Por: Andrés Villota
El futbolista, Lionel Messi, tiene un ingreso mensual de $26 millones de dólares, aproximadamente, según publicaciones realizadas por especialistas en justificar los ingresos de los más famosos. Sin embargo, por su profesión de futbolista, solo recibe el 12,96% del total de sus ingresos, el resto, la gran mayoría de sus ingresos, el 87,04%, los recibe por otras actividades que no tienen nada que ver con su profesión. Mejor dicho, el verdadero negocio del negocio de Messi, no es jugar fútbol.
Messi no es el único al que le pasa eso. Les pasa a casi todos los deportistas, coincidencialmente, les pasa lo mismo a los reguetoneros que su negocio no es cantar ni bailar reguetón, a las ex reinas de belleza, a los ex participantes en realities, a las Kardashian, a La Liendra, a Yeferson Cossio, a Epa Colombia y, en general, a los “creadores de contenido” que, de acuerdo al canal que utilizan, les dicen los youtuberos, los tiktoqueros, los instagrameros, los facebuqueros o los tuiteros.
Lo curioso es que, a su vez, el negocio del negocio de Twitter, tampoco era Twitter, sino que recibía ingresos millonarios por censurar, por encubrir, por tapar actos de corrupción de la familia de Joe Biden, por promover tendencias falsas, en fin, una fabrica de delitos en contra de la libertad de expresión y el encubrimiento de crímenes de todos los perfiles, incluidos los crímenes de lesa humanidad.
Había entendido que, el negocio de Twitter, consistía en que los usuarios creaban contenidos que generaban tráfico y los anunciantes pagaban porque vieran su publicidad. Sin embargo, era contradictoria la labor de censurar y cancelar las cuentas de las personas con orientación conservadora o de derecha, que son los que trabajan y producen y tienen capacidad de consumir los productos y servicios ofrecidos en la red social.
Entonces, no tenía sentido pautar en Twitter porque muchas cuentas eran falsas, correspondían a un solo usuario real o eran robots que, sobra decir, no compran nada. No eran objeto de censura, los terroristas y los miembros de orientación comunista, en su gran mayoría, fracasados, quedados, perdedores, parásitos sociales, sin capacidad de consumo.
Solo permitían operar a las cuentas de comunistas cuyos seguidores, en su gran mayoría, no tienen los ingresos necesarios para consumir los productos ofrecidos en la red porque, para nadie es un secreto, se trata de parásitos sociales que viven de la caridad familiar o del gasto inútil del Estado.
La enorme contradicción de bloquear las cuentas de los que tenían más seguidores hizo que muchos se preguntaran cuál era, en la realidad, la fuente de ingresos de Twitter, cuál era el negocio del negocio?
Los usuarios reales de Twitter, en el mundo, era una minúscula minoría, sin embargo, lo utilizaron para difundir las decisiones de los gobiernos y terminó convertido en un foro en el que se validaba la realidad y la verdad. Solo lo que se decía en Twitter era lo real, lo cierto y lo veraz, el resto, era “Teorías de la Conspiración”.
Muestras de uno. Si alguien decía algo, lo tomaban como que era lo que todos pensaban, la voluntad de todos, de esa manera terminaban volviendo ciertas las mentiras y dándole legitimidad a las decisiones absurdas o naturalizando las actividades criminales.
Incluso, era permitido que grupos terroristas tuvieran cuenta y que asesinos, psicópatas y demás antisociales, se dedicaran a amenazar de muerte a todos los que no pensaban igual a ellos, sin que esas cuentas fueran objeto de censura.
Musk, abrió los archivos de Twitter a periodistas independientes que han publicado las comunicaciones internas de Twitter y su interacción con otras redes sociales como Facebook y con motores de búsqueda como Google, y, lo más grave, con agencias estatales de los Estados Unidos y de España, entre otros gobiernos, con el fin de patrocinar y promover la censura a los opositores al régimen, malversando los recursos públicos.
Esa actividad criminal, ocurrida al interior de las redes sociales, explica el crecimiento vertiginoso de las fortunas de los dueños de esas redes durante las cuarentenas obligatorias dictadas por los diferentes gobiernos en el mundo, entre otras cosas, porque le pagaban a Twitter por bloquear a todos los que decían que el COVID era una gripe común, a los que decían que no era necesaria la vacunación obligatoria, a los que afirmaban que las pruebas para saber si alguien estaba enfermo no eran confiables y a los que probaban que la Ivermectina era la cura para los que contraen este virus.
En la post pandemia, los despidos masivos en las redes sociales y en Amazon, que eran las empresas de los, supuestamente, más ricos del mundo, empezó a mostrar que esas empresas se habían mantenido con ingresos no asociados a su negocio y que la economía asociada a esa actividad, era de mentira.
«¡Me complace informar que hemos recaudado USD $3 ‘415.323 desde octubre del 2019!» dice el correo de un asociado de Jim Baker a principios de 2021 para referirse a la cifra que había recibido Twitter del Federal Bureau of Investigation (FBI). Es decir, los impuestos de los estadounidenses terminaron financiando la violación a la primera enmienda de la Constitución estadounidense.
Incluso, Twitter contrató a una docena de ex agentes del FBI para que realizaran “in house” las actividades de censura y construcción de tendencias falsas que favorecieran a Joe Biden, Barack Obama y al resto de burócratas y de líderes del partido Demócrata, al igual que a los miembros de la familia Bush, particularmente, con todo lo relacionado al asesinato del presidente John F. Kennedy y los verdaderos autores de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001.
En Twitter, se ocultó la noticia y el contenido del computador personal de Hunter Biden en el que había información sobre todos los negocios turbios de la familia Biden y de los crímenes de pedofilia y tráfico infantil que, dicho sea de paso, resultó que la familia Biden es una familia de mafiosos, al mismo nivel de esas familias legendarias de la mafia italiana, como los Gambino o los Genovese.
Las listas negras fueron creadas por los gobiernos comunistas para que fuera censurada la oposición a sus regímenes corruptos. En España, por ejemplo, censuraron y bloquearon la cuenta en Twitter de Alvise Pérez, que había desenmascarado la corrupción y el saqueo inclemente al que tenían sometido al pueblo español, los miembros de los partidos políticos tradicionales como el PSOE y el PP, al igual que movimientos comunistas emergentes como PODEMOS.
Twitter interfirió en la elecciones presidenciales estadounidenses del 2016 inventando una supuesta injerencia rusa y en las del 2020 no sólo ocultó la información sobre el PC del hijo del candidato por el partido Demócrata, sino que también manipularon a los votantes generando información falsa sobre el presidente Donald Trump y, con la información sobre el COVID, justificaron la votación por correo y, por ende, el fraude electoral a gran escala. Biden, supuestamente, ganó por los votos recibidos por correo
La mejor prueba de que todo lo revelado es verdad, ha sido la reacción del FBI, que se limitó a decir que todo se trataba de una “Teoría de la Conspiración”. Apple quiso sacar a Twitter de su store y las empresas involucradas, directa o indirectamente, en toda esa trama de corrupción, saqueo de recursos públicos y crímenes de lesa humanidad, dejaron de pautar en Twitter.
También, hubo una estampida de artistas y celebridades que, coincidencialmente, son las mismas que han sido mencionadas en la lista de clientes del pedófilo Jeffrey Epstein. Huyen de Twitter, porque van a mostrar todo lo que, anteriormente, habían pagado para censurar y ocultar. ¿A qué le temen, los seudo paladines de la libertad de expresión y los que combatían el “Discurso del Odio”?
Descrédito, deshonra y daño reputacional irreparable para personas como Catalina Botero Marino que pasó de ser la Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, a ser miembro de un Tribunal de Censura en Facebook. ¿Cuánto le pagaron por dejar atrás su carrera profesional? Una suma astronómica, sin duda, que, por lo visto, no provino del flujo de caja del negocio de Facebook.
La importancia de conocer el verdadero negocio del negocio.