Por: Julio César Leal Duque
Para manejar las finanzas del Estado no se necesita tener amigos con premios Nobel, los cartones de los amigos no hablan del profesional que este al mando de la administración de los recursos del Estado.
Ahora bien, tampoco es que se necesite una lumbrera, de hecho los últimos Ministros han dejado mucho problema y mucho de que hablar, más bien malos administradores y politiqueros, desde Juan Manuel Santos para acá dan vergüenza los Ministros de Hacienda que hemos tenido. A todos cuando les dan el cargo se les olvida la teoría y la práctica económica, conceptos básicos fundamentales para administrar los recursos del Estado, es mera administración, no tienen que descubrir ni plantear una nueva teoría económica o ganarse un premio Nobel; ya todo está inventado.
Básicamente la función de un Ministro de Hacienda es velar porque las variables macroeconómicas funcionen de manera adecuada para crear crecimiento, desarrollo, bienestar y disminuir la escasez. Los ingresos del Estado son limitados, los ingresos de los agentes económicos están limitados, por lo tanto, administrar es básicamente tratar de optimizar lo que hay, establecer equilibrios y reorganizar los recursos.
Pero acá el presupuesto se basa en la “mermelada”, una vaca lechera, es decir, que el presupuesto no tiene un objetivo claro desde lo macroeconómico, es capricho político, los recursos se asignan sin un objetivo claro, por eso los políticos solo aprueban sus intereses particulares, crear ministerios (Ministerio del Deporte, Ministerio de la Igualdad, Ministerio de la Desigualdad, Ministerio de la Verdad, Ministerio de la Mentira, Ministerio de la indigestión)… y así lo que se les ocurra para decir que hay un objetivo claro y preocupación por el electorado, pero en realidad es la forma de buscar recursos para el gasto, para los parásitos que desvían los recursos de los niños que aguantan hambre para pagar los Jets de los viajes de los funcionarios públicos que pueden viajar en aerolíneas comerciales como todo el mundo.
La función del Ministro es llevar esas propuestas a un objetivo claro de equilibrio macroeconómico, y no salir a los medios de comunicación a decir que se necesita Plata porque el gobierno de turno debe cumplir con ese u otro gasto y qué hay que buscar los recursos a como de lugar.
Lamentablemente es el espectáculo bochornoso que estamos viendo actualmente. No se ve un objetivo claro en equilibrar los despelotes que dejaron los anteriores políticos, parece que el objetivo es seguir empeorando al enfermo que tiene fiebre.
Hemos visto como todos los gobiernos han aumentado el presupuesto, cada año le van sumando en promedio 50 billones en reformas tributarias que tienen hecho pedazos el Estatuto Tributario, la realidad es que lo tienen corrompido, desdibujado, completamente anti técnico, es un desastre.
Mientras se aumentan las deudas del Estado y los gastos como si dependiéramos de políticos que tienen la chequera abierta sin límites, los que trabajamos debemos soportar toda clase de vejámenes fiscales, la confiscación entre otros. Hay que ver el nuevo proyecto de reforma tributaria, es un vejamen, un adefesio técnico por donde se le mire.
Empezando porque el impuesto de renta ya no es sobre la renta, es sobre los ingresos, las pensiones que ya pagaron impuestos las quieren gravar de nuevo, las utilidades de las empresas que ya pagaron impuestos las quieren gravar con los divídenos, los patrimonios que ya pagaron en el proceso de acumulación ahora los quieren volver a gravar, los procedimientos tributarios tienen toda clase de revolturas como liquidaciones oficiales que se facturan desdibujando las liquidaciones privadas, el impuesto a la factura o factura electrónica que no es más que otro impuesto a las transacciones súper costoso que los bestias del gobierno anterior lo llevaron a la nómina y lo presentan como la panacea cuando es una esclavitud para enriquecer privados con las transacciones y poner en peligro la seguridad nacional con la información tributaria de los contribuyentes en poder de particulares.
La conclusión es que no estamos poniendo gente técnica a manejas la plata del los contribuyentes, el sistema está completamente politizado y corrompido. Los políticos no van a renunciar a sus rentas que además nadie les dice que todos los escoltas y los carros blindados son renta en especie que ni la UGPP, ni los entes de control los ponen a pagar los impuestos que les corresponden por pagos en especie, acá solo son contribuyentes los que toman gaseosa o salchichón.
Todos los parlamentarios deben pagar renta sobre la renta en especie. Es claro que la exposición de motivos de la reforma está completamente fuera de contexto, el problema no está en los ingresos porque los contribuyentes han cumplido muy bien con sus obligaciones y la prueba está en que la DIAN ha cumplido sus metas de recaudo, ese cuento de qué hay una evasión entre 50 y 80 billones sin pruebas es un cuento reforzado sin sustento alguno, la realidad es que los gastos del Estado están mal administrados y el problema está en el gasto y no en los ingresos.
No procede reforma tributaria. Claramente para lo único que procedería sería para simplificar el Estatuto y para quitarle todos los daños que le han hecho.
La reorganización del presupuesto si debe ser una prioridad, plata en Jets para funcionarios y derroches no tiene presentación y menos sacar plata de inversión a gasto como hicieron hace unas semanas donde sacaron 6.8 billones de inversión para la desfachatez de manejo financiero.
No se puede poner a una persona de nombre “Doctor” para evitar pagarle la universidad y que todo el mundo lo llame doctor. La gente va a la universidad a estudiar y poner en práctica los conocimientos, si van a seguir en las mismas ¿para que tanto cartón y tanto título y amigos Nobel si se van seguir tirando en las finanzas del Estado? Les encantan los halagos pero trabaja más una pala en una prendería. Es el momento de hacer algo de forma responsable. Dejen trabajar a la gente, crear empleo y riqueza, no hay afán de acabar con todo.