Por: Luis Alfredo Ramos
Los resultados de la elección presidencial en PERU, constituyen un fracaso para un país con graves problemas políticos y sociales. Conocido el escrutinio final de la elección, deja en firme por escasa votación el triunfo del candidato de extrema izquierda, PEDRO CASTILLO, un desconocido profesor con poca formación académica e intelectual y ninguna en el campo económico.
La democracia, un sistema permanente frágil, pagó los platos rotos de esta elección y quedará sujeta los próximos años a un gobierno radical, ignorante, débil e imprevisible. Será, además, sin duda un gobierno ambiguo que confunde tesis marxistas con tesis liberal conservadoras, en un verdadero salpicón ideológico, que deja entrever decisiones de banda a banda, sin coherencia, sin planificación, dejadas al capricho del nuevo gobernante.
Es cierto que PERU ha pasado varias décadas recientes, cargadas de crisis políticas, con varios presidentes cuestionados por corrupción, al punto de tener, en los últimos cinco años, cinco presidentes de la república, creando un inmenso conflicto a los ciudadanos que han perdido la confianza en las anteriores estructuras políticas, todo ello no obstante el importante crecimiento económico, que tiene como base la minería.
El momento político que traerá una elección como la del ignaro profesor CASTILLO no será el mejor para un país convulsionado en vías de estabilizar sus proyectos económicos y sobre todo los de orden social. Desde ahora se escuchan voces de sectores inversionistas que han anunciado su decisión de alejarse del PERU, frente a las propuestas de nacionalización de las empresas extranjeras, que ha formulado públicamente el nuevo mandatario. Sobre este punto, cerca de 300 empresas colombianas, vinculadas con éxito al desarrollo de nuestro vecino país, podrían quedar afectadas por los procesos de nacionalización y de expropiación anunciados por el nuevo presidente peruano. Dentro de esas 300 empresas se cuentan entre otras ISA, EMPRESA DE ENERGIA DE BOGOTA, EPM, GRUPO, GRUPO EMPRESARIAL ANTIOQUEÑO.
En cuanto a la política interna del PERU, habrá que ver que pasa con un nuevo congreso en el cual el presidente electo no cuenta con mayorías, es decir, la balanza de poderes se podrá apreciar en los próximos meses. Serán de gran expectativa los temas del aborto y el matrimonio gay que el presidente CASTILLO no apoya, y que desde luego ocasionarán fuertes debates desde el principio de la nueva administración.
Viene para los ciudadanos peruanos un tremendo desafío, cuyos resultados son impredecibles por el desconocimiento de los asuntos públicos de quien encabezará el gobierno, lo mismo que ocurrirá con su equipo asesor, que tendrá un gran incidencia, particularmente en los asuntos económicos, dada la inexperiencia del presidente, su orientación populista y la visión marxista en este tema tan trascendental para los peruanos.
Ante estas expectativas, y queriendo lo mejor para el pueblo peruano, solo nos resta decir DIOS GUARDE AL PERU
LUIS ALFREDO RAMOS BOTERO
JUNIO 11, 2021