Por: Jazmin Balaguer
Hoy se cumplen 25 días del Paro Nacional. Al final del mismo, no habrá ningún cambio positivo en el país, por el contrario, tendremos graves consecuencias de tipo económico y social, que se sumaran a problemas producto de la pandemia.
Quedan pocas movilizaciones y plantones espontáneos de ciudadanos, que en su mayoría, esperan cambios de tipo estructural. Como el de acabar la corrupción, el exceso de burocracia u obtener ingresos dignos. Aunque están en todo el derecho de hacer exigencias, y desearlo como todos los colombianos, la viabilidad es otra cosa. Es utópico creer, que esas cosas se dan de un día para otro, firmando un papel. Seria también desmotivante, entender que el camino real, depende de la voluntad, esfuerzo y apoyo a la institucionalidad, de todos los sectores, más que del mismo gobierno.
No obstante, ellos no son quienes están generando los graves problemas al país. Sí, los que toman vías de hecho para imponer ideas, generar violencia, saquear o destruir infraestructura, con bloqueos en las carreteras, o en las entradas y salidas de las ciudades, que han provocaron la perdida de 10 billones de pesos. Principalmente, por afectación al comercio, al transporte, y al desplazamiento de miles de trabajadores. Dinero que equivale a más del 50% de la fallida Reforma Tributaria, y se traduce, en quitarle a los más necesitados dinero de sus bolsillos, menos trasferencias económicas para ellos mismos, y más tiempo para recuperarlo. A esto se suma, el aumento de la inflación que nos afecta a todos, pero a ellos, increíblemente más, al tener que pagar mucho más dinero por la misma cantidad de alimentos.
Toda esta situación de incertidumbre política, económica y social, hizo que la Copa América, ya no se vaya a realizar en nuestro país, y con ella se va, todos los empleos que se iban a crear, más la inyección de dinero en la economía, que se hubiera dado. De igual forma, hizo que la evaluación internacional de riesgo país, hecha por Standard & Poor´s haya disminuido para Colombia, pasando de BBB- a BB+. Esto significa, mayor riesgo de inversión para que un extranjero traiga su dinero; lo que permitiría también, crear nuevas fuentes de empleo. Por otra parte, se encarece la deuda externa, ya que el riesgo hace subir las tasas de interés, así como los créditos que el país solicite.
Hay que recordar, que el presupuesto con el que cuenta el Estado, para financiar tanto su funcionamiento como su gasto, proviene de impuestos y créditos.
Otra consecuencia, es la afectación al tejido social, y desconfianza sobre derechos fundamentales, como el de la Protesta. Porque todo lo negativo en el marco del Paro, prevalecerá en la mente de los colombianos, mucho más, que las manifestaciones pacificas, así estas hayan sido mayoría. Lo que hará, que se deje de creer en estas como un mecanismo efectivo. Impactando el sentido de cooperación, base del tejido social, en la búsqueda de objetivos comunes como nación.
De igual forma, la imagen negativa a nivel internacional sobre el Gobierno y la Policía Nacional. Provocada en esencia, por las denuncias basadas en videos descontextualizados que circulan en redes sociales. En donde, aún no hay una verificación objetiva de tiempo, modo y lugar, por parte de la justicia, pero igual se comparte rápidamente. Esto, gracias al sesgo de confirmación, en el cual el ser humano da credibilidad a lo que confirma su sesgo; y la probabilidad de hacerlo, que de acuerdo a un estudio realizado por el MIT, es del 70% para este tipo de información. Pero esto no importa, para quienes hacen uso político de este material, que se instrumentaliza con el fin debilitar la Policía, y la gobernabilidad del Presidente de la República.
Por lo anterior, nos enfrentamos también a una crisis de seguridad. La Policía será tema de extensos debates para presionar su reforma, sin tenerse en cuenta, que su plan de mejoramiento ya esta consignado en la Política Marco de Convivencia y Seguridad Nacional (2019). La crisis también se evidencia, en la organización criminal, sincronizada para atacar a la fuerza pública, al sistema productivo e infraestructura del país; que deja un saldo de 14 muertos en lo que lleva el Paro, con miles de heridos tanto civiles, como de uniformados. Que por su concentración en el mantenimiento del orden, durante las manifestaciones, ha imposibilitado el control territorial en el resto del país, donde se empieza a evidenciar el aumento de homicidios.
El fracaso de este Paro, mas allá de dejar un país más golpeado de lo que estaba antes del mismo, lo es también por perder la oportunidad. La atención mediática que recibió a nivel internacional, de grandes medios y personalidades, hubiera sido de gran ayuda y presión, si se hubiera tenido una agenda clara, con demandas realistas y viables sobre algún problema estructural que nos convocara a todos, nos trajera un beneficio general, y requiriera voluntad política. Pero ese apoyo se perdió, hay tantas peticiones como individuos en las calles, y con un debilitado apoyo popular.
Así, la consecuencia más probable a nivel político, será un alto costo electoral para el sector de la izquierda y centro izquierda. Ya que la mayoría de colombianos, según las ultimas encuestas, los responsabilizan de todos estos resultados. Este Paro, generalizado desde lo negativo, ahora juega en su contra.