El “gobierno fresco” que propone el expresidente Uribe, ¿cómo podría ser?

Por: Juan José Gómez

Me siento un poco extraño en este rol que voluntariamente me he autoasignado, de ser algo así como un intérprete oficioso de una iniciativa de persona tan eminente como es el señor expresidente Álvaro Uribe, propuesta por él en el Congreso Nacional de Ganaderos celebrado por Fedegan en Barranquilla, cuando expresó que el próximo presidente de la República que sucedería a Gustavo Petro, debería encarnar un gobierno fresco porque era completamente previsible que el electorado no votaría por la vieja política, en lo cual me parece que una vez más el doctor Uribe acertó.

Ese concepto de “gobierno fresco” que encuentro muy interesante, fue inicialmente explicado por el expresidente mediante dos características que mencionó a manera de ejemplo, siendo una de ellas que el gobierno no fuera derrochón, (como ha sido el de Petro), y la otra que redujera o adelgazara el tamaño del estado, buscando que los recursos presupuestales rindieran al máximo con el consiguiente beneficio para la calidad de vida del pueblo colombiano.

Como quiera que comparto con el distinguido dirigente su ideal de un gobierno fresco para Colombia, me permito a continuación señalar otras características que en mi modesta opinión deberá mostrar el nuevo gobierno nacional que a partir del 7 de agosto del 2026,sucederá si Dios quiere al régimen izquierdista y hasta ahora altamente perjudicial para los altos intereses nacionales, que preside el señor Gustavo Petro Urrego y que conforman sus antiguos compañeros de guerrilla del funesto grupo M-19 y unos pocos políticos procedentes de otros partidos que han preferido sus personales intereses antes que los de su Patria.

Un gobierno nacional y de coalición programática: Me refiero a un gobierno para todos los colombianos, sin distingos ideológicos, partidistas, raciales, religiosos, sociales y económicos, inspirado solo en el Bien Común, que ejecute racionalmente un programa de gobierno concreto, realista y limpio, concertado entre los integrantes de la coalición, o, en otras palabras, un nuevo Frente Nacional multipartidista y de tendencia centroderechista.

Un régimen democrático racional, que atienda fundamentalmente al interés nacional: Con esto quiero significar que el presidente y los ejecutores del programa de gobierno previamente acordado, deberán actuar siempre dentro del concepto señalado por el lema del escudo nacional, Libertad dentro del Orden, sin dejarse arrastrar por las falaces voces del izquierdismo woke que emiten los siempre vocingleros agitadores del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, pretendiendo que luchan por el bienestar de los pobres, cuando lo que realmente persiguen es adquirir poder y usarlo en contra del mismo pueblo, mientras se llenan sus bolsillos y los de sus amigotes con los recursos que debieran ser empleados en beneficio popular.

Un gobierno que combata de verdad y sin pausa el cáncer social de la corrupción: Para ser honesto al extremo debo declarar mi personal opinión de que la corrupción no podrá ser erradicada, especialmente del sector público, a una meta ideal de ciento por ciento (100%).Pero también es mi pensamiento que la maldita corrupción si tiene que ser combatida sin descanso por todos los que sirven al estado y en la medida en que esa lucha se intensifique, se podrá lograr una reducción sustancial de la plaga.

Una administración nacional que trabaje intensamente por reducir la oprobiosa desigualdad que reina en Colombia: No me refiero, claro está, a la que puede llamarse la desigualdad natural, porque ella es parte de la humanidad. Apunto a la desigualdad consecuencial, entendiendo por ella la que se deriva de la falta de oportunidades igualitarias, que surgen de la no aplicación de los gobiernos de políticas que generan la trilogía del desarrollo social, que se expresa en salud, educación y empleo para la población necesitada.

En otros paises existe y se llaman “estado de bienestar”. No llega de un momento a otro, pero si es la consecuencia natural de la acción continuada de gobiernos que se empeñaron en lograrla. ¿Por qué en Colombia no se comienza de una vez por todas a conseguirla y se continúa en cada gobierno intensamente con la labor?

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