militares y policías, y guerrilleros) somos culpables en cierta medida. Ello significó nada más ni nada menos, que aceptar, sin causa alguna, que la guerrilla es inocente de haber cometido todos sus abusos y crímenes, porque nosotros como civilidad y como estado se lo permitimos. Que ignominia! Esa es la base sobre la cual se definió el proceso de paz, que todos somos culpables y por eso debemos aceptar dicha culpabilidad (algo que aún no hemos entendido en su trasfondo y de ahí la razón por la que se hayan dado semejantes concesiones). Las
Consecuencias de esto son tantas, que tendremos que analizarlas una a una, por lo tanto, sólo recapitulemos una: LA POS VERDAD.
Entendido el caso que todos somos culpables, todos debemos entender que la Verdad del conflicto armado es que un Estado opresor, secundado por una sociedad civil armada (como quisieron mostrarlo de una forma de media verdad y muchas mentiras en Cali), se enfrentó a un grupo de personas con ideales nobles que tuvieron la obligación de armarse y combatirlo para que la Justicia Social prevalezca. Acaso esa es la verdad que todos los marchantes están diciendo y gritando? Porque si es así permítanme decirles que viven o crecieron en un país de ilusiones y sofismas.
No señores, yo no olvido que la guerrilla quiso secuestrarme en alguna pesca milagrosa. Yo no olvido que teniendo 13 años siendo Policía Juvenil tuve que recibir en el comando de Policía Caldas a las víctimas de la toma de Arboleda, con sus uñas mutiladas, de la forma más inmisericorde, y escuchar los relatos de cómo Karina jugó con las cabezas de mis policías en el campo de fútbol. Yo no olvido que mi papá me prohibió visitar el municipio de Cajibio y el Norte del Cauca, por temor a que me asesinaran. Yo no olvido los campos de Concentración neonazi que la guerrilla implantó para concentrar a sus secuestrados. Yo no olvido los más de 20 mil asesinatos de gente inocente que solo por estar en contra de los intereses de las FARC y la guerrilla cometieron. Yo no olvido el secuestro y el asesinato de la familia Lozada y miles de crímenes más. Si señores YO NO OLVIDO.
Así pues, que pretender ahora que quienes posan como adalides de la moral, que están en contra de este Estado Opresor que los sostiene, les brinda seguridad, carros blindados y escoltas, que dicen que se comenten desapariciones extrajudiciales sin prueba alguna y que en un 80% resultan ser mentiras, mentiras que luego las ONG pro derechos humanos se lucran a través de jugosos contratos con el mismo Estado Opresor y la comunidad Internacional, me quieren imponer una post verdad y una retórica histórica que yo no viví (y que el grueso de la sociedad colombiana, sociedad que durante decenas de años vivió secuestrada en las ciudades) es la ‘verdad bonita’ y Robin Hoodesca, déjenme decirles que de mi parte no la aceptaré, y que siempre alzaré la voz para recordarles que #YONOOLVIDO!
Juan Daniel Giraldo