Por: Roberto Ortiz
Desconcierto y perdida de la capacidad de asombro es lo que viene sucediendo en Cali frente a la espantosa tragedia que estamos viviendo por la falta de autoridad para enfrentar a la delincuencia y a la inseguridad que a diario ocurre en la ciudad.
Los caleños estamos perdiendo la lucha contra el crimen que asalta establecimientos comerciales a plena luz del día, las bandas se mueven en grupos de motos, roban con armas de fuego y cuchillos, asesinan por hurtar una cicla o por unos simples tenis de marca. Todos nos preguntamos donde esta la autoridad. Donde están las garantías ciudadanas de parte del gobierno para defender la vida, los bienes y la honra de todos los ciudadanos.
La Administración Municipal carece de una política pública de seguridad y goza de una gran incapacidad en la ejecución del gasto público. No se puede aceptar que el recurso para la seguridad ciudadana no se haya ejecutado en su totalidad el año pasado, pues solo se ejecutó el 81%; lo que significa que de 73 mil millones de pesos que era el presupuesto de 2020 se dejaron de ejecutar 19 mil millones en seguridad. Y menos aún podemos aceptar que para este año 2021 el presupuesto de seguridad sea de solo 54 mil millones de pesos.
Frente a esta crisis, el alcalde Ospina, en una actitud de desespero frente al vil asesinato de un joven deportista en el cerro de las tres cruces, hizo un llamado irresponsable a los ciudadanos para que se organicen a fin de combatir la inseguridad. Alcalde, entregar la responsabilidad que le compete al Estado de garantizar la seguridad ciudadana a los particulares no es otra cosa que estimular el paramilitarismo; es legitimar la ley del talión del “ojo por ojo, diente por diente”.
Señor alcalde, lo que usted debe hacer es construir una verdadera política pública de seguridad contra la criminalidad. Es urgente dotar de mayores recursos a la fuerza pública, a la inteligencia policial, mejorar las cámaras de seguridad, invertir socialmente mayores recursos en los sectores más deprimidos de la ciudad, coordinar la solidaridad y la colaboración ciudadana en la lucha contra el delito; y en compañía del gobierno nacional, coordinar las acciones para mejorar los recursos para la fiscalía, los jueces y para el aumento del pie de fuerza. Esta es la única manera democrática y legal de actuar. No debemos actuar de otra manera; lo que usted propone es un completo descalabro.
Para intervenir la criminalidad es preciso igualmente coordinar una fuerza especial de todos los organismos de la fuerza pública y la policía. Es urgente que promueva señor alcalde por lo menos la conformación de ese grupo elite, que incluya el patrullaje de carabineros en los cerros de Cali donde hacemos recreación y deporte. No estoy de acuerdo señor alcalde con su propuesta de estimular.
la justicia por parte de las comunidades; pues esas desesperadas ocurrencias solo le sirven a la criminalidad para extender sus acciones.
ROBERTO ORTIZ URUEÑA