Por: Roberto Trobajo
El gobierno y esos opositores no acaban de entender que ya la vida le cambió a todo el mundo, nada es ni será igual que antes de la pandemia, y que el cortoplacismo –en el pensar y peor en el actuar- es lo que viene llevando a ir de mal en peor.
Entendible que Duque fue elegido por sus propuestas, oportunas, vislumbradoras de esperanzas; empero, a pesar de todos los males que se nos vinieron encima a Colombia y el mundo, este gobierno tiene que actuar consecuente –objetivamente- con la realidad, llevando lo dicho a los hechos.
El mismo Duque, no hace mucho, dijo que una reforma tributaria ahora sería un suicidio… ¡y qué está haciendo!
Ese suicidio no sería sólo político, sus opositores son tan primitivos como los políticos que le apoyan a ultranza. Ninguno, de cualquier bando, cambian las formas de hacer políticas y siguen desconectándose más de las bases sociales, los votantes, quienes no ven liderazgos pragmáticos que realmente piensen en el pueblo: los intereses de estos políticos son mantenerse en el poder, otros quitar poderes, mientras que la gente lo que necesita es pasar de sobrevivir a ¡vivir!
Esos “opositores” que dan palos al gobierno, no proponen nada para realmente resolverse los problemas y salir de la crisis. Lo de ellos es hacer “oposición” y ya con descarado oportunismo, creyéndose que así llegarán a ser mayorías en el Congreso y hasta apoderarse de la presidencia a partir del 2022. Los veo mal porque el pueblo ya tocó fondo, la gente no comerá cuentos, y menos permitiremos improvisaciones que nos empujen a estar peor que los vecinos; y emigrar ¡para dónde!
Duque, tratando de justificar lo injustificable, recurrió hasta al chantaje, cuando recién dijo que si el gobierno anterior fue capaz de hacer una reforma tributaria para financiar la “paz” por qué no hacerse está que ahora proponen. Pésimo planteamiento de él, y si alguien lo asesoró para que dijera eso más bien lo puso peor ante la gente.
Entonces que cierre a esa JEP que es el peor de los elefantes blancos en Colombia: miles de millones cada año, ¡para nada!
Igual pasa con el aparato burocrático, pues que lo reduzca a la mínima expresión. Los burócratas no hacen economía, son los trabajadores, empresarios, sobre todo los emprendedores en pequeñas y medianas empresas –creadas y mantenidas por una clase media que agoniza y puede desaparecer ahogada por esta atroz reforma- mal pensada y muy inoportuna.
El gobierno cita como ejemplos a unos gobiernos, apenas cinco, diciendo que están tomando medidas financieras para enfrentar la crisis, pero no ahonda en qué reforman: tendría que decir que reducen aparatajes burocráticos mientras se dedican a darle apoyo a empresarios –medianos y pequeños- que son los que generan empleos y hacen economías.
¡Debería decirse todo, o no decir nada!
En el mundo hay 193 países, todos afectados por la crisis de la misma pandemia, sin embargo, sólo unos pocos, poquitísimos, están tomando las mismas medidas absurdas, anacrónicas, impopulares, nefastas: poner a los ciudadanos a pagar más impuestos, exprimiéndoles los bolsillos, para quitarles más de lo poco que se puedan ganar, creyéndose que así se recuperan las maltrechas economías.
Los políticos de los partidos de gobierno le están haciendo tremendo daño a este gobierno. Entre ellos hay economistas, aunque parece que sólo lo sean en sus títulos universitarios, pareciendo que pasaron por las universidades pero lo aprendido se les ha ido olvidando mientras hacen carreras políticas.
Congresistas, sepan que ya no habrá mermelada porque en la olla estatal ya no hay que raspar. Además de que los votos los pone el pueblo…y ni comprando van a salir elegidos, porque con qué dinero si los políticos no tendrán para gastar por votos y la gente necesita sobrevivir desde ya para ya y para un mañana que se pinta negro.
¿La oposición qué propone? Populismo barato, verborrea vacía, y hasta ilegalidades como las de no pagar la deuda externa del país. Las obligaciones que se adeudan hay que pagarlas, los compromisos se cumplen, así actúan los decentes, verdaderos, hacer lo contrario es actuar como viles delincuentes, despreciables.
¿Los afines al gobierno qué dicen? Repiten un mismo discurso para hacer lúdica social explicándole al pueblo, o mejor dicho a sus votantes, las supuestas bondades de esta cruel reforma tributaria, o vendiendo mensajes de que se están oponiendo a unos impuestos con tal de ayudar a la gente y ser comprensivos con lo que sufrimos las mayorías; esos son paños tibios que no aliviaran nada.
Este gobierno dice que perderíamos las posibilidades de inversión extranjera…un cuento: Colombia tiene muchísimas riquezas, talentos, y somos unos 50 millones de colombianos que representamos un gran mercado para inversionistas.
Pero si se nos destruyen los bolsillos, quedándonos sin poder adquisitivo, como nos pasaría por culpa de esta susodicha reforma tributaria, entonces no les interesaremos a nadie y malviviremos de mal en peor…irreversiblemente.
Este desespero del gobierno creo que es por llenar el ya abismal hueco fiscal en donde han hundido al Estado, y no por las supuestas razones de tenerse dinero para restaurar y recuperarnos por los daños ocasionados por la pandemia.
Y si quieren plata ya, para ya, pues que vendan la participación estatal en Ecopetrol, Isagén, EMP, ETB… son activos del Estado, y 4 empresas grandes no pueden importar más que MILES de pequeñas y medianas empresas que emplean a MILLONES de colombianos. ¡La gente tiene que importar más!
Ah, y si no quieren, pues que el gobierno haga como la inmensa mayoría de los países del mundo, la casi totalidad, ciento noventa y pico de países, donde saben que la recuperación de las economías tendrá que ser lenta, quizás durante una década, pero sin afectarse más a los ciudadanos.
Duque y sus ministros, sobre todo el de Hacienda, y muchísimos congresistas saldrán el año que viene, ¡y con plata!, mientras que millones nos quedaríamos viviendo en un chispero.
El pueblo elige, vota, pone presidente y congresistas, están en esos cargos gracias a la gente, millones que votamos por ellos… ¡Y entonces, a qué jugamos!