El habitual silencio que se vive en los pasillos del Ministerio de Relaciones Exteriores se vio turbado en ésta semana por dos nombramientos que han causado malestar y preocupación a los funcionarios de la propia carrera diplomática: el de los Embajadores Julio Anibal Riaño y Fulvia Elvira Benavides.
A “Julito” como le llaman, lo trasladan de la Embajada en El Salvador a la del Vaticano, completando tres cargos diplomáticos durante el Gobierno Santos. Antes estuvo en Mexico. “Es el típico funcionario camaleón que se acomoda de acuerdo a las conveniencias, es cercano a Samper, fue Embajador de Pastrana en Costa Rica, estuvo al pie de Uribe como Director de Protocolo pero le ha sacado jugo a su cercanía con Santos al que le ha hecho firmar tres nombramientos”, dice un diplomático de carrera entrevistado por El Expediente.
Pero el caso de la Embajadora samaria Fulvia Elvira Benavides ha causado un enorme malestar dentro de los funcionarios de la carrera diplomática debido a las irregularidades cometidas cuando se desempeñaba como Cónsul General en Santiago de Chile y por las cuales tiene sendos folios en la Fiscalía .
Lo hechos sucedieron en diciembre del 2007 cuando Benavides se ausentó del cargo y del país durante más de una semana, lo que motivó a que el entonces Embajador en Chile Jesus Vallejo Mejia le pusiera una denuncia.
La Embajadora al ser descubierta alegó incapacidad médica que resultó ser falsa, además de la cantidad de documentos consulares, incluyendo pasaportes y visas firmadas en blanco, por lo que el tema pasó de ser una simple investigación interna del Ministerio a instancias superiores en la Procuraduría y en la Fiscalía .
Sin embargo, la Canciller María Ángela Holguín la nombró Embajadora en Finlandia y acaba de ser trasladada como Embajadora a El Salvador, pese a que los entes de control podrían destituirla en cualquier momento.