Por: Duván Idarraga
Como se recuerda, iniciando el nuevo gobierno la posesionada Ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, anunció que el país debía iniciar una etapa decrecimiento; muchos considerábamos que esaexpresión se trataba de una equivocación, no de una postura económica. Con los meses vinieron susanuncios sobre la suspensión de contratos de exploración y explotación de gasolina y gas; en su momento fue corregida por el entonces el Ministro de Hacienda. Posteriormente, hablaron de no firmar nuevos contratos pero mantener los actuales. Finalmente, se hizo realidad el anuncio y quedó claro que la postura expresada por la ministra no obedecía a una iniciativa propia, atendía instrucciones de su jefe, Gustavo Petro; quien ha declarado la guerra a este sector, pero solo en el país; comprará dichos productos a Venezuela (a precios más elevados que producirlos en Colombia, parece absurdo, pero así será), según informaron.
Las definiciones del nuevo gobierno empezaron a tener consecuencias negativas en la economía del país.Por un lado, el valor de la acción de ECOPETROL(principal empresa de Colombia y cuya propiedad mayoritariamente es del Estado) en la Bolsa de Nueva York, a diciembre de 2022, “decreció” de manerasignificativa un 18,77% (mientras empresas del sector crecieron un 42,32% en el índice de Standarsand Poor´s). En Colombia, para el mismo periodo, el valor de la acción “decreció” un 10,04%. Por otro lado, dada la relevancia que tienen los ingresos del sector hidrocarburos en las finanzas públicas y en la economía en general, los anuncios del nuevo gobierno generaron un alto nivel de incertidumbre que se tradujo en un “decrecimiento” del valor del peso frente al dólar, llevando la devaluación por encima del 20%llegando incluso a acercarse a los $5.000 por dólar, es decir, un 28 % aproximadamente. A diciembre 31 era del 23%, aproximadamente.
Ya en la mitad del año 2023 se conocen los resultados de la política de decrecimiento en el sector de hidrocarburos. La exploración y la explotación petrolera ha caído un 15.4% en el país, de acuerdo acifras de la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios de Petróleo, Gas y Energía CAMPETROL; la mala noticia es que seguirá cayendo. Es lógico que suceda, si tenemos presente que este sector tiene un ciclo que inicia con la denominada actividad sísmica, seguida por la exploración y por último la explotación a partir de la verificación de hallazgos de las dos primeras fases. Según el mencionado gremio, hay una disminución del 22.7% en la sísmica respecto a igual periodo del 2022. El resultado es que el número de pozos exploratorios perforados ha bajado considerablemente dado que marzo se contaba con ocho de ellos y en mayo van por la mitad.
Si bien es cierto las estadísticas de producción durante el año 2023 tienen resultados superiores a los de 2022,es importante mencionar que esto obedece a las actividades que se realizaron años atrás en temas de sísmica, exploración y explotación; recordando que durante el gobierno Duque se hicieron importantes esfuerzos para aumentar el número de contratos en las actividades mencionadas. Dichas acciones permitieron que en abril del 2023 la producción alcanzó 782.277 barriles diarios de petróleo,comparados con 752.079 en el mismo periodo del 2022 (creció el 4,01%). Para expresarlo de una manera muy simple, se está “cosechando” la “siembra” que se realizó el gobierno Duque al incrementar considerablemente los contratos de las tres actividades. Por supuesto, ante la decisión del gobierno Petro de no suscribir nuevos contratos, en próximos años se verá el efecto contrario y la producción caerá considerablemente, necesitando importar los combustibles para el consumo que hoy el país produce. Por donde se mire, no tiene lógica una decisión en tal sentido y económicamente es de graves consecuencias para el país. Veamos:
La disminución de los contratos de exploración y explotación afectará los niveles de producción y losingresos del Estado. Como he mencionado en ocasiones anteriores, el sector minero energéticorepresenta entre $35 y $45 billones por año para el erario. Ante la caída de estos ingresos el gobierno actualizó la expectativa en el Marco Fiscal de Mediano Plazo: Por un lado, ajustó a la baja el estimado del precio del barril de petróleo para el año 2023,catalogándolo en US$78.6, cuando inicialmente se estimaba en US $94.2 en promedio. Esa diferencia puede significar entre $3 y $6 billones de pesos menos para el año 2023, con el agravante de que las expectativas es que el precio de petróleo continuará cayendo. Si a ello sumamos una disminución significativa en la producción de petróleo por lo ya comentado, se vuelve una explosiva combinación para las finanzas públicas del país. Con los ajustes realizados en estos conceptos, de acuerdo a cifras del propio Ministerio de Hacienda, estiman que el déficit fiscal para el año 2023 sería del 4.3% del Producto Interno Bruto y no del 3.8%, como se había estimado inicialmente.
Por otro, es importante recordar lo expresado en columnas anteriores respecto al impacto que las decisiones del gobierno Petro en materia de hidrocarburos va a tener en el ingreso de divisas para el país, toda vez que la actividad de Combustibles e Industrias extractivas representa US $8.520 millones(un 52,9%) de las exportaciones del país en el acumulado enero-abril de 2023;pese al buen resultado signifca un “decrecimiento” del 14,9% frente a igual periodo de 2022 (explicado en la caída del precio del petróleo pero también de la producción). Al “decrecer” aún más la producción, por la no suscripción de nuevos contratos de exploración y explotación, la caída del ingreso va a ser mucho más fuerte impactando de manera drástica las finanzas públicas.
Si a eso sumamos el efecto en la Inversión Extranjera Directa (IED), las decisiones del actual gobierno en la materia tendrán efectos negativos mucho más relevantes. Tomo aparte de una de mis columnas anteriores: “Según datos del Banco de la República, la IED en Sector Petrolero representó Us$2.777 millones, que equivalen al 16,29% del total. A eso sumamos la IED en Minas y Canteras (otro de los sectores afectados por los anuncios y decisiones del gobierno actual) que en 2.022 representó Us$1.590 millones, equivalentes al 9,32%. Es decir, ambos sectores representaron Us$4.367 millones en 2022 que equivalen al 25,6% del total de la IED.”
En materia fiscal y económica la medida de “decrecer” la producción de hidrocarburos resulta altamente inconveniente; es casi imposible en el corto plazo reemplazar de manera óptima dichos recursos. Al gobierno le quedan alternativas que resultan muy complejas y sin duda tendrían perversos resultados para los colombianos, nuestra economía y el país en general: Nuevas reformas tributarias y/o emisión de dinero. Por donde se mire, decrecer el sector de hidrocarburos resulta un pésimo negocio para el país; un auto suicidio (como diría Maduro) para nuestra economía.