Por: David Meza Pretelt
Alejandro Gaviria se ha encargado de implosionar la campaña de Sergio Fajardo, ¿Cuándo anunciará su apoyo a Petro como ha hecho la mayoría del santismo?
Este personaje fue uno de los alfiles de Juan Manuel Santos durante sus 8 años de gobierno, ha posado de adalid de la moral pero en su ministerio hubo tantos actos de ilegalidad que afectaron la salud de los colombianos, que solo se pueden comparar al daño que le hizo al Centro Esperanza, destruyendo la alianza de centro desde adentro; para darle un último empujón a los restos del santismo, al abismo del progresismo intransigente.
La misión de Alejandro Gaviria no podía ser simplemente hacer una lánguida campaña a la presidencia que no dio pie con bola; renunciar a la rectoría de la universidad mejor posicionada del país debía ser motivado por un proyecto de mucho mayor alcance, que tendrá como desenlace final su eventual aterrizaje en la coalición Pacto Histórico, como todos los demás en la plana mayor del santismo, que se pelean a codazos por la atención de Gustavo Petro.
Se ve con claridad cómo el rol de Gaviria en la coalición “Centro Esperanza” fue desde siempre ser el “Caballo de Troya” de Santos y Petro, para implosionar la campaña de Fajardo antes de la primera vuelta y arrastrar esos votos a las huestes petristas, de esta forma Gaviria busca llegar al Pacto Histórico con mayor peso político.
Además quiere ser ese eslabón que una de nuevo al Pacto Histórico con el Partido Liberal, aunque durante la campaña para las consultas fue un liberal vergonzante e increpado por sus compañeros de la Coalición Esperanza por el apoyo que recibía de los partidos tradicionales -por debajo de cuerda-, a la hora de entrar a la campaña de Petro ya no importa de donde vengan los votos, la ambición del proyecto progresista es ganar a como dé lugar.
La alianza Santos-Petro no es nueva, ya desde la reelección santista se selló un pacto que en este momento está siendo aplicado, no es por nada que en la sede del casi desaparecido “Partido de la U” durante la celebración de la victoria en junio de 2014, se oía gritar en coro al auditorio: “¡Petro, Petro!” y poco después fue restituido en la Alcaldía de Bogotá tras su suspensión.
La campaña a la presidencia de Sergio Fajardo está herida de muerte y Alejandro Gaviria está ahí dentro para dar la estocada final, inclusive fuentes cercanas a sus equipos de juventudes han revelado que a pesar que votaron en las consultas por Gaviria, no apoyarán a Fajardo. Gaviria por ahora, sigue aparentando estar en la coalición fajardista sacándose fotos y compartiendo una que otra cosa en redes sociales, pero sus votos que a fin de cuentas son lo que vale, ya están con Petro.
Aunque uno de los puntos más criticados a las propuestas de Petro se trata de la “democratización” que quiere hacer con las pensiones de los colombianos, Alejandro Gaviria no estaba muy lejos de esta idea cuando era pre-candidato, ya que proponía que todas las cotizaciones de 1,5 salarios o menos -que son la mayoría en Colombia-, quedaran en manos de Colpensiones y tras quemarse logró meter esta iniciativa dentro del programa de Fajardo.
Así que los guiños de Gaviria hacia Petro no están solo en lo político, sino también en lo programático, compartiendo ese deseo keynesiano con tintes marxistas de crear un Estado gigantesco, lleno de burocracia, costoso y que intervenga en todas las dinámicas de la sociedad y la vida del ciudadano.
Al igual que Santos, Gaviria hizo parte del gobierno del ExPresidente Álvaro Uribe (Subdirector de planeación); al igual que Santos, traicionó y difamó a Uribe; al igual que Santos dejó la salud del país quebrada y destrozada, tras sus seis años como ministro de salud (2012-2018).
¿Corrupción y desfalcos en su ministerio?
No podemos olvidar que Alejandro Gaviria viene de desempeñar un nefasto papel como ministro de salud en la era Santos, por más que se quiera lavar las manos mostrándose como un “outsider” de la academia ha tenido siempre un pie en el Partido Liberal y viene de una familia con recorrido en la política, de ahí que Ingrid Betancur lo relacionara siempre con las maquinarias.
Su mayor rol como funcionario público lo desempeñó al lado de J. M. Santos, que por cierto no salió nada bien, con varios de sus funcionarios más cercanos envueltos en procesos judiciales e incluso detenidos: como sucedió en el Caso SaludCoop en el que básicamente expropian una empresa al sector cooperativo por presuntos malos manejos y terminan quebrándola, repartiéndola, destruyéndola y poniendo en riesgo la estabilidad de más de 34 mil familias de trabajadores y 7 millones de usuarios. Situación que se dio más de una vez en las intervenciones de las EPS.
Un destino parecido tuvo Caprecom, otra gran EPS liquidada que contaba con activos del Estado y que fue prácticamente convertida en mermelada, ese eufemismo santista para la corrupción que era una práctica generalizada en aquel gobierno.
A pesar de varias denuncias encima interpuestas por abogados, pacientes y trabajadores del sector, Gaviria continúa mostrándose como una figura que ve la política desde un pedestal moral y hay incautos que lo ven como un posible presidenciable.
Él por su parte, sabe que Santos ya se decantó por Petro, dejando la candidatura de Fajardo en la inviabilidad. Como consecuencia, hará parte de la desbandada de santistas hacia el populismo socialista en un deprimente show para mostrar cada día alianzas “nuevas” de gente que en realidad, siempre estuvo allí.