Por: Joan Sebastian Moreno
El pasado 25 de junio de 2020, ustedes en calidad de Comisión de la Verdad publicaron un comunicado de prensa en el que cuestionaban la moral de toda una institución, el Ejercito Nacional. Más adelante, por intermedio de su Twitter oficial exhortaron a la misma institución, a reflexionar sobre su cultura y moral interna, concluyendo de ese modo, que dentro de los lineamientos institucionales y estratégicos del Ejercito de Colombia, tienen como doctrina la violación de niños y niñas, conclusión que a todas luces es errónea y extremadamente desafortunada.
Así como ustedes, yo también lamento con un profundo dolor la violación a la niña Embera Katio, y comparto la posición de que ningún acto de violencia sexual puede ser justificable, independientemente del actor que ejecute su consumación.
Sin embargo, considero que su comunicado público sobre la situación es a todas luces, temerario, pretencioso y abusivo. Afirman que el Ejército Nacional como institución tiene una moral desdeñable, y que adicionalmente, es una entidad que contribuye a la proliferación de prácticas racistas y machistas en la sociedad colombiana.
No deben perder de vista que el Ejército Nacional está compuesto por miles de hombres y mujeres, que además de ser soldados y ciudadanos de la patria, son madres y padres, a los que lejos de habérseles enseñado a violar, se les instruyo con disciplina el deber de respetar: la familia, la Constitución, la Ley, y sobre todo, la sociedad colombiana, independientemente de su origen racial, étnico o cultural. Ustedes como institución pública, financiada con los dineros de los impuestos de todos los colombianos, deben guardar ecuanimidad y objetividad con los pronunciamientos que hacen, no olvidando que uno de sus objetivos a la luz del Acto Legislativo 01 de 2017 y decreto 588 del 2017 es precisamente el de contribuir al esclarecimiento de las causas y consecuencias del conflicto armado, promoviendo un entendimiento compartido en la sociedad y no, tomar partido, atacando institucionalmente a una entidad que ha colaborado eficazmente con ustedes, entregando una cantidad ingente de informes para que su informe final, se aleje de una visión ideológica y partidista del conflicto armado, y en consecuencia, se abstengan de tergiversar la verdad y la historia, narrándolas desde la óptica de sus comisionados, y no, desde la perspectiva de quienes en verdad sufrieron sus consecuencias.
De manera preocupante, se echa de menos que en ninguno de sus comunicados de prensa se hayan lamentado por la muerte de los seis militares el día 17 de junio de 2020 a manos de grupos disidentes de las FARC, de los dos militares muertos el día 07 de junio de 2020 por la acción armada del ELN, o del secuestro de la Cabo Nubia López, ni que hayan hecho un llamado enérgico a reflexionar sobre la moral o la cultura de grupos barbáricos y narcotraficantes que se dedican a atentar contra la seguridad y existencia del Estado y el orden constitucional establecido. Para toda institución del Estado, el respeto por la vida, la libertad y la dignidad debe ser una consigna, sin importar, si es un civil o un militar.
Inquieta que su discurso institucional este justificando que los militares sufran hechos victimizantes, que sea totalmente legítimo que a los miembros de una institución con moral “reprochable”, se les asesine, se les mutile, se les secuestre o se les torture, y que finalmente, su informe final haga pasar los buenos por malos, y los malos por vencedores. Sin más, les manifiesto que la conducta detestable de ocho miembros del Ejército no puede hacerse extensiva a toda una institución, ni a todo un conjunto de hombres y mujeres que han desempeñado su labor con rectitud, honor y entrega, para que ustedes puedan ejercer su función constitucional en todo el territorio nacional.
Respetuosamente
Joan Sebastian Moreno Hernandez
Abogado de militares víctimas del conflicto armado.