Por: Roberto Trobajo
El régimen cubano dejó chiquitas a China, Corea del Norte, la Alemania nazi, emuló con ella misma y pronto será la peor de las dictaduras.
No les basta con aplastar a cualquiera que se les oponga en la Isla, pues la persecución va por los cubanos que viven fuera de Cuba.
Cubanos, nacionalizados o residentes en cualquier país, si denuncian violaciones a derechos humanos y atrocidades contra opositores que viven en la Isla o hacen manifestaciones ante las embajadas cubanas, serán enjuiciados –sin estar presentes- por jueces del régimen, y tras esos shows jurídicos pedirán extradiciones.
Un tal José Luis Reyes Blanco, que tienen de jefe de procesos penales en la Fiscalía de Cuba, es quien está alistando ese entuerto, diciendo que como “se trataría de acciones que provocan afectaciones en Cuba todas las personas que participen en esos hechos contra el gobierno cubano pueden ser procesadas en ausencia”, a tenor del Procedimiento Penal vigente y que modificarán por mandato del Tribunal Supremo presentando cuatro proyectos de ley a la Asamblea Nacional (Parlamento) para así reformar en pos de enjuiciar en ausencia a cubanos viviendo fuera del país.
Ese “Fiscal” Reyes Blanco también dijo, en entrevista al noticiero televisivo cubano, que recurrirán a la “cooperación jurídica internacional para perseguir por actos potencialmente delictivos cometidos desde el extranjero” así dejó entrever que pedirían en extradición a quienes juzguen en Cuba sin estar presentes.
Así pretenden silenciar a los exiliados cubanos que protestan, organizan, promueven, actos pacíficos en favor de una Cuba democrática y respetuosa de los derechos humanos.
Hasta José Miguel Vivanco, el director de Human Rights Watch para las Américas, afín a la izquierda, se pronunció en su twitter, diciendo “No contentos con perseguir sistemáticamente a cualquiera que critique al régimen en Cuba, los fiscales cubanos ahora amenazan con procesar en ausencia a quienes convoquen protestas desde el exterior”.
Esta pretensión de la dictadura es una amenaza contra todos los cubanos, con independencia del país en el que estén viviendo, intentando engañarlos para que -incluso en el exterior- se sometan a la élite gobernando en Cuba.
Empero, habría que ver si los gobiernos ceden al capricho de ese régimen: los cubanos residentes en países se supone que cuentan con la protección de las autoridades de los Estados, y en cuanto a los nacionalizados no tienen ciudadanías cubanas porque la Constitución de Cuba establece que los cubanos cuando adquieren otra ciudadanía pierden la cubana.
El gobernante de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien dio el visto bueno que avala tal aberración jurídica, está dejando enanos a todos los dictadores que el mundo a conocido (desde Napoleón, pasando por Hitler y Stalin, los jerarcas chinos, y hasta esos déspotas norcoreanos) ¿Imaginan que Maduro le copie a Díaz-Canel?
Las voces del mundo se tienen que levantar contra esta nueva autoritaria violación de derechos humanos con la que el régimen cubano amenaza a la diáspora de la Isla, y se entrometerá las disposiciones jurídicas de países democráticos que acogieron a los más de dos millones y medio de cubanos que emigraron para vivir dignos y en paz.