Por: Sergio Alzate
El país cerró el fin de semana de independencia con el sabor más amargo de los últimos años, por la elección, como vicepresidenta segunda del Senado, de la terrorista Griselda Lobo alias “Sandra Ramírez”, responsable de crímenes cometidos por las Farc, que en gran parte, al menos los más graves, fueron coordinados por ella en su rol de radista (coordinadora de comunicaciones) de Manuel Marulanda “Tirofijo”, y que adicionalmente es la madre del disidente y nuevo jefe terrorista de la cúpula de la Segunda Marquetalia, Alberto Cruz Lobo, alias Enrique Marulanda.
Las Farc son responsables del 60% de los desplazamientos (5.712.506 desplazamientos), de 220.000 asesinatos, de 25.007 desapariciones forzadas, 16.340 asesinatos selectivos, 1.982 masacres, 27.023 secuestros y causantes de 1.754 víctimas de violencia sexual. Lo más grave es que ahora desmovilizados pretenden obstruir la aplicación de la justicia, confundir, destruir la verdad.
El sentimiento de desazón se convirtió en indignación cuando Griselda Lobo manifestó su ausencia total de arrepentimiento, expresando que “Si reencarnara, volvería a ser guerrillera”. La soberbia de la guerrillera la llevó también a negar la verdad documentada de sus crímenes, cuando afirmó: “No teníamos una política de reclutamiento de menores”. Sus afirmaciones son totalmente contrarias a la evidencia de los 8.000 hechos de reclutamiento de menores por las Farc que reposa en la JEP, el tribunal creado para legalizar la impunidad, que abrió el caso 007 denominado de “Reclutamiento y utilización de niñas y niños en el conflicto armado colombiano”.
Sus expresiones equivalen a echar sal en la herida, una herida abierta por los millones de violaciones a los derechos humanos de la población más vulnerable, su propósito es revictimizar a las víctimas de las Farc, estigmatizar, polarizar y agitar la demagogia de la reconciliación.
¿Dónde están los bienes de Tirofijo?; ¿Por qué no los ha entregado?; ¿Cuáles crímenes reconoce?; ¿De cuáles crímenes se arrepiente?; ¿Por qué su afán de negar los hechos victimizantes que otros han reconocido?; ¿Por qué no ha impedido las actuaciones terroristas de su hijo Alberto Cruz Lobo? ¿Está usando la constitución en una mano mientras en la otra sostiene el fusil con el cuál subyuga a los más vulnerables?.
La insolencia de Griselda Lobo la hace merecedora de ser expulsada de la JEP por incumplir los acuerdos, por cuanto es una criminal que no ha confesado sus crímenes, no ha mostrado arrepentimiento, no ha realizado aportes a la verdad, a la justicia, a la reparación, que no brinda garantías de no repetición ni ha pagado un solo día por sus múltiples violaciones.
También es merecedora de la suspensión del ejercicio del cargo debido a que en ejercicio de su función transgrede los preceptos éticos y disciplinarios con sus actuaciones e intervenciones irrespetuosas y falaces, motivadas y orientadas a ofender a las víctimas, a provocar a la justicia y a desafiar al Estado de Derecho.
Con dolor de patria vamos a enfrentar la impunidad que rodea a ésta criminal que incurre en una falta ética al utilizar su cargo senatorial como parte de la mesa directiva, para negar de forma sistemática y reiterada los hechos victimizantes de las Farc, lo que constituye una conducta dolosa gravísima por la violación a los deberes y prohibiciones, por su jerarquía, por la trascendencia social de su falta y por el perjuicio causado a las víctimas que son revictimizadas.
Nota: La JEP tan solo han llamado a 14 de los 37 jefes del secretariado de las Farc a responder por una política generalizada de reclutamiento de menores, tampoco han citado a los 12 jefes de columna, ni a los jefes de los 8 bloques; ni a los jefes de los 83 frentes; ni a los comandantes de las 55 compañías, unidades y comisiones; que en suma superan los 200 miembros que son los máximos responsables de estos vejámenes.