Por: Andrés Villota
El Nuevo Orden (Neuordnung), es el orden político y socialque la Alemania nazi impuso en el mundo desde 1941 para establecer un único gran gobierno global de dominio total sobre todas las naciones que, antes de la Segunda Guerra Mundial, eran libres y soberanas.
Ese orden, se ha mantenido hasta nuestros días con diferentes disfraces, narrativas y discursos, usados por los herederos de Adolf Hitler, encargados de mantener el legado nazi.
El gran gobierno supranacional, se ha ejercido bajo la estructura institucional de oenegés como la ONU y la OEA, durante el Siglo XX, y en lo que va corrido del Siglo XXI, por el World Economic Forum (WEF) y por la Open Societyque, en Colombia, por ejemplo, financia a oenegés como la Comisión de la Verdad y la Misión de Observación Electoral (MOE).
En lo económico y financiero, el soporte teórico lo elaboró John Maynard Keynes, que presentó e impuso en BrettonWoods (1944), destruyendo el concepto del libre mercado, imponiendo el intervencionismo estatal que se tradujo en el dominio total sobre la economía, eliminando la iniciativa privada, aumentando de manera exponencial el pago de impuestos y creando las monedas sin respaldo en oro que empobrecieron a todo el mundo por culpa de la inflación.
Todo, sujeto a la vigilancia superior de oenegés como el Banco de Pagos Internacionales (BIS), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y los bancos centrales. Una sociedad pobre es dócil, fácil de dominar y controlar, ese esel pilar de la narrativa keynesiana.
Los herederos de la teoría de Keynes, que la adaptaron a la retórica de hoy, son, Mariana Mazzucato, Thomas Piketty yJoseph Stiglitz. Más que teorías, se trata de justificaciones para consumar el expolio a gran escala que mantenga pobre al pueblo.
Los que tienen, dicen de forma maniquea, son malos porque tienen y deben darle todo a los buenos, que lo son, porque no tienen nada, los que a su vez, se vuelven malos porque dejan de ser pobres o buenos, entonces, deben devolver todo lo que les dieron para lograr ser buenos y felices en el año 2030.
“Hitler y el Nuevo Orden Mundial” es el más reciente libro de Abel Basti. Confirma que Hitler no se suicidó en su bunker de la sede de la Cancillería en Berlín, sino que huyó a Argentina en donde fue recibido y protegido por su gran amigo, el también nazi, Juan Domingo Perón.
Una gran afinidad entre dos megalomaníacos, ávidos de poder, tras una mediocre carrera militar, casados con un par de Evas, llevaron a sus pueblos a la miseria total. Perón, por ejemplo, logró sacar a la inmensamente rica Argentina del Primer Mundo y devolverlo al mismo nivel de las economías sub desarrolladas de Latinoamérica, pertenecientes al Tercer Mundo.
Tras la puesta en escena de una confrontación entre dos hermanos gemelos ideológicos, los Nazis y los Bolcheviques, se consolidó y “legitimó” el dominio total sobre Europa con la conformación de la Cortina de Hierro y, posteriormente, con la fundación de la Unión Europea. La OTAN y el Pacto de Varsovia, hicieron su parte en lo militar.
Estados Unidos sucumbió al nazismo bajo el dominio del Partido Demócrata. Franklin Delano Roosevelt y su vicepresidente Harry Truman, permitió, patrocinó y cuidó la huida de Hitler a Argentina y, también como Perón, recibió a un gran número de nazis alemanes.
La Guerra Fría fue otra gran puesta en escena para lograr el dominio total sobre las regiones que no fueron afectadas de manera directa por la Segunda Guerra Mundial. Se debía expandir el dominio total sobre Latinoamérica para consolidar el Nuevo Orden (Neuordnung) a través de la figura de los militares populistas pacificadores, replicas al carbón de Hitler y de Perón.
El venezolano Rómulo Betancourt que, a su vez, era la marioneta de Hitler, le encomendó la misión de asesinar al fascista Jorge Eliecer Gaitán, a un par de gángster como Fidel Castro y Roberto Del Pino, para desencadenar una revolución que llevara al poder a un régimen nazi.
No lo lograron pero crearon el germen para desencadenar la violencia partidista que fue apaciguada por el dictador Gustavo Rojas Pinilla, un militar populista pacificador, replica al carbón de Hitler y de Perón.
Gerardo Reichel-Dolmatoff, padre de la antropología colombiana, y Karl Buchholz, traficante del arte saqueado en Europa por otros nazis, fueron dos de las cabezas de playa que sembró Hitler en Colombia para ganar adeptos a su causa y para infiltrarse en las esferas del poder.
La visita de Hitler a Colombia, ampliamente documentada y probada, coincide con el año del golpe de Estado orquestado por el dictador Gustavo Rojas Pinilla. Hitler, incluyó una parada en Tunja, la patria chica de Rojas Pinilla, en dónde se reunió con Phillip Citroën, un asesor del príncipe Bernardo de Holanda con el objetivo de fundar el Grupo Bilderberg,integrado por los verdaderos dueños del mundo.
Justo, un año antes de la verdadera muerte de Adolf Hitler, surge el grupo nazi M19 de Gustavo Petro, como una brigada asesina, igual a los Camisas Pardas nazis o a los Camisas Negras fascistas que, para justificar su origen y su accionar salvaje y sanguinario, se inventó que eran los guardianes de la democracia colombiana y debían reclamar que le habían robado el resultado de las elecciones presidenciales de 1970 al dictador Gustavo Rojas Pinilla,que se presentó por el partido Nacional Socialista Obrero,ANAPO (Alianza Nacional Popular).
Desde mucho antes de izar la bandera de Palestina en la Plaza de Bolívar, cuando era el alcalde de Bogotá DC, Gustavo Petro es reconocido, en el mundo, como uno de los más temidos anti semitas latinoamericanos, encargado de continuar, con el discurso de odio en contra del pueblo judíono jázaro, iniciado por Juan Manuel Santos el pasado 6 de agosto del 2018, tras reconocer a Palestina.
Gustavo Petro recorre el mundo, banalizando el holocausto judío, tratando de nazis a todos sus opositores y a los opositores de sus más cercanos amigos dictadores, incluso, calificó de neonazi al pueblo judío no jázaro.
Calificar de nazis a sus opositores y a todos los que no son comunistas cómo él (como Petro), es un error histórico imperdonable para un jefe de Estado que se espera, mínimo, sepa leer y tenga nociones básicas de ideas políticas que le permitan entender que el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (Nazi) y su legado, es totalmente comunista.
Dediqué varias de mis columnas a exponer el discurso nazi de Gustavo Petro, presente en todas y cada una de sus reformas que, son copiadas de las políticas impuestas por Adolf Hitler en Alemania desde su llegada al poder. La reforma a la salud, por ejemplo, propone el dominio total del Estado sobre la salud de los colombianos, eliminando la actividad privada, hasta que los burócratas terminen por decidir, quiénes viven y quiénes mueren.
Así como el Estado financia los abortos de los pobres para que no se sigan reproduciendo, afectando la pureza de la población y aumentando de forma exponencial el crecimiento de la plebe que, para los nazis, debe desaparecer de la sociedad. No es una coincidencia que los grandes promotores del aborto, comulgan con las ideas del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán.
En el Nuevo Orden (Neuordnung), dominar a muchos es complicado pero dominar a tantos se puede volver imposible. Por eso, promueven la eugenesia y la dirigen a los grupos más vulnerables de la sociedad. Esa obsesión de Gustavo Petro y de sus secuaces por promover el aborto y la financiación estatal de esa práctica, es la lógica consecuencia de la obsesión nazi por combatir a la súper población mundial y eliminar a la chusma, al lumpen, a la plebe que, de pronto, se les haga incontrolable e inmanejable.
El dominio total sobre la economía, las expropiaciones selectivas, el cobro desmesurado de los tributos para enriquecer a los burócratas y empobrecer a los colombianos, el control del sistema de salud, el uso del Manual de Propaganda Nazi como estrategia de comunicaciones del régimen petrista y el antisemitismo de Gustavo Petro, son pruebas irrefutables de que el gobierno actual de Colombia, es nazi.
Pedro Sánchez, el líder supremo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), hermano mayor de Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NAZI), fue el encargado de llevar a Gustavo Petro a la Casa de Nariño, al igual que lo ha hecho con otros tantos en muchos lugares. Y lo seguirá haciendo mientras los nazis conserven el dominio sobre la empresa INDRA, proveedor oficial de los sistemas electorales en casi todo el mundo.