David A. Rosenthal
El mundo ya no será como antes. Esto es lo que afirman los más celebres analistas internacionales occidentales, tales como, Henry Kissinger, Francis Fukuyama, Thomas Friedman y Joseph Nye. Aún no son claras las consecuencias reales de la crisis que dejará la sibilina pandemia, que hasta el momento permanece en misterio, en principio, por la oposición del propio gobierno comunista chino a que se investigue a fondo el origen del “nuevo virus”.
Asimismo, como lo proclamó en 1918 el filósofo e historiador alemán, Oswald Spengler; la cultura occidental se encuentra en su etapa final, es decir, en la decadencia. Al igual que los babilonios, egipcios y helenos. También, dijo el profesor Eric Voegelin, que la devastación espiritual, que se desprende de la negación del hombre por su origen, para destruir lo que tiene de humano, corresponde a su destrucción.
El artículo de opinión del ex secretario de Estado Henry Kissinger: “La pandemia de coronavirus alterará el orden mundial para siempre”, publicado el 13 de abril en The Wall Street Journal, además de lo que sostiene (planificar una nueva época), concluye con que “El desafío para los líderes es manejar la crisis mientras se construye el futuro. El fracaso podría incendiarlo”. Asimismo, hay opiniones encontradas, como quienes defienden que el virus fue creado y es parte de un plan estructurado finamente por una “elite global”, con el apoyo de organismos internacionales y entidades transnacionales, propias de la globalización de las relaciones internacionales.
Bajo específicos argumentos, los teóricos del Nuevo Orden Mundial sostienen una tesis sobre lo que depararía a la inocente humanidad en los próximos años, revelando estos planes -aún apócrifos-, que, si bien pueden aludir a una teoría conspiratoria, no deja de ser imposible una parcial o total veracidad.
Un único gobierno mundial, una moneda universal, un solo banco central, un único ejército. El fin de la soberanía de las naciones, el fin de la propiedad privada, el fin de la familia, control del crecimiento poblacional y de la densidad de esta, múltiples vacunas obligatorias, una renta básica universal, la implantación de un microchip (para viajar, comprar, de seguimiento y control), la implementación de un sistema de crédito mundial (como el de China) y todas las comunicaciones y tecnologías conectadas al sistema de monitoreo 5G.
El gobierno asumirá el derecho de criar a los niños, un sistema educativo bajo vigilancia de los gobiernos, el fin del transporte privado (automóviles personales), todas las empresas serán del Gobierno-Corporaciones.
Concentración de la población en ciudades (zonas de asentamiento), el fin de la propiedad rural, el fin de los hogares familiares y el uso restringido de la tierra según las necesidades. La prohibición de la medicina natural (solo industria farmacéutica) y el fin de los combustibles fósiles.
Todo esto sería la “UN Agenda 21”, parte del Nuevo Orden Mundial (NOM), en palabras del reconocido líder espiritual del ala Sefardí y Mizrahi: el rabino Amnon Yitzhak. Este rabino jaredí, del movimiento de divulgación del judaísmo ortodoxo (conocido como Kiruv -retorno-), se ha volcado hacia la política, y por medio de videos y otros manifiestos, “intenta” advertir a la humanidad sobre el eventual eminente riesgo, del cual pocos estarían enterados. Sobre la imposición de un Nuevo Orden Mundial, que tendría un trasfondo muy oscuro. Así que las Naciones Unidas, la Unión Europea y demás conglomerados mundiales o regionales, tienen ya todo un estructurado plan para transformar el mundo que conocemos y ejercer un control sobre las poblaciones nunca visto.
Según el rabino Amnon Yitzhak, considerado por algunos como Jajam -sabio-, el virus Covid-19, fue creado por los artífices del NOM, para así emprender el lento proceso que tomaría casi 10 años para someter a la humanidad. El rabino Yitzhak, en su ultimo video que ha tenido algún alcance mundial, hace un llamado a toda la humanidad para prevenir de estos sucesos e incluso para que se haga frente ante los mismos. También advierte que los gobiernos del mundo hacen parte de este plan, liderado por grupos de poder oculto, que controlan el sistema económico, entre ello, las corporaciones, las farmaceutas, y demás sectores de gran peso a nivel económico y sociopolítico. Incluso la totalidad del sistema educativo estará bajo su dominio.
Según el rabino Yitzhak, sobre el coronavirus, la vacunación es otro engaño. Ya que estas vacunas sin importar de cual laboratorio salgan terminarán por afectar a la humanidad. Aun así, todavía no se puede decir si son malas o si son buenas para el hombre, aunque no es solo este rabino quien advierte esto, diferentes cleros cristianos, musulmanes y de un sinfín de credos advierten esto sobre la vacuna.
Asimismo, el documento titulado: “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, seria el plan de incluso despoblar al mundo para aquel entonces y poder darle paso al tan llamado NOM.
La Agenda 2021, sería según esta teoría, el comienzo del fin. Esterilización, aborto masivo y el exterminio de la gente mayor o de la tercera edad. También, se considera por quienes sostienen esta teoría, que la eutanasia será promovida, para acabar con la población mayor y se basan en un “informe” para controlar la demografía mundial del ex Secretario de Estado de Richard Nixon, Henry Kissinger. El “informe Kissinger” de 1974, se dio dentro la Comisión sobre el Crecimiento Demográfico y el Futuro de Norteamérica, presidida además por el legendario magnate John D. Rockefeller III, nieto de John Davison Rockefeller, monopolizador de la industria petrolera y otrora hombre más rico de los Estados Unidos.
El informe del secretario de Estado del gobierno estadounidense, titulado: Memorándum de Estudio para la Seguridad Nacional nº 200 (NSSM 200). Implicaciones del Crecimiento Poblacional Mundial para la Seguridad de Estados Unidos e Intereses de Ultramar, desclasificado en 1989, que instaba al gobierno a controlar la “natalidad” de 13 países (Brasil, India, Bangladesh, Paquistaní, Nigeria, México, Indonesia, Filipinas, Tailandia, Egipto, Turquía, Etiopía y Colombia).
Aunque sin utilizar el termino de “control de natalidad”, sino más bien, utilizando términos como “planificación familiar” o “paternidad responsable”. En sí, estos términos no son extraños y parece sensato hoy promover políticas relativas a estos términos, sobre todo en lo que respecta al embarazo adolescente. Sin embargo, va más allá, pues alude a que el interés de el gobierno americano y seguramente de otros gobiernos, es el de hacerse con los recursos de los países antes mencionados. Además de dar fin a la institución tradicional de la familia, actual núcleo de la sociedad.
Las teorías sobre la carencia de recursos no son modernas, pues el economista británico Thomas Malthus en 1798 afirmó que mientras la población humana crece de forma sustancial, la capacidad de aprovechar los recursos del planeta crece, pero a un ritmo mucho más lento. Así que, se terminaran agotando los recursos del planeta hasta llegar a un cataclismo. En contraposición, el también economista británico, David Ricardo, afirmó que una gestión adecuada del mercado se encargaría de una óptima distribución de los recursos y que la inventiva del hombre era superior a la eventual carencia.
El transhumanismo -H+-, sería el resultado de lo que proponen los teóricos y activistas contra el NOM, así las cosas, el hombre se transformaría en una clase de especie hibrida, mediante biotecnología y con el resultado final de una nueva “condición humana” (gracias a la eugenesia) que para el célebre politólogo Francis Fukuyama sería «la idea más peligrosa del mundo». Además, se sostiene que, en esta realidad de una sociedad biotecnológica, solo 500 mil personas serían aptas, así que el resto de la población para ese entonces estaría extinto.
Una sola lengua utilizada por toda la humanidad, quizás mediante inteligencia artificial, algorítmica y tecnología, la Razón, por encima de la espiritualidad y la “Nueva Espiritualidad”, etérea, abstracta e impersonal son otras de las eventuales medidas del propuesto nuevo sistema. El fin del judeocristianismo y demás religiones, para dar paso a una forma única, secular y holística. Además de transformar la antigua moral, por un sistema artificial sin humanidad.
Según Joseph Nye, padre de la teoría del neoliberalismo de las relaciones internacionales y autoridad en materia de geopolítica, para el 2030, el escenario geopolítico sería: El fin del orden liberal globalizado; el auge del autoritarismo como en los años 30 o un orden mundial dominado por China. Seguro que, un poco de las tres es lo que podría verse en el 2030.
La nueva agenda global, sea cual sea, da paso a cualquier teoría, a la postre, el adalid de todo esto es la misma extraña situación. No es por nada eso sí, el misterio del virus originado en Wuhan, tampoco la falta de claridad de la OMS, y la expectativo latente sobre las vacunas que se han creado hasta el momento y se continuaran creando para este virus -o mutaciones de este-, y eventualmente para otros “nuevos virus”.
Se necesitarán varios meses para saber que tan efectiva es la vacuna e incluso poder ver los efectos colaterales que pueda originar. Por ahora todo parece incierto, a no ser que si sea parte de todo un plan altamente estructurado para reducir y someter a la humanidad. Sin embargo, de seguro el mundo para el 2030 será uno nuevo, y no sería raro que la familia tradicional no hiciera parte de él, que el transporte público, por decir algo, fuera la única forma de transporte, que existieran jornadas de vacunación generalizadas contra todo tipo de virus, que la propiedad privada fuera cosa del pasado -así como en China-, que las redes 5G, 6G, 7G, etc., sean la forma de comunicarse y que se redujera la población sustancialmente, como por causa de una extraña fórmula matemática. Bueno, ¿pues por qué no?