Por: Nicole Levy Eidelman
Hoy miércoles 24 de noviembre se conmemoran cinco años de la firma del acuerdo de paz en nuestro país. El acuerdo se firmó por primera vez el 26 de septiembre del 2016 y tras el triunfo del ‘no’ en el plebiscito se firmó por segunda vez el 24 de noviembre del mismo año.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, estuvo ayer en el Urabá antioqueño celebrando el acuerdo y hoy estuvo en Bogotá con una apretada agenda que consistía en varias reuniones en las cuales se reunió con el partido Comunes, con el presidente Iván Duque y con varias víctimas del conflicto armado.
En un contexto mundial en el que seis de cada diez procesos de paz terminan siendo un fracaso, los acuerdos de paz en Colombia son considerados un modelo para la comunidad internacional, especialmente para Estados Unidos y la Organización de Naciones Unidas.
El proceso ha dado pequeños pasos favorables, por ejemplo: la imputación a ocho exintegrantes de las FARC por los delitos de: “toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad” en enero del 2021. Pero está lejos de ser lo que se había previsto cinco años atrás. En el ámbito de abusos sexuales, abortos forzados, y otros actos criminales falta hacer mucha justicia.
Se conocen historias como la de Eleonora abusada sexualmente en el Caquetá a manos de las FARC cuando tenía 15 años, después de que sus padres no quisieran pagarle una vacuna de 10.000 pesos a la guerrilla. Hasta el día de hoy Eleonora, no ha recibido una disculpa y mucho menos ninguna reparación de victimas por parte de sus abusadores.
Departamentos como Nariño, Cauca, Chocó, Guaviare, Meta, Putumayo y Caquetá de donde las FARC habían salido con el proceso de paz, hoy vuelven a estar ocupados por disidencias de estas o por otros grupos armados al margen de la ley. Según el Cerac, en 67 municipios que no tenían altos índices de violencia antes de la paz hoy se han disparado los delitos y homicidios gracias al narcotráfico.
Al acuerdo de paz no solo le ha faltado seriedad en justicia, perdón, y reparación a las víctimas, sino que también ha sido una burla con personajes como Iván Márquez, quien en el 2019 decidió volver a tomar las armas y convertirse en disidente de las FARC, y Jesús Santrich que se fugó de la justicia colombiana tras el acuerdo de paz.
Varios sectores políticos consideran que el proceso de paz ha sido un fracaso. Por ejemplo, el expresidente Uribe en una carta a Guterres considera que: “Acuerdo de paz no ha habido. Simplemente se fracturó la Legislación Nacional y se desafió la Internacional al dar impunidad total y elegibilidad política a personas responsables de delitos atroces, por ejemplo, de secuestro y violación a menores.
Más aún, no se quiso aceptar por el Gobierno de entonces la alternativa que propuso la oposición para que estas personas por lo menos cumplieran una sanción razonable antes de ejercer la actividad legislativa”.
Como dijo el actual Gobierno, el compromiso con el acuerdo es firme. Pero se deberían hacer ciertos cambios, ya que como dijo Vicky Dávila: 5 años de acuerdos Santos-FARC. Hasta hoy solo impunidad.
Exjefe negociador Iván Márquez de nuevo traqueteando, escondido en Venezuela y dirigiendo su banda. Para víctimas ni reparación, ni verdad, ni justicia. Ex FARC en congreso y sin responder por delitos de lesa humanidad. Palabras sabias que hay que analizar. Ojalá que en el 2022 no se nos de por apoyar a simpatizantes de estos guerrilleros.
Nicolelevyei